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Capítulo veintitrés.



El olor de su perfume inundó mis células olfativas, su sonrisa despreocupada se mantenía mientras mi mirada recorría la silueta de sus labios, aquellos labios que había besado sin saber que se trataba de mi bro. Pero ahora, a plena luz del día, mirando su rostro y completamente consiente de que se trata de Owen, quiero besarlo…
–…tu pie –comentó sonriendo y apartándose lentamente de mí.
–¿Qué…? –cuestioné bajando lentamente mis brazos de su cuello y recuperé el equilibrio.
–Que uses las muletas, debes tener cuidado con tu pie –dio un paso atrás y señaló mi pie.
–No es la gran cosa –le di la espalda para dar un brinquito dispuesta a dirigirme hacia el armario donde estaban apoyadas las muletas–, la herida está en el talón, incluso puedo asentar solo la puntita del pie y no usar esas incomodas muletas. Mira.
La punta de mi pie tocó apenas el piso y él ya me había levantado como una pequeña niña abrazándome por la cintura, mi espalda estaba pegada a su enorme cuerpo y no le costó un mínimo esfuerzo llevarme hasta el armario.
–No te atrevas a bajar tu pie lastimado. Voy a bajarte –advirtió y solo pude asentir obedientemente.
Me dejó en el piso con cuidado y jaló las muletas colocándolas bajo mis axilas manipulándome como si yo fuera una muñeca de trapo.
–Ahora usa estas muletas señorita, ¿entendido?
–¿Ya no me dices “bro”? –cuestioné con un mohín.
Él carcajeó y alborotó mi cabello en un gesto cariñoso.
–Entonces; bro –me señaló fingiendo una expresión autoritaria–, no te atrevas a ser descuidada con tu herida.
–De acuerdo bro… –le hice una mueca.
–Entonces… ¿ya estás lista?
–¡No! –acababa de regresar a la realidad–. Aún debo secar mi cabello y plancharlo.
Me apresuré hacia la cama y dejé las muletas a un lado para revolver todo dentro de mi maleta hasta encontrar el secador, lo dejé a un lado y revolví una vez más en busca de mi plancha para cabello.
–No está… –murmuré con preocupación.
–¿Qué cosa? –él se aproximó hacia mí.
–La plancha…
–Te ayudo a buscar… –adentró sus manos entre mi ropa al igual que yo revolviéndolo todo.
–Estoy segura de que la metí en la maleta…
–¿Y cómo es esa cosa que buscamos? –cuestionó él con preocupación.
No pude evitar carcajear, ¿Cómo se supone que ayude si no sabe ni que es lo que estoy buscando? Empezó a tomar mi ropa de la maleta y la dejaba a un lado sobre la cama, debí hacer eso desde un principio.
–¡Si! –vitoreé al encontrar la plancha para cabello–. Aquí está.
–¡Bro! –exclamó él.
Regresé mi mirada hacia él y miraba sorprendido su mano en la que sujetaba el minúsculo pedazo de tela de encaje y resorte que era mi prenda íntima más sexy. Él usó su otra mano para estirarlo y la vergüenza me invadió, se lo arrebaté tan rápido como pude.
–¡No lo mires!
–¡Bro! –exclamó él de nuevo entre risas–. ¿Dónde quedaron las braguitas de florecitas y conejitos?
–¡Ya no soy una niña! Tonto… –gruñí mientras metía la prenda bajo la almohada.
–Si si, está bien –él no podía dejar de reír y tomó el secador–. Conectaré esta cosa para secarte el cabello.
Se llevó el secador de cabello hacia el cuarto de baño mientras continuaba riendo, ¿Cómo puede reírse? No es algo gracioso, debió ponerse… no sé, algo nervioso o excitado. Quiero decir; es una prenda femenina de encaje ¡De encaje!  
–¡Deja de reírte! –gruñí al llegar al cuarto de baño caminando con las muletas.
–De acuerdo de acuerdo… –él trataba de controlar su risa y encendió el secador apuntándolo a mi cabeza–. Date vuelta.
Obedecí y di vuelta. Esto me trae muchos recuerdos, aún es igual de bruto al secar el cabello, pero por lo menos ya no me golpea con el pico del secador. Sus dedos son más largos que antes… incluso podría cubrir todo mi cráneo con una sola mano.
–¿Recuerdas que solía secarte el cabello así? –cuestionó él mientras revolvía mi cabello.
–Si… –respondí sonriente y con mis ojos cerrados.
–Tenías el cabello corto. Era muy rápido secarlo, pero ahora lo tienes tan largo.
–¿Debería cortarlo como antes? –hice señas a la altura de mi cuello–. Hasta aquí.
–No no. Te ves bonita con el cabello largo.
–¿Si…? –de repente me encontraba mordiendo mi labio inferior coquetamente aún con mis ojos cerrados.
–Por supuesto que sí.
–Vas a llegar tarde bambi –ese cometario me hizo abrir rápidamente los ojos. Bloo estaba parado a la entrada del cuarto de baño con su expresión de: “soy un tipo muy rudo”.
–¿Qué hora es? –cuestionó Owen sin dejar de agitar el secador y mi cabello.
–Las ocho y cuarenta –respondió Bloo mirándome fijamente.
–¡¿De verdad?!  –me alarmé–. Déjalo déjalo –me aparté de Owen y él apagó el secador–. No tengo tiempo para esto, ya perdí las primeras horas de clase.
Me miré al espejo y peiné con los dedos mi cabello hacia arriba enroscándolo en un moño que sujeté con una de las muchas la ligas para cabello que siempre porto en la muñeca izquierda.
–No se ve mal –me dije a mi misma comprobando de perfil el moño improvisado y volví a tomar las muletas para luego salir del cuarto de baño–. Vámonos.
–¿No te pondrás un suéter? –cuestionó Owen siguiéndome–. Aun no es verano.
–Si bambi, ya es suficiente con una patita lastimada, no queremos que pesques un resfriado y tener que llevarte al veterinario.
–JA JA, muy gracioso Bloo –comenté sarcástica e hice una mueca–. No traje la chaqueta de jean que combina con este atuendo…
–¿Chaqueta de jean? –Murmuró Owen y rio–. Bloo tiene una, parece de mujer así que debe quedarte bien. Bloo –miró a su amigo–. Préstasela.
–Por milésima vez Owen –gruño Bloo–. NO. Es. De. Mujer –rodeó sus ojos–. Tu no entiendes la moda.
–Si si, como sea –respondió Owen entre risas–. Préstasela a mi bro.
–No –respondió Bloo secamente.
–Vamos Bloo –me quejé–, no seas egoísta.
–De acuerdo. Te la prestaré si haces algo por mí.
–¡Ella no hará nada por ti! –gruñó Owen y me miró–. Solo ponte cualquier suéter y ya.
–¿Qué favor? –cuestioné y luego miré a mi bro–. Una chaqueta de jean combina muy bien con esta ropa –le expliqué.
–Bien, sígueme –Bloo sonrió ladino y caminó hacia la puerta.
Seguí a Bloo hasta su habitación, el entró primero y se quedó junto a la puerta extendiendo su mano con caballerosidad, yo entré, pero Owen fue detenido en la puerta.
–Solo bambi –exigió Bloo.
–Estás loco si piensas que dejaré a Danbi sola en tu habitación –retó Owen.
–Bien –Bloo sonrió–. Entonces no le prestaré nada.
–¡No te comportes como un niño! –reclamó Owen molesto.
Rodeé mis ojos y suspiré con cansancio. –No hay tiempo para esto. Owen, espera afuera por favor –pedí.
–Pero… –Owen me miró con sorpresa.
–Ya la escuchaste –canturreó Bloo y cerró la puerta lentamente en la cara de Owen.
Le dediqué una mirada aniquilante a Bloo.
–¿Tenías que cerrarle la puerta en la cara? Eres un grosero.
–¿Te duele tanto que lo hiciera? ¿Es porque lo amas?
–No digas tonterías –rodeé mis ojos.
–¿Por qué no se lo dices? –se acercó a mi ladeando su cabeza.
–Basta. Ya te dije que Owen no me gusta. Es mi bro.
–Repítetelo un millón de veces hasta que te lo creas –susurró cerca de mi rostro.
–¿Vas a prestarme la chaqueta si o no? 
–Podrías ser un poco más amable… –su voz era un susurro apenas audible y su mirada estaba fija en mis labios.
–Por favor –mencioné sin poder evitar un tono sarcástico en mi voz.
–Si yo fuera él, estarías complacida de que esté así de cerca –su mano se posó en mi cadera.
–Deja de decir tonterías.
–Te vi bambi, tus ojos cerrados… y mordías tu labio inferior con coquetería. ¿Tanto te gustaba ser tocada por él?
–Eso no es cierto –lo miré a los ojos decidida–. ¿Qué quieres de mí?
Sus dedos se hundieron en mi cadera haciéndome soltar un gemido y él sonrió.
–Eso está mejor bambi, quiero que tus gemidos y expresión de satisfacción sean causados solo por mí.
–Estás loco –sonreí.
–Si. Pero por ti… –sus labios estaban tan cerca de los míos.
Lo tomé por la nuca acercándolo a mí y lo besé, mis muletas cayeron al piso causando un estrepitoso ruido, Owen empezó a golpear la puerta.
–¿Qué fue eso? –cuestionaba mi bro con golpes insistentes en la puerta.
Podía sentir a Bloo sonreír entre mis labios, pero no dejó de besarme, su mano se adentraba bajo mi blusa acariciando la piel de mi cadera y subió lentamente estremeciendo mi piel, pero de repente el abrazo de sus labios cesó y se apartó de mí.
–Suficiente por ahora –susurró y se agachó para tomar las muletas del piso.
–¡¿Qué demonios están haciendo?! –reclamaba Owen desde fuera–. Vamos a llegar tarde.
–Si si, ya vamos –respondió Bloo y me entregó las muletas.
Limpié bajo mi labio ya que estaba segura que mi labial se habría recorrido con el beso y Bloo buscaba en su armario, no tardó demasiado y regresó hacia mí con una chaqueta de jean, me ayudó a colocármela.
Me miré al enorme espejo de la esquina de la habitación y sonreí, la chaqueta me quedaba a la perfección, aunque la mezcla del olor a humo de cigarrillo y colonia de hombre no era de mi completo agrado.
–No la ensucies ¿entendido? –exigió Bloo.
–¿Acaso está limpia? –cuestioné con una mueca–. Huele a cigarrillo…
–Si no la quieres…
–¡Si la quiero! –sonreí–. No te preocupes, no la ensuciaré.
–De acuerdo, ahora salgamos porque este loco va a tumbar la puerta.

Salimos de la habitación y Owen nos regañó hasta llegar al auto, Bloo se sentó en el asiento del copiloto y yo en el asiento detrás de él.
Mientras Owen conducía Bloo cambiaba de una estación de radio a otra quejándose de la música y de haberse olvidado su USB con su propia mezcla de canciones.
Yo retocaba mi labial frente a un pequeño espejo en mi mano y de repente me sobresalté al sentir un toque en mi pierna sana.
Bloo había estirado su mano hacia atrás entre el asiento y la puerta del auto hasta alcanzar mi pierna, me incliné hacia adelante con disimulo para que Owen no notara nada y tome la mano de Bloo para quitarla de mi pierna, pero el agarró mi mano jalándome y choqué contra el espaldar del asiento delantero.
–¿Qué pasa? –cuestionó Owen mirando por el espejo retrovisor.
–Nada… –yo luchaba por soltar mi mano del agarre de Bloo–. Se me cayó algo…
Tuve que pellizcar la mano de Bloo para que me soltara y él solo rió a carcajadas.
–¿Qué te pasa? –volvió a preguntar Owen, pero esta vez mirando a Bloo.
–Me acordé de algo muy divertido –respondió Bloo.
No tardamos en llegar gracias a la rápida y arriesgada conducción de Owen, una vez en el estacionamiento me disponía a bajar del auto y Owen rápidamente abrió la puerta para ayudarme a bajar.
–Puedes dejarme aquí –le propuse a Owen.
–Claro que no, te llevaré hasta tu aula de clases.
–No es necesario.
–¿En qué piso esta tu clase? –cuestionó Bloo saliendo también del auto.
–En el sexto piso –respondí acomodando la mochila en mi espalda.
Owen abrió exageradamente sus ojos por la sorpresa y yo reí.
–Son muchas gradas, no necesitas cargarme, puedo subir pacientemente –mire a mi alrededor algunos estudiantes deambulando–, es hora del receso así que no hay prisa.
–No te dejaré subir tantas gradas sola –Owen se giró–. Sube.
–Ya escuchaste bambi. Sube al burro –bromeó Bloo palmeando la espalda de su amigo.
No pude evitar reír y caminé evadiendo al “burro”
–Puedo caminar hasta el edificio.
–¡Pero que necia eres Danbi! –me regaño Owen mientras me seguía e insistía en cargarme.
–Dije que no es necesario que me cargues desde aquí, pero si aceptaré la ayuda para las gradas.
–Más te vale que si –Owen me dio un coscorrón–. Necia.
–¡Oye! –me detuve y lo miré con mi ceño fruncido.
–¡Por dios! Son esos sujetos de nuevo.
Regresé mi mirada al reconocer esa voz chillona, Avril me miraba aterrada y corrió hacia mí para abrazarme.
–¡Aléjense de mi amiga! –exigió ella–. Jin, llama a la seguridad del campus.
–Avril… –intenté zafarme de su abrazó.
–¿Cómo es que dejan entrar a cualquiera en esta universidad? –el tono de voz pedante de Jimin hizo que un escalofrió me recorriera la espalda.
Avril finalmente aflojó su abrazo y pude girarme ligeramente para ver a Jimin con una expresión de asco en su rostro, analizaba de pies a cabeza a Bloo y Owen.
La expresión de Jin era diferente, parecía enfadado, caminó rápidamente hacia nosotras y gritó:
–¡Suelta a mi novia!
Regresé mi mirada para darme cuenta que lo que había provocado que Avril me soltara era la mano de Owen en el delgaducho brazo de la rubia.


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Continuaré subiendo los capítulos en este blog poco a poco, pero les recuerdo que el fanfic ya está terminado en wattpad.
Les dejo el link → https://www.wattpad.com/myworks/176822018-rude

Y muchas gracias por el apoyo tanto en wattpad como aquí en mi blog personal






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