El reloj en medio de la pared blanca de la sala de espera del hospital marca sonoramente cada segundo torturando a muchos que angustiados esperan por noticias de su familiar que yace en la sala de emergencias pero aquella chica no, no se muestra angustiada y su sola presencia provoca murmuración entre los “conservadores” presentes en dicha sala, su llamativa vestimenta es negra de pies a cabeza y su pequeño rostro de piel blanquecina está manchado con maquillaje negro que oculta unos preciosos ojos rasgados y pupilas verde esmeralda, unas facciones no muy convencionales que hacen cuestionarse a quien sea que la viera sobre su origen racial. Una de sus botas negras gastadas y salpicadas de lodo ya seco golpetea la punta contra el piso en un ritmo constante siguiendo la música que escucha a través de sus audífonos en sus orejas llenas de argollas, mueve sus dedos como si rasgara las cuerdas de una guitarra en un apasionado solo de metal-rock mientras mastica una goma de mascar y...
Historias de una escritora novata.