Salimos del auto y entramos al ascensor dirigiéndonos al piso en el que vive SungHwa, yo no podía evitar un bostezo tras otro y le daba golpecitos a mi hombro, me dolía, quizá me había quedado dormida en una mala posición, las puertas del ascensor se abrieron y salimos. • ¿Es igual a tu apartamento? -pregunte mientras caminábamos por el pasillo hasta la puerta- • Supongo que si -dijo SungHwa sacando una llave de su bolsillo- Metió la llave en la cerradura y abrió la puerta, se hizo a un lado estirando su mano caballerosamente para que yo pasara primera, sonreí y pase, estaba todo oscuro y no se veía nada, SungHwa encendió la luz y fue como descubrir un tesoro, me encanto el lugar, era como ver un lienzo en blanco, literalmente, las paredes, techo, piso, cortinas, todo era blanco, mi cabeza de inmediato empezó a maquinar miles de ideas de decoración para ese lugar, esas paredes pedían a gritos que las acariciara con mi pincel. Corrí hacia cada puerta abriéndolas, ...
Historias de una escritora novata.