Mi viejo amigo. Después de darse una ducha, ______ se vistió, peinó y maquilló a prisa pero con sigilo para no despertar a su amiga Alice quien dormía plácidamente en su cama y al salir de la habitación, Loco ya estaba esperándola. –Te ves preciosa –la alagó él reponiéndose. –Luzco como siempre –rio ella. –Y siempre estás preciosa. –Que… ¿Qué te sucede? –cuestionó ella entre risitas disimulando su repentino nerviosismo. –Nada –sonrió él–. Vamos. –¿A dónde vamos? –No te diré –empezó a caminar. –¿Por qué no? dímelo. Quiero saber –suplicó siguiéndolo. Al salir del hotel tomaron un taxi y bajaron al llegar frente al mar. El viento de otoño soplaba y ella tan solo usaba un suéter delgado así que, al verla tiritar de frío, Loco se quitó la bufanda que usaba y la puso alrededor del cuello de ella. –No, oppa –ella se negó–. Debes cubrirte el rostro. No quiero fans locas alrededor. –Nadie me reconocerá –insistió él acabando de acomodar la bufanda–. No soy tan popular par...
Historias de una escritora novata.