Mi madre, la jovencita (Parte2) Un hombre alto que llevaba botines marrones, un pantalón negro roto en las rodillas y una sudadera negra amplia de capucha, su rostro era cubierto por un cubrebocas y la capucha que llevaba puesta evitó que cualquiera de las chicas pudiera reconocerlo a primera vista. El individuo caminaba con su teléfono en la mano sin mirar al frente y tan solo se detuvo al notar la presencia de alguien una vez que estuvo muy cerca de las tres hermosas mujeres, él abrió sus ojos sorprendido y dio un paso atrás para luego regresar su mirada hacia la puerta del edificio donde lucía una placa enorme con el nombre de la empresa. –Si es aquí… ¿no me equivoque? –titubeó él. –¡Hola oppa! –exclamó _______ al reconocer la voz de SamD. –¿Ho-hol-aa…? –respondió él dando otro paso atrás antes de reconocer por completo a ______. –Oppa, ¿Qué te sucede? –cuestionó ______ entre risas. –¡Ah! –SamD finalmente reaccionó–. ______ eres tú. –¿Quién más podría ser? –_______ río...
Historias de una escritora novata.