Ir al contenido principal

Capítulo nueve.



Sus ojos vidriosos y adormilados me miraban fijamente, esa mirada era casi hipnotizante, penetrante… mi piel se erizó y mi ritmo cardíaco aceleró, su mano extendía la pipa hacia mí y una sonrisa ladina apareció en la comisura de sus labios, como si de una cámara lenta se tratara pude ver esos carnosos labios abriéndose poco a poco para dejar escapar el humo.
Sin darme cuenta mis labios se habían separado a la par de los suyos y por breves segundos admiré la carnosidad de esos labios deseando sentir su tacto.
–¿Le das una jalada? –preguntó sacándome de mis pensamientos mas no de mi fijación y sentí mis rodillas debilitarse gracias al tono grave y sensual en su voz. ¿Qué pasa conmigo?
 –No… no gracias –respondí obligándome a reaccionar y di un paso atrás rogando que no notara mi estado endeble–, voy… a buscar a Owen.
–¿Si te lo hubiera ofrecido él, habrías aceptado? –su expresión ruda y arrogante volvió a salir a flote.
Esa pregunta me sacó por completo de la hipnosis, lo miré por un par de segundos, di otro paso atrás, me volteé ignorando por completo su pregunta y me alejé de él.
¿Si hubiera sido Owen…hubiera aceptado? No lo sé, pero ¿Por qué tiene que preguntar eso? no estoy interesada en Owen, eso creo…
Saqué mi teléfono mientras caminaba de regreso a la cocina donde todo el mundo reía, bailaba y bebía, marqué al número de Owen, pero él no respondía, ¿Dónde demonios se metió? Di unos cuantos pasos en busca de un rostro familiar y el cabello rojo de Nafla atrajo mi atención, caminé hacia él y toqué su hombro para llamarlo ya que parecía muy entretenido platicando con un par de chicas, él se volteó al contacto y me miró algo intrigado.
–Disculpa, ¿sabes a donde fue Owen? –cuestioné.
–Eres… –él forzó su rostro tratando de recordar mi nombre–, Danbi, la amiga de Owen ¿cierto?
–Sí y me gustaría saber a dónde se fue –sonreí apenada.
–No lo sé, a lo mejor en la sala de juegos.
–No… yo estaba ahí –hice una mueca y me resigné–. Bueno, si lo ves dile que me fui.
–¿Ya te vas? –el pelirrojo levantó sus cejas casi inexistentes sorprendido. Apenas asentí con mi cabeza en respuesta a su pregunta y el prosiguió–. Quédate un poco más, seguro Owen aparecerá pronto, ten –extendió un vaso hacia mí, ¿de dónde lo sacó? No lo sé, pero yo ya lo había tomado en mi mano por cortesía.
–¿Qué es? –pregunté mientras miraba el líquido dentro del vaso con desconfianza.
–Umh… –el pelirrojo miró al techo un par de segundos y después me miró sonriente–, la verdad no lo sé, pero pruébalo, no está demasiado fuerte.
Estoy siendo cautelosa porque… la “yo” de antes hubiera bebido sin pensar, terminaría embriagándome y metiéndome en problemas, además las mezclas de licor me sientan terribles al siguiente día.
–Vamos, bebe, no te estoy dando veneno –rió el pelirrojo.
Bueno… ¿Qué es lo peor que podría pasar si bebo un poco? Llevé el vaso a mi boca y bebí un bocado de licor, el pelirrojo no había mentido, no estaba nada fuerte así que le di un bocado más y él sonrió satisfecho.
–Por cierto… –lo miré con duda–, tengo que pagar por la ropa que estoy usando, Owen dijo que me diría el costo total, pero desapareció de repente, ¿puedes decirme tu cuanto les debo?
–Claro –Nafla me analizó rápidamente de pies a cabeza y sacó su teléfono para usar la calculadora.
–También la mochila –giré ligeramente mostrando la mochila en mi espalda.
–Por ser amiga de Owen te daré un descuento… –analizaba la pantalla de su teléfono.
–No, nada de descuentos. Pagaré lo justo.
–Entonces, esto es lo que nos debes –sonrió y me mostró la pantalla de su teléfono.
¡Demonios! ¿De qué está hecha la ropa? ¿Hilos de oro? Esa cantidad definitivamente era más de la que yo tenía en mi billetera, me obligue a sonreír disimulando mi sorpresa.
–Y… ¿puedo pagar con transferencia bancaria? Es que no cuento con el efectivo ahora mismo.
–Por supuesto –se acercó a mi lado para evitar que siguiéramos gritando para escucharnos mutuamente–, dame tu número de contacto y te enviaré los datos para que hagas el pago.
–¡Perfecto! –sonreí aliviada y me acerqué a él para dictar mi número mientras me cercioraba de que él lo digitara correctamente.
–¿Así está bien? –preguntó él mostrándome el número y asentí–. Entonces te enviaré un mensaje con los datos y…
De repente una mano jaló mi hombro bruscamente apartándome de Nafla e interrumpiendo nuestra platica, dirigí mi mirada iracunda hacia la persona que me había jaloneado de tal forma; se trataba de una chica más o menos de mi estatura, tés morena, cabello negro y lacio, sus cejas cargadas y definidas, además de las pestañas largas y abundantes se sumaban a facciones algo exóticas, esa chica definitivamente no es coreana.
–¿Quién eres y porque estas pegada a mi novio? –preguntó la morena con un acento singular.
–¿Eh? –estaba atónita debido a la escenita de celos.
Nafla también parecía bastante sorprendido, miraba con sus ojos exorbitantemente abiertos e incrédulo a la chica que se enganchó posesivamente a su brazo, él abrió la boca en una amplia sonrisa de sorpresa y finalmente reaccionó abrazando a la chica con tanta emoción que parecía no haberla visto en mucho tiempo, la chica también sonrió correspondiendo el abrazo y yo había quedado en segundo plano simplemente observándolos, él se apartó ligeramente de ella dejando de abrazarla y la tomó desesperadamente por las mejillas para besarla.
–¡HEY! –surgió un grito de sorpresa desde algún lado y rápidamente pude ver a Loopy acercarse sonriente a los tortolos–. Vayan a un hotel –bromeó con una risa aguda y logró que los tortolos se separaran.
La chica sonriente abrazó a Loopy saludándolo con un beso a cada lado de las mejillas. –Gracias por guardar el secreto.
–¿Secreto? –cuestionó el pelirrojo sin comprender, miraba a Loopy a la espera de una respuesta–. ¿Tu sabías que ella vendría?
–Sabía que regresaba a Corea, me pidió que le guardara el secreto –rió Loopy como un niño que acababa de hacer una travesura–, por eso organizamos esta fiesta para darle la bienvenida.
Dejé de prestarle atención a la plática de aquel grupo de amigos cuando sentí en mi hombro un toque delicado, volteé y no había nadie conocido, volví a sentir un toque, pero esta vez en el otro hombro, giré a ese lado y tampoco encontré a alguien, rápidamente volteé al otro lado y me encontré con el rostro sonriente de Owen. –Que broma más infantil. 
–¿Dónde estabas? –pregunté a regañadientes, quería tomarlo por la camiseta amenazándolo por haberme abandonado en ese lugar lleno de desconocidos, pero controlé mis impulsos.
–Fui a recoger a una amiga –respondió el sonriente señalando sutilmente con su mentón hacia adelante.
Volteé para mirar en la dirección señalada, Owen se refería a la chica que acababa de apartarme del pelirrojo como gata en celo, sentí las manos de Owen en mis hombros y me hizo dar un paso adelante hacia sus amigos.
–Esta es mi amiga Danbi –explicó Owen a la morena y esta me analizó de pies a cabeza con desconfianza y forzó una sonrisa.
–¿Entonces tú también sabias, Owen? –cuestionó el pelirrojo frunciendo el ceño.
–Todos sabían, menos tú –respondió Owen con una sonrisa–, ella quería darte la sorpresa.
–Y vaya que lo logró –Nafla volvió su rostro a la chica y sonrió–, nunca había estado tan gratamente sorprendido. –Paso sus manos por la cintura de su novia atrayéndola a él y la besó en la mejilla casi cerca del oído y se mantuvo pegado a ella como si estuviera oliéndola. Me pareció desagradable y dulce a la vez.
–¡Agg…! –se quejó Owen con una mueca de desagrado–, vayan a derramar su miel en otro lado.
Todos rieron y continuaron platicando, no me incumbía y me sentía fuera de lugar, di un paso atrás jalando ligeramente la tela de la camiseta de Owen para llamar su atención, el regresó su mirada hacia mí.
–¿Puedo hablar contigo un momento? –pedí y el asintió.
Caminé entre la gente para salir de la cocina siendo seguida por Owen y llegamos fuera junto a la piscina donde aún había unas cuantas personas, pero el ruido era menor.
–Pareces… molesta –musitó Owen analizando mi rostro.
–No estoy molesta, solo un poco incomoda, no conozco a estas personas.
–Pero si te presenté a mis amigos…
–Aun así, no es como si los conociera demasiado, no debiste simplemente irte sin decirme y dejarme aquí… –me quedé callada por unos segundos al darme cuenta que estaba haciéndole un reclamo, apreté mis labios y solté un suspiró de queja para luego musitar con intención de no ser escuchada–. Tampoco es como si te conociera tanto a ti de todos modos...
–¿Qué? –él bajó ligeramente su cabeza hacia mi acercándose y no respondí, simplemente evité su mirada, se enderezó riendo algo nervioso–. Lo lamento… es que como sabes el camino desde la calle principal hasta aquí es un poco… –él intentaba explicarse y yo seguía sin mirarlo–, y bueno… mi amiga me llamó porque el taxi en el que venía no quiso entrar hasta aquí y tuve que ir en el auto para traerla –lo miré y él subió su mano hasta la zona occipital de su calva rascando despistadamente con una sonrisa incomoda, parecía realmente apenado–, no te dije nada porque… –empezó a hacer ademanes con sus manos justificándose–, parecías contenta jugando con Bloo, pensé que ustedes terminarían llevándose bien y...
Al ver sus gestos, la forma en que se justificaba como si fuera realmente culpable de algo me dieron la sensación de haberlo visto antes, mis oídos empezaron a ignorar el ruido que nos rodeaba, incluyendo el volumen de su voz, solo lo veía mover sus labios mientras intentaba forzar mis recuerdos.
–...llegamos y… y… –él sonrió–. ¿Por qué me miras así?
–¡¿TÚ?! –pregunté y afirmé a la vez.
Él se quedó boquiabierto sin saber que pasaba, nos miramos un par de segundos y poco a poco una sonrisa empezó a dibujarse en su rostro.
–¿Ya me recuerdas? –cuestionó él bajando mi mano que aún lo acusaba.
–Tú… me rompiste la ceja…  –titubee–. ¿Realmente eres tú?
Él hizo una mueca. –¿Solo recuerdas que te rompí la ceja? ¿No te acuerdas de lo mucho que te cuide después de eso?
No podía creerlo, después de tantos años estoy frente al sujeto que por poco me mata cuando era tan solo una niña de cinco años.
No quería recordar el pasado pero dado que me eh encontrado con él, tengo que hacerlo y contar un poco más sobre mi vida; Cuando mi madre supo que estaba embarazada de mí, sus padres la obligaron a casarse con mi padre, pero él nos abandonó al nacer yo, mi madre trabajó mientras su madre, es decir mi abuelita me cuidaba y criaba. Cuando yo tenía cinco años mi abuelita falleció y mi madre emigró a New Jersey llevándome con ella y es ahí cuando conocí a Owen, al menos ahora sé que se trata de él.    
Owen casi me ma… bueno es muy exagerado decir que casi me mata. Era un día de la semana cualquiera, yo jugaba con mis amiguitos en el patio de la escuela, era un espacio grande con una sección de juegos infantiles y una cancha de baloncesto que usaban los niños más grandes.
Yo subí al «sube y baja» y cuando estaba en lo alto pude ver un balón venir directamente hacia mi rostro, después de eso mis recuerdos son vagos, pero hay unas cuantas cosas que recuerdo con claridad de ese día:
Primero; un niño más grande que yo lloraba abrazado a mi maestra mientras decía que no había sido intencional.
Segundo; Solo podía ver con un ojo ya que tenía una enorme gasa en mi ceja que no me dejaba abrir el otro ojo.
Tercero; lo aterrador que era entrar a unas enormes maquinas que parecían un túnel ruidoso y una enfermera me pedía que no me moviera y dejara de llorar, pero no lo hice hasta que ese niño grande tomó mi mano.
Cuarto; La enorme sonrisa en el rostro de mi maestra al escuchar que no tenía nada grave y solo era una ceja rota, que por cierto, dolía demasiado.
Y, por último; Mi madre no estaba y extrañaba a mi abuelita.
Estuve un mes internada en el hospital aunque me sentía bien, escuché a las enfermeras hablar sobre mi estadía innecesaria en ese lugar, a lo mejor mi madre estaba demasiado ocupada con su trabajo y no tenía tiempo para cuidarme, solo la veía por un momento ya que ella iba a mi habitación en el hospital cuando caía la noche y en la mañana yo solo veía su espalda al irse a prisa de nuevo.
El niño que había lanzado la pelota sin intención y como consecuencia rompió mi ceja, fue a visitarme después de salir de la escuela todos los días, se quedaba conmigo toda la tarde, me leía cuentos, hacia muchas payasadas para hacerme reír y al irse siempre me pedía que lo perdonara.
Supongo que aquel niño me dijo su nombre, pero en algún momento lo olvide y ahora lo tenía frente a mí, sonriéndome con ternura.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Inevitablemente enamorada de Jae Beom (Jay Park) Esta historia es la continuación de <El sueño de una fan en AOMG>  como lo prometí, haré una historia diferente para cada uno de los bellos oppas de AOMG. En esta historia la protagonista se queda con Jay. Datos de esta fic: Genero:     Romance ​ Protagonista:      Tú (en la linea ___ coloca tu nombre) ​ Personajes principales:      Jay Park ​ Contenido adulto  (escenas de sexo) :    50% ​ Numero de capitulos:     ​ Estado de la fic:     En proceso ​ Autor:    GabyO ​ Contactate con el/la autor/a:     @gabyo66 en instagram *** I M P O R T A N T E ***                                 ...

Capitulo 1

· ¡Suéltame idiota!  -Le gritaba mientras luchaba por liberar mis muñecas de sus fuertes y grandes manos- · Sabes que te gusto, porque sigues negándolo  -dijo él con esa sonrisa prepotente de galán que tanto odio- Esta respirando agitadamente sobre mi cuello, ¿pretende besarme? ¿Por qué recorre con su cálido aliento mi piel haciéndome estremecer? No estoy diciendo que me guste, son las hormonas, él es un hombre tan sexy, quien podría no notarlo, que mujer no lo desea, pero… quien se cree que es este idiota para forzarme a hacer algo que no quiero… si ya me desagradaba un poco, creo que ahora lo odio, él ya no es la persona que solía conocer. Te estarás preguntando; ¿Cómo es que llegamos a esta situación?, pues te lo contare todo poco a poco. Para empezar, mi nombre es ChaeRi, Song-Chae-Ri, mis amigas/os me dicen Cherry (cereza, en español) por el color de mis labios, me han llamado así desde que tengo memoria, siempre digo que no recuerdo la primera vez que re...

Capítulo 53: ¡Te quiero!

JiHo se detiene al escucharla pero vuelve a dar otro paso -¡Dije que te quiero!  -vuelve a gritar JiHo se detiene pero no se gira, esta triste, aunque ella ha dicho que lo quiere por alguna razón no se siente como esperaba que lo sentiría, está demasiado enfadado, DJ se acerca a él y lo toma de la mano que sujeta la maleta, se la quita y toma su mano. -No te vayas  -se lo pide una vez más JiHo permanece en silencio mirando al piso, ella lo lleva de la mano hasta la cama -Quítate el pantalón, ponte ese de pijama para que no presione en tu herida Es solo DJ quien continua hablando, lo ayuda a cambiarse al pantalón de pijama y lo recuesta en la cama, la mente de JiHo está llena de pensamientos y confusión: “¿Porque no estoy contento? Me ha dicho que me quiere pero… ¿Por qué esto me duele en lugar de ponerme feliz?... siento que lo dijo solo por obligación… porque yo  la manipule para que lo dijera…” -JiHo JiHo, oye   -DJ lo llama,...