La mirada de
Owen expresaba consternación.
–Nada
–respondí haciéndole una mueca.
–¿Y porque tu
camiseta está al revés? –mantenía su ceño fruncido mientras los demás reían.
Rodeé mis
ojos y levanté mi ceja izquierda respondiendo con simpleza –Íbamos a tener sexo
y...
La boca de
Owen se abrió exageradamente absorbiendo aire ruidosamente y cubrió mi boca con
sus manos impidiendo que terminara mi frase.
–¡¿Cielo
santo, que estás diciendo?! –exclamó él–. ¿No te enseñaron que no debes ir a la
habitación de un hombre desconocido? ¿Y si él te hacía algo?
–Deja..déjame…
–me sacudí liberándome– ¡¿Qué te pasa?! –estaba molesta, que clase de mojigato
es mi “bro”? ¿acaso él no tiene sexo con chicas? Es completamente normal ¿no?– No
pasó nada por la pelea –levanté mis hombros restándole importancia.
–Él te sedujo
¿verdad? –abrí mi boca, pero él no me dejó articular palabra–. Estoy seguro,
¡lo conozco! –dio un puño a la palma de su mano contraria–, si sale de esta se
las verá con mis puños.
–Deja de
decir tonterías –la novia de Nafla carcajeó mientras le daba un manotazo en la
calva a Owen–. Ella parecía bastante contenta con Bloo.
–Bueno… –Owen
aclaró su garganta sonoramente y se acercó a mi oído para susurrar–, si te
cuidaste ¿verdad?
–¡Owen!
–exclamé, los demás presentes reían y yo empezaba a avergonzarme–. Dije que no
pasó nada y yo no tengo porque darte explicaciones a ti.
–De acuerdo
de acuerdo –Owen sonrió incómodo y suspiró–, es solo que aún te veo como la
pequeña Danbi… aquella niña…
–¿A la que le
rompiste la ceja? –completó Niahn. ¿Es que acaso todo el mundo sabe la historia
de la ceja?
–Si
–respondió Owen sonriente–. No te la presenté correctamente Niahn, esta es
aquella niña de la que les había hablado.
–¡Wow…!
–Niahn me analizó de pies a cabeza.
Abrí mi boca
para soltar algún comentario, pero Loopy entró a la sala de espera y todos
corrieron hacia él para interrogarlo. Bloo estaba estable y había entrado a cirugía,
ahora podíamos permanecer con más calma en la sala de espera, empezamos a
platicar acerca de la fiesta y la memorable pelea riendo a voces hasta que una
enfermera muy molesta amenazó con echarnos si continuábamos haciendo tanto
ruido.
Las horas
pasaron y empezábamos a impacientarnos, el sol había salido y el hospital
empezaba a ser más transitado.
–¿Qué hora
es? –cuestionó Loopy mirando su teléfono para luego responderse a sí mismo–.
Vaya… las ocho de la mañana… ¿Cuánto tiempo más tardarán con esa cirugía?
Bostecé
mientras me ponía de pie –Ya han tardado bastante… –estiré mi cuello a cada lado
y suspiré debido al cansancio–, espero que Bloo esté bien.
–Te preocupa
mucho él, ¿cierto? –mencionó West con una sonrisa ladina y mirada picara.
Esbocé una
corta risa burlona negando con mi cabeza y volví a sentarme ignorando las
risitas, no es que me preocupe muchísimo por lo que le pase a Bloo, quiero
decir; apenas lo conozco, me preocupo en la medida que cualquier ser humano se
preocuparía por otro, el hecho que casi tuviéramos sexo no significa que lo
“quiera” como para preocuparme de una forma especial por él.
–Por cierto,
me puedes repetir tu nombre –cuestioné a la novia de Nafla ya que por más que
la miraba no lograba recordar su nombre.
–Liseth…
–ella entrecerró sus ojos–, te lo dije ¿no lo recuerdas? –carcajeó–. Sí que
estabas ebria –sonrió dulcemente–, solo llámame Lis.
–Lis
–asentí–, okey. –Ella me agrada.
El doctor que
previamente nos había alarmado entró a la sala de espera con una expresión
indescifrable en el rostro, acudimos rápidamente hacia él con la esperanza de
recibir buenas noticias de Bloo.
–Doctor,
¿Cómo está nuestro amigo? –preguntó Nafla.
El doctor
analizó con una mueca de desagrado a Nafla quien aún permanecía sin camisa y
algo ensangrentado por su herida.
–Podrán pasar
a ver a su amigo en dos horas, después de que se recupere de la anestesia, por
el momento pueden ir a… –el doctor analizó a cada uno de pies a cabeza–,
cambiarse y lucir más decentes.
El doctor se
retiró sin permitirnos una palabra, regresé mi mirada hacia Owen y tenía la
misma expresión de indignación que yo. ¿Decentes? Odio a ese doctor engreído y
creo que todos sienten lo mismo, ¿acaso por lucir como pandilleros salidos de
una gran riña no somos decentes? No me respondan.
Niahn dio un
paso al frente sonriente. –Ya que yo soy el que luce más decente me quedaré
acompañando a West –se posicionó detrás de la silla de ruedas tomando los
mangos y empujó levemente–, parece que esa enfermera se olvidó de venir a por
este pequeño indefenso, lo llevaré. Ustedes vayan y cámbiense.
–También me
quedaré –agregó Loopy–. Quiero estar presente por si algo se ofrece con Bloo
–me miró con sus ojos algo adormilados–. ¿Puedes avisarle a la hermana de Bloo?
–Por supuesto
–asentí enérgica.
Uno a uno se
despidieron de Loopy, Niahn y West, estaba algo sorprendida al ver la
consideración que tienen entre ellos, son más que simples amigos de fiesta,
parecen ser una familia y no una disfuncional, una que se cuida y aprecia mutua
e incondicionalmente. –Me gustaría ser
parte de esta familia.
Al salir del
hospital Nafla, Lis, Owen y yo tomamos un taxi para regresar a la casa o mejor
dicho la «escena del crimen» que evitamos en nuestra declaración para la
policía.
–Me daré una
ducha rápida –proclamó Owen mientras se quitaba la camisa sin decoro y caminaba
hacia las gradas.
Lo seguí
tratando de no mirar demasiado su amplia, masculina y… bonita espalda, él fue
hacia una de las habitaciones y yo me dirigí hacia la que previamente casi es
testigo de una ardiente escena no apta para menores de edad, analicé los
alrededores de la habitación rápidamente con la mirada, pero mi mochila no
estaba a la vista, di un paso atrás y al girarme choqué contra el torso desnudo
de Owen, sorprendida retrocedí de un brinco.
–¿Te asuste?
–él sonrió mientras extendía la mochila hacia mí.
Tome la
mochila evitando mirarlo –No me asustaste, me tomaste por sorpresa…
–¿Porque has
venido a esta habitación a buscar la mochila? ¿No recuerdas que te dije yo que
la guardaría?
–La verdad no
lo recordaba… –musité mirando fijamente la puerta.
–Oye –él tomó
mi mentón con sus dedos pulgar e índice obligándome a mirarlo–, sabes que
puedes confiar en mi ¿cierto?
–Lo se… –di
un paso atrás dudosa de mi respuesta y volví a bajar mi mirada.
–¿Tú y Bloo…
–aclaró su garganta como si se sintiera demasiado incómodo–, hicieron algo…?
Levanté mi mirada
hacia él con molestia, ya se lo he negado un par de veces, no comprendo porque insiste
en saber si me acosté o no con su amigo y empieza a molestarme tanta
intromisión.
–Por milésima
vez Owen, ¡No! Y de haberlo hecho, sería mi problema.
–Oye solo
estoy preocupado, es que Bloo…
–¡Nadie se
preocupa por mí –interrumpí–, no seas entrometido!
–Oye… –él
sonrió– no tienes por qué enfadarte…
–¡Pues no te
metas en mis asuntos y ponte una maldita camiseta! –gruñí mientras colgaba la
mochila en mis hombros.
Owen acarició
su calva sonriendo incomodo–, yo te llevaré, solo me doy una ducha rápida y...
–No es
necesario –pasé junto a él saliendo de la habitación–. Me voy.
Ni siquiera
debí ir con él desde un principio, me habría evitado todo este lio, estoy
demasiado enfadada y ni siquiera yo comprendo por qué, mi maldito carácter ha
explotado como usualmente lo hace… caminé a prisa por el pasillo ignorando el
llamado de Owen, solo quería irme lo más rápido posible de ese lugar.
–¿Danbi que
te pasa…? –cuestionó Owen mientras me seguía al primer piso.
–¡Solo deja
que me vaya! –grité histérica.
–¿Qué pasó?
–cuestionó Lis saliendo de la cocina.
Ya le he
mostrado a Owen mi horrible carácter, no quiero pelear con alguien más así que
la ignoré y continué caminando hasta salir por la puerta.
–De acuerdo
–él tomó mi brazo–, si tanto quieres irte ni siquiera voy a ducharme, te
llevaré ahora mismo.
–¡Déjame!
–exigí sacudiendo mi brazo para liberarme de él y continué caminando.
–¡¿Qué rayos
pasa?! –cuestionó Lis mal humorada, volteé momentáneamente y la vi agarrar a
Owen del brazo–. ¡Deja que se vaya! –exigió ella y mentalmente agradecí.
Me tomó
veinte minutos caminando llegar hasta la carretera principal y después tomé un
taxi para llegar a mi residencia.
Ya estando en
el pasillo de la residencia antes de entrar a mi habitación me detuve mirando
la puerta de la habitación de Seon Yeong, rodeé mis ojos con desganó y arrastré
mis pies hasta aquella puerta, toqué y toqué, pero nadie salió, la puerta de la
habitación contigua se abrió y la ocupante de dicha habitación me explicó que
debido a los días de feriado Seon Yeon se había ido de vacaciones con algunas
amigas. Genial… y su hermano a punto de morir en el hospital, por cierto; –¿Cómo estará Bloo? No… eso no es de mi
incumbencia.
Regresé a mi
habitación para tomar todos mis implementos de limpieza personal y me dirigí al
cuarto de baño para tomar una larga ducha aprovechándome de la ausencia de
varias ocupantes de la residencia debido al feriado. No había quien me
molestara con el tiempo límite para usar el cuarto de baño y disfruté del
tiempo bajo la regadera.
Tras regresar
a mi habitación me vestí con ropa cómoda y me acosté en mi cama para dormir
hasta que el tono en mi teléfono me despertó; era una llamada.
El primer
pensamiento que cruzo por mi mente fue “es Owen” pero al ver la pantalla me
decepcioné, se trataba de Avril.
–Hola
–respondí desganada.
–Cariño
prepárate porque vamos por ti.
–¿Qué…?
–bostecé.
–Iremos a una
fiesta en la casa de Jimin.
–No más fiestas por favor… –suspiré y me senté en la cama– Avril… estoy algo cansada.
–Usa ropa
bonita, estaremos ahí en quince minutos.
Ella cortó la
llamada antes de que yo pudiera reiterar mi negativa, vi la hora en la pantalla
de mi teléfono; las ocho de la noche, había dormido todo el día y aún tenía
sueño.
Me levanté
para encender la luz y mi pie chocó con la mochila que yacía en el piso, es la
mochila que me regaló Owen, ¡Por cierto! Tengo que pagar por aquellas cosas.
Recuerdos de
la fiesta que acabó en una riña sangrienta invadieron mi mente y no podía
evitar que en mi rostro se dibujara una sonrisa, dejando de lado el final, la
fiesta había sido fantástica, no me había divertido de esa forma jamás, levanté
mi mirada y sacudí mi cabeza obligándome a olvidar aquellos recuerdos, Avril
viene de camino a recogerme, me pregunto qué clase de fiestas son las que
frecuenta ella y recuerdo que mi objetivo principal era encajar en aquel lugar
de la chica popular y “bien portada”.
Tumbé al piso
mi enorme maleta de ropa para buscar un vestido completamente incómodo y para nada
de mi estilo, pero considerado una buena prenda para llevar a una fiesta según
las revistas de moda que me obligo a ver.
–Tengo que encajar.
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