Traumas.
–Suéltame.
Ve a disfrutar de tu viaje de “hombres”
–Mi
pequeña se ha enfadado –susurró Loco al separarse de ella y le pinchó
suavemente sus dedos a la altura de las costillas.
–Es
inútil, no tengo cosquillas.
–¿No?
Entonces –él la acorraló en la esquina del elevador poniendo la mano en la que
sujetaba una bolsa plástica con el helado contra la pared y la otra en la
cintura abrazándola para pegarla a su cuerpo, ladeó su rostro y se acercó al
oído para susurrarle–. ¿Te gusta?
–No…
–mintió ella sin moverse.
Entonces
él bajó un poco su altura para tomar impulso y la levantó del piso apoyándola
contra la pared sujetándola por el trasero con un solo brazo. Ella se abrazó a
él con piernas y brazos temerosa de caer y cerró sus ojos al sentir la cálida
respiración en su cuello, una corriente le recorría todo el cuerpo y deseaba más
de él así que estiró su cuello dándole acceso completo a su novio para que le
besara y chupara la piel.
De
pronto la puerta del elevador se abrió y Loco apartó su rostro del cuello de su
novia, pero no la bajó y salió del elevador llevándola en brazos.
–Bájame
–pidió ella preocupada, pero sonriente–. ¿Y si alguien nos ve?
–Tranquila,
nadie nos ve –él la bajó con cuidado–. Vamos, el helado se derrite –él sonrió
mostrando la bolsa en una de sus manos y extendió la otra hacia ella pidiendo
que la tomara.
–Espera…
oye… –ella tomó la mano y empezaron a
caminar.
–Solo
saludaré a tu madre y me voy. Tengo que regresar a preparar mi equipaje.
–Si,
pero…
Loco
tocó el timbre y la madre de _____ no tardó en abrir, él con su sonrisa
inocente y adorable hizo una reverencia saludando. Eli respondió amable el
saludo y los hizo pasar. Mientras _______ se cambiaba de ropa, Eli hacía café
para ofrecérselo a Loco.
–Te
has empapado bajo la lluvia –dijo Eli al ver a su hija salir de la habitación–.
Te calenté un poco de leche.
–No
mamá, sabes que odio la leche –vio a su madre servirle una taza con café a
Loco–. También quiero café.
–Leche
–insistió Eli poniendo una taza frente a su hija.
Loco
escribió rápidamente en su teléfono y le mostró la pantalla a Eli quien leyó
atentamente.
–Oh…
te vas de viaje y viniste a despedirte. Ya veo –respondió Eli con aparente
tristeza.
–Cierto,
ese viaje –______ hizo una mueca al darle un sorbo a la leche.
–Se
me olvidaba decirte que, ya que estaremos de vacaciones, Jay les ha dado días
libres a todo el personal.
–¡Grandioso!
Así podré pasar más tiempo con mi madre, ya me estaba sintiendo mal por dejarla
aquí todo el día.
–Si
–Loco sonrió–. Disfruta de lo que queda de la semana.
Eli
uso su teléfono para traducir sus buenos deseos hacia Loco y él lo leyó
agradecido, aquella forma de comunicarse era muy útil y después de una corta
platica, él se despidió, ______ insistió en acompañarlo hasta la salida del
edificio.
–¿Quieres
repetir lo del elevador? –cuestionó él sonriente mientras caminaban por el
pasillo.
–¿Qué
es lo que planeas? –cuestionó ella con
sospecha y presionó el botón que llama el elevador.
–¿Planeo?
Ya te dije que solo es un viaje de relax.
–No
me refiero a eso. ¿Qué es lo que pretendes haciéndome eso y luego te detienes y
sonríes victorioso? ¿Estás jugando conmigo?
–¿Qué?
¿A qué te refieres? –él le tomó la mano para ingresar al elevador.
–Está
bien, si es lo que quieres –ella sonrió
ladina.
–¿Qué?
No entiendo a qué te refieres, de verdad…
–Está
bien. Si eso es lo que quieres, entonces jugaremos.
–¡¡¡Pero
que!!! –cuestionó Loco entre risitas.
El
elevador llegó a la planta baja y ambos salieron para caminar hasta la puerta
principar del edificio.
–No
quiero irme –musitó él aferrándose a la mano de su novia.
–Tampoco
quiero que te vayas, pero ahora que también tendré vacaciones, me emociona
pasar tiempo con mi madre.
–Eso
será muy bueno, llévala a conocer bonitos lugares.
–Lo
haré –sonrió con tristeza–. Pero te voy a extrañar mucho.
–Y yo mucho más nena –le dio un beso para
después dar un paso lejos de ella soltando su mano lentamente.
–Ve
con mucho cuidado ¿Si?
–Lo
haré nena, no te preocupes –él agitó su mano y caminó hasta su auto regresando
su mirada varias veces hacia el edificio ya que ella permanecía ahí mirándolo
hasta que él subió al auto y se marchó dejandole un guiño coqueto.
Ella
sonriente regreso a su apartamento con su madre para planear que harían en los
siguientes días y se quedaron dormidas. Al siguiente día Alice llegó al
apartamento de ______ ya que ella estaba incluida en todos los planes de madre
e hija.
–Después
de las compras quiero conocer una sauna de esos que salen en los dramas –pidió
Eli emocionada mientras salían del apartamento–. Quiero ponerme una toalla en
la cabeza como orejitas de cordero.
–Está
bien mamá, iremos a uno de esos… pero Alice… ¿viniste en tu motocicleta?
–Ya
lo verás –canturreó Alice.
–Déjala
estacionada y tomamos taxi.
–No
será necesario –Alice sonreía sospechosamente mientras presionaba el botón de
subsuelo en el panel del elevador.
–¿Al
subsuelo? –cuestionaba ______ sin comprender.
______
y su madre siguieron a Alice por el estacionamiento sin comprender que hacían
ahí hasta que se detuvieron frente a un auto donde Alice exclamó.
–Este
auto es tan hermoso –señaló Alice.
–Si
es muy bonito… pero… color rosa… no sé, es muy llamativo ¿No?
–No
es rosa –respondió Alice–. Es lila pastel.
–Bueno
si lila… –______ se acercó para mirar dentro–. ¡El interior es rosa!
–¿Te
gusta?
–No
soy tan fanática del rosa, pero este auto se ve genial.
______
se mantenía pegada a las ventanas mirando el interior del auto asombrada
mientras Alice sonreía y caminó hasta la puerta del conductor, sacó de su bolso
un llavero del que colgaba un muñequito rosa y presionó un botón, las luces del
auto se encendieron haciendo un sonido y los seguros se levantaron.
–Suban
–pidió Alice al abrir la puerta del conductor.
______
estaba tan sorprendida que no podía cerrar su boca mientras subía en el lado
del copiloto y su madre subió al asiento de atrás.
–¡¿Compraste
este auto?! –cuestionó ______ mientras tocaba el tablero, revisaba la gaveta y
demás cosas.
–Si
–respondió Alice orgullosa–. Hace un mes lo compré y pedí que le hicieran
algunos ajustes a mi gusto. Me lo entregaron ayer por la tarde ¿te gusta?
–¡Me
encanta! –______ volteó hacia su madre–. ¿Qué te parece mamá?
–Es
precioso –respondió Eli sonriente.
–¡Ahora
vámonos de compras! –exclamó Alice y arrancó el auto.
En
el camino Alice les platicaba acerca del centro comercial al que irían, estaba
a una hora de distancia, pero valdría la pena ir hasta allí según ella.
–Compraré
muchas cosas –dijo Alice emocionada–. Ya se acerca la navidad ya sabes, el rojo
es la onda.
–Yo
no quiero tantas cosas, solo un abrigo…
–Te
compraré muchas cosas hija –dijo Eli poniendo su mano sobre el hombro de su
hija–. No te preocupes por el dinero, tómalo como tu regalo de navidad y de
cumpleaños atrasado.
–Si…
bueno mamá, pero aun así, solo un abrigo y unos cuantos calentadores…
–¿Calentadores?
No no no señorita, compraremos algo lindo.
–Por
ahora no es tan frío, pero escuché que en diciembre y enero las temperaturas
bajan mucho.
–Hay
ropa muy linda y abrigada –explicó Alice–. No necesariamente calentadores de
abuelita, hay unas pantimedias de fibra especial que no dejan pasar el frio así
puedes usar faldas cortitas en invierno.
–No,
moriré congelada, además no me gustan tanto las faldas cortas.
–Señora…
–Alice pronunció lentamente para ser entendida por Eli–. ¿Por qué su hija se
viste como una abuelita, con ropa tan floja? Creo que siempre usa dos tallas
más grandes de la que en realidad debería usar.
–¿Que
dices? –negó ______–. No es cierto.
–Si
lo es, te lo he dicho; Si Dios te dio ese cuerpo, debes sacarle provecho,
quiero decir… –de pronto se corrigió ya que Eli las miraba por el espejo–. No digo
que lo uses en el mal sentido de la palabra, me refiero a que lo luzcas. Usa
cosas lindas.
–No
me gusta la ropa incomoda –se justificó ______ mirando por su lado de la
ventana.
–_____
tiene un trauma –explicó Eli–. Le pasaron cosas… feas cuando era más joven.
–¿Cosas
feas? ¿Entendí bien?
–Si,
eso dije.
–¿Qué
cosas?
–¡Mamá!
–¿Qué
cosas, señora?
–Creo
que en Alice puedes confiar hija, puedes contarle esas cosas.
–No
es que no confíe. Es que no es como tú piensas mamá, te lo he dicho, no es un
trauma, son imaginaciones tuyas.
–No
son imaginaciones mías y lo sabes.
–¿Qué?
¿De qué se trata? –insistía Alice con tanta curiosidad.
–Le
puedo contar yo, aunque sería más fácil que tú se lo digas, se me acaba el
vocabulario en inglés y siento que lo estoy pronunciando mal.
–No
se preocupen, si es algo que no quieren contar… aunque –Alice miró brevemente a
su amiga–. ______ puedes contarme lo que sea, sabes que soy tu amiga.
–Bueno…
–______ suspiró–. No es un trauma, es solo que… no sé por dónde empezar –rio
incomoda.
–Empieza
por el principio –Alice se detuvo ante una luz roja de semáforo y miró a su
amiga infundiendo confianza.
–Fue
cuando yo estaba en último año de la escuela primaria. A mitad de año llegó un
profesor de gimnasia suplente y era… joven, al principió fue muy amable con
todas, durante las clases de gimnasia solíamos hacer ejercicios… ya sabes,
tocarte las puntas de los pies y luego pegar un brinquito.
–Si
–Alice continuó conduciendo, pero se mantenía atenta a su amiga–, continua.
–Aquel
maestro solía pasearse por las filas mirándoles el trasero a mis compañeras,
como yo era la más alta siempre estaba al último y me percaté de eso, pero no
pensé que sería algo malo hasta que un día durante el mismo ejercicio él… pasó
por detrás mío rosándome con sus dedos…
–¡¿Te
toco el trasero?! –Exclamó Alice aterrorizada y regresó su mirada hacia su
amiga.
–Fíjate
en el camino –pidió ______–. Sí, me tocó. Yo quise pensar que fue
accidentalmente pero después lo hacía… continuamente.
–¡Cielos!
¡Maldito cerdo! –Alice apretó el volante con fuerza–. ¿Y qué hiciste, lo
denunciaste?
–No…
es que yo no comprendía que era lo que pasaba. Yo solo me sentía incomoda y ya
no quería ir a gimnasia. Después durante el viaje de fin de año ese maestro
abuso de una de mis compañeras.
–¡¿A
ti no te hizo nada?!
–No…
Después de eso, despidieron al maestro, creo que lo metieron preso.
–¡Es
lo mínimo que merecía el infeliz! ¡Que maldito! ¡Cómo pudo hacerle eso a una
niña!
–Y
después fui al instituto, desde primer año hasta tercero estuve en el grupo de porristas,
fue una situación similar. Nuestra entrenadora estaba embarazada y teníamos una
competencia regional, ella no podía viajar ya que estaba en sus últimas semanas
de embarazo y envió con nosotras a un colega suyo.
–¿Te…
hizo algo? –Alice tragó saliva.
–No –______ miró hacia afuera y respiro profundo–.
Teníamos que dormir esa noche en un hotel y a la mañana siguiente era la
competencia. Él era... era agradable con todas y… –_______ se quedó en
silencio.
–Está
bien –Alice puso su mano sobre la de su amiga–. Si no quieres, no me lo cuentes.
–En
un momento estuvimos solos y él quiso… quiso abusar de mí –______ respiró
profundo y apretó en puño sus manos–. Rompió la blusa que yo llevaba puesta,
alguien del hotel escuchó mis gritos y me ayudaron, no me hizo nada –miró a su
madre quién parecía angustiada–. Y es todo. No es un trauma ya que no me pasó
nada.
–Maldito
infeliz –musitó Eli tomando aire para contener las lágrimas que amenazaban con
salir de sus ojos.
–No
pasó nada mami –______ sonrió para tranquilizar a su madre.
–Y
ese maldito bastardo –murmuró Alice furiosa–. ¡Espero que esté preso!
–Resultó
ser sobrino del rector del instituto –explicó Eli.
–No
me digas que… –Alice regreso su mirada brevemente–. ¿No le hicieron nada?
–No
–negó ______–. Él muy maldito dijo que yo lo busqué y que me metí a su
habitación.
–¡Que!
–exclamó ALice.
–Y
ya que era tan amable con todos, le creyeron a él, y a mi… todas mis compañeras
me empezaron a señalar, decían cosas feas de mi a mis espaldas.
–¡No
lo puedo creer! ¡Me da tanta rabia!
–Yo
solía comprarle la ropa más bonita –suspiró Eli–. Con la bonita figura que
tenía, siempre era la más bonita, la más popular, la consentida. Después de
eso, empezó a usar ropa demasiado grande para ella, escondiendo su figura. Se
quedó sin amigas y dejó de ser porrista, la cambié de instituto y me pidió que
la metiera en cursos de defensa personal, era lo mejor que podía hacer por ella.
Después tuvo uno que otro novio, pero no duraba más de una semana con ninguno.
–Es
que quería un novio coreano –bromeó ______ para quitar la incomodidad–. Pero
DongYul no me hacía ni caso en el instituto.
–Es
cierto –Alice dio un golpecito al volante–. Él estaba en tu instituto, ¿te
gustaba?
–Había
otros coreanos, pero él era el más guapo.
–Eso
fue porque se obsesiono con las novelas coreanas –explicó Eli–. La música y ya
casi no salía de casa.
–Ese
era mi destino mamá, DongYul finalmente me habló y bueno, aquí estoy.
–Entonces
DongYul es la pieza clave para que tu vida cambiara.
–Pues
creo que sí, pero no se lo digas –______ hizo una mueca.
–Creo
que la cultura de aquí es favorable para mi hija, al parecer los hombres son
más respetuosos e inocentes.
–No
todos –explicó Alice–. Hay algunos tipos que son unos pervertidos, violadores
hay de todo. Pero dejando ese tema de lado, creo que la vida por fin te está
dando un respiro. Si tantas cosas malas te pasaron desde temprana edad, ya ha
llegado el momento de que cosas buenas te pasen.
–Es
verdad hija creo, que el venir aquí fue una bendición –su voz se quebró.
–Mamá,
¿estas llorando? –______ regresó su mirada–. No tienes que preocuparte, ya no
pienso en esas cosas. No me afectan, ahora tengo un sueño y me está yendo muy
bien.
–Tienes
un novio que te quiere mucho –agregó Alice.
–Si,
eso también.
–Me
sorprendí al saber que tenías un novio –sonrió Eli–. Pero espero que dure un poco más de una semana… ¿Ya
ha pasado una semana?
–Si
mamá, ya es más de una semana, creo que con HyukWoo oppa, las cosas serán muy
diferentes –ella suspiró.
–¿Y
DongYul…? –cuestionó Eli.
–Él…
será mejor si me alejo de él.
–¿Pasó
algo más con DongYul que no me hayas contado?
–No
mami…
–¿Estás
segura hija? Porque si ese muchacho se atrevió a hacerte algo ¡voy a ahorcarlo!
–No
mamá –______ rio y miró a su amiga.
–Hemos llegado –suspiró Alice al detenerse–. ¡Ahora, gastemos
dinero como locas!
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