YangMi se ha quedado petrificada al igual que
HaEun, las dos se miran con la misma expresión de confusión.
- Yo soy HaEun –la curiosa hermana camina hacia
YangMi.
- Me llamo YangMi.
- YangMi… bueno… ¿Me puedes decir que relación
tienes con mi hermano?
- ¡¿Relación?! -YangMi se altera por la pregunta. –No ninguna
relación.
- ¿Entonces? ¿Porque dijo que eres su esclava?
- Bueno eso… -YangMi suspira. –Es una larga
historia.
- Escucho mucho parloteo y nada cocinándose
-reclama en un grito SungMin desde el segundo piso.
- Ese cretino….
–YangMi murmura, pero se queda en silencio y fuerza una sonrisa para
HaEun. –Disculpa… puedo revisar tu refrigerador para ver que ingredientes puedo
usar.
- Supongo que sí. –HaEun la analiza de pies a
cabeza.
- De acuerdo… -YangMi procede a abrir el
refrigerador.
- Esto sí que es muy raro. –HaEun se sienta
sobre el mesón de la cocina junto al lavabo. -Por lo general mi hermano traería
a una chica para cocinarle algo y me enviaría lejos de la casa. Además, él
suele tratar bien a las chicas bonitas.
YangMi sonríe. –¿Estás diciendo que soy bonita?
- Lo eres.
- Gracias. –YangMi sonríe mientras lava una
cebolla y continúa con la plática. –Pero creo que tu hermano no piensa lo mismo
que tú ya que me trata tan mal. Es más, soy su esclava como acabas de escuchar.
- ¿Pero porque accedes a ser su esclava? –HaEun
muestra una sonrisa socarrona. –¿Haces lo que mi hermano te dice porque él te
gusta?
- Por supuesto que no. –YangMi responde con una
mueca.
- ¿Entonces?
- Sucede que tu hermano sabe algo de mí, yo no
quiero que se lo diga a mis tíos porque ellos se lo dirían a mis padres y
ellos… bueno, es una larga historia. Oh, por cierto, vivo en la casa de alado.
Mis tíos son los Lee.
HaEun se sorprende. – ¿ByungYoon oppa es tu
primo?
- Si. Vine a vivir con ellos, voy a quedarme
por un corto tiempo… eso creo. –Pone
todos los ingredientes que cortó en una sarten y agrega sal.
- Wow… -HaEun aspira el aroma que empieza a
brotar de la sarten. –Huele delicioso.
- Solo es un refrito –menciona YangMi siento
modesta.
- ¿Pero qué es eso que sabe mi hermano que no
quieres que le diga tus tíos?
YangMi sonríe. –No me conviene que alguien más
sepa mi secreto.
- Vamos. ¿Crees que también podría
chantajearte? –HaEun carcajea.
- Bueno… -YangMi duda, pero se arriesga a
comentar. –El chantaje podría ser de familia.
- Oye… -HaEun hace un puchero, pero rápidamente
suelta una sonrisa. –No me voy a ofender porque quizá si lo haría –carcajea.
YangMi le dedica una mirada sarcástica a HaEun.
- Solo bromeaba. –HaEun no puede borrar la
sonrisa de su rostro. –Me agradas YangMi… ¿Qué edad tienes?
- Tengo veintiún años, los cumplí hace poco.
- ¡¿Es en serio?! Pensé que tenías la misma edad que yo… oh… lo
siento… unnie. Debería hablarte de usted, que mal educada soy.
- Esta bien, puedes hablarme cómodamente.
–YangMi le dedica una sonrisa maternal. –Asumo que tienes unos ¿dieci…siete
años?
- ¡Wow!
Adivinaste.
- Tengo ese don. –YangMi ríe. –Está listo. –refiriéndose a la comida.
- ¿Ya? ¿Tan rápido?
- Si. Es algo súper básico. ¿Puedes pasarme
unos platos?
- Claro. –HaEun se apresura a buscar los platos
para dárselos a YangMi. –Aw~ huele y se ve delicioso. –mira como YangMi sirve
dos platos- ¿Y no vas a servir uno para ti?
- No creo que al esclavizador le agrade que yo
también coma –rodea sus ojos poniéndolos en blanco.
- Ay, no le hagas mucho caso a mi hermano, es
muy bromista. –toma la sarten y sirve en un tercer plato. Lo pone en la mesa
junto a los demás y corre hacia las gradas para gritar. – Hermanito~ la comida
esta lista. –regresa a la mesa para dedicarle una dulce sonrisa a YangMi-
Siéntate.
- Eh… bueno… -YangMi toma siento.
SungMin no tarda en bajar, llega a la cocina. -
¿Por qué te sientas a la mesa de tu amo?
- Ves –YangMi mira a HaEun- te lo dije. –se
pone de pie y con una mueca responde. – Disculpe usted amo. ¡Mejor me voy!
- ¡Oppa!
-reclama HaEun. –Ella preparo esta deliciosa comida. ¿Por qué la tratas
así?
- Ella y yo tenemos esta clase de relación,
ella es mi esclava. No tengo porque tratarla bien.
- Claro… -YangMi lo mira con decepción. –Me
equivoque al pensar bien de ti. Como sea. Solo vine por mi teléfono, de seguro
tú lo tienes. –YangMi estira su mano a
la espera de su teléfono.
SungMin la ignora por completo y simplemente se
sienta y empieza a comer.
- Oye… -HaEun regaña con la mirada a su
hermano.
- De acuerdo. –YangMi tensa su mandíbula por la
impotencia. En su mente puede imaginar cien formas diferentes de estampar ese
plato de comida en el rostro de aquel cretino, pero se contiene. – Si tienes mi
teléfono déjalo después en mi puerta. ¡Me voy!
- No YangMi espera… -HaEun se levanta a prisa
para tomar la mano de YangMi.
- HaEun disculpa, el problema no es contigo.
- Quédate a comer, no le hagas caso a mi
hermano, él solo… -regresa su mirada acecina hacia su hermano- él…
- Esta bien HaEun… -YangMi suelta su mano. –
Espero que disfrutes de la comida. Me voy.
- Pero YangMi…
-HaEun se queda desilusionada mirando la puerta por la que se ha ido
YangMi, regresa su mirada hacia su hermano quien traspasa el arroz del plato
que había sido servido para YangMi sobre su propio plato. Camina hacia él. -
¡¿Qué pasa contigo?!
- Resaca. No grites. –SungMin hace una mueca y
continúa comiendo.
- Me importa un pepino tu resaca. ¡Te
comportaste como un idiota con YangMi! La pusiste a cocinar y la tratas así…
-se enfada más al ver como su hermano le da poca importancia y solo sigue
comiendo. - ¡No sé qué te ha pasado! ¡Ojalá te atragantes! -se va.
- ¿No vas a comer? -SungMin habla con su boca llena de
comida. – Dejaré tu plato en el
microondas. –Como si nada continúa
comiendo su plato. –Umm… esta delicio…so…
-se da golpes en el pecho. –HaEun… agua…
- ¡Atragántate!
-al parecer la pequeña HaEun no se ha ido del todo, estaba detrás de la
puerta de la cocina.
- Agua… -tose
HaEun camina hacia el refrigerador para sacar
una botella de agua y la pone de un golpecito en la mesa para su hermano
mirándolo con rencor.
SungMin sonríe y toma la botella para abrirla y
bebe.
- Malvado… -murmura HaEun con un puchero y
mirada de decepción.
- Oppa no es malvado~ -él habla en tercera persona.
- Lo has sido con YangMi.
- Ella se lo merece.
- “Una dama debe ser tratada como el pétalo de
una rosa” Lo dices siempre. ¿Qué paso con eso?
- Ella no es una dama -SungMin ríe burlón.
- ¿Entonces es un hombre? –HaEun hace una
mueca- Por primera vez debo decir que me avergüenzo de que seas mi hermano.
- Hey… -las palabras de su hermana lo han
herido- No seas cruel conmigo hermanita…
- Nunca te vi tratar tan mal a una persona.
- Te lo digo, ella se lo merece.
- Estaré en mi habitación. No quiero verte en
resto del día. –Esta vez HaEun si se retira hacia su habitación.
- ¿Qué vicho le pico…? Ni que la loca esa fuera
su mejor amiga… ¿Por qué se pone así? Acaso me habré pasado… ñee, ella se lo
merece. –SungMin continúa comiendo.
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- ¡Idiota! ¡Idiota! ¡IDIOTAAAA! -grita YangMi en su habitación. –Pero más
idiota he sido yo al creer que ese imbécil podía ser un buen tipo. ¡AHHH! -se tira en la cama y patalea haciendo un
berrinche. –Lo odio, lo odio ¡lo O D I O! -de repente se queda mirando al techo y
recuerdos llegan a su memoria como cortos films de video:
SungMin cargándola hasta la habitación, ella
sobre el pegándole, él levantándola, los dos cayendo sobre la cama, él
acercándose a ella ladeando su cabeza y con los ojos cerrados.
- ¡¿Acaso iba a besarme?! -se pregunta a sí misma. Alarmada se sienta
en la cama tratando de recordar mejor lo sucedido. – Si… claro que iba a
besarme. Cerro sus ojos… -ella ladea su cabeza imitando el recuerdo de la
acción de SungMin. -su cabeza… ¡No! ¡Qué asco!
Que mi primer beso sea con ese cretino. ¡Eso jamás!
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