- ¡Vomitaste sobre mi hombro! –grita SungMin
aterrado y asqueado a la vez bajándola de su espalda.
YangMi limpia su boca con su mano luciendo algo
confundida, intenta mantener sus ojos abiertos mientras se tambalea.
- ¡Lo hiciste a propósito! -reclama SungMin con un grito. –¡Esta es mi
sudadera favorita! –Con evidente asco en expresión abre el cierre de la
sudadera.
- ¿Quién eres? –Cuestiona YangMi.
La pregunta
desespera a SungMin, él toma un profundo respiro para calmarse, pero esto hace
que aspire el olor a vomito que le provocan nauseas e intenta contenerse.
Desesperadamente se quita la sudadera mientras camina hacia la maseta junto a
la puerta donde deja caer su sudadera al piso y levanta la maseta para saca una
llave con la que abre la puerta.
- Apresúrate, ¡entra! –Él está a punto de
perder el control.
- No me grites -YangMi hace un puchero infantil
y sus ojos se aguan amenazando con derramar llanto. - ¿Por qué eres tan malo
conmigo?
- ¿Ya sabes quién soy? ¡¿Acaso eres bipolar o
algo así?!
- ¡No me grites!
- He tenido suficiente de ti por hoy. –intenta
calmarse- Entra ya. –él señala hacia
dentro de la casa.
- Yo no voy a entrar a la casa de un extraño.
- ¡AH!
-SungMin desesperado se lleva las manos a la cabeza murmurando. –Señor,
buda, Alá, San Goku. quien sea, deme paciencia… -toma un profundo respiro
tratando de tranquilizarse. – Escucha, solo te soporto porque eres la prima de
mi mejor amigo así que coopera un poco... ¿Si? Entra y vete ya a dormir para
que se te quite la borrachera.
- Yo no estoy borracha y esta no es mi casa.
- Es la casa de tus tíos. ¿Ya se te olvido? Te
estas quedando aquí no sé porque maldita razón, pero aquí vives ahora así que
–remuerde sus dientes controlando un grito- Entra ya.
- Ah…
-YangMi mira al infinito. –Es cierto… Mis padres me echaron de casa.
–baja su cabeza y empieza a sollozar.
- ¡Tiene que ser una maldita broma! –SungMin ha
perdido la paciencia. Como si de una tacleada se tratara camina rápidamente
hacia YangMi para tomarla por la cintura de frente y la levanta poniéndola
sobre su hombro como si se tratara de un saco de patatas y se adentra en la
casa.
- ¡Suéltame!
-patalea YangMi revoltosa dejando caer sus zapatos en el trayecto, pero
esto no impide que la lleven.
Sin descanso SungMin sube las gradas con su
carga al hombro hasta llegar a la habitación de su amigo que ahora le pertenece
YangMi. Exhausto la baja dejándola caer en la cama bruscamente.
- ¡Eres un bruto! –reclama ella sobando su
brazo sentada en la cama.
- ¡Pues tu eres toda una molestia!
- ¡No me agradas!
- ¡Qué bueno! ¡Es recíproco¡
- ¡Idiota!
- ¡Loca!
- ¡No me digas loca! –YangMi se abalanza hacia
SungMin tirándolo al piso, ha quedado sentada sobre él a horcajadas y empieza a
lanzar manotazos.
- ¡Ah! Mi cabeza… - él detiene las manotadas de
YangMi tomándola con fuerza por las muñecas y forcejeando.
Al escuchar la queja de SungMin, YangMi se
detiene ya que entre sus sentidos nublados por el licor ha recordado que en la
misma habitación agredió al mismo sujeto causándole una cortada en la cabeza
hace no muchos días.
- ¿Qué demonios está mal contigo? ¡¿Por qué
eres tan agresiva?! -reclama SungMin sin
soltar las muñecas de YangMi y mirándola fijamente. - Solo te he hecho un favor
trayéndote a salvo a casa y me agredes de esta forma. ¡Deberías darme las
gracias!
YangMi logra comprender que su acción agresiva
ha sido excesiva y baja su mirada. – De acuerdo… lo… lo lamento…
- ¿Ya estas calmada? -YangMi asiente. -Ahora voy a soltarte y te
quitaras de encima ¿De acuerdo?
Ella vuelve a asentir y SungMin procede con lo
acordado, la suelta y ella se desliza hacia un lado notablemente apenada.
SungMin la mira con reproche y se pone de pie.
- Aun ni me quitan los puntos de la cortada que
me hiciste y ya me has provocado otro golpe en la misma zona –Reclama SungMin
con su mano en la cabeza.
- Lo lamento… -murmura ella desde el piso.
–Pero tú no paras de decirme loca y eso me molezta demasia..ado.
La mala pronunciación de YangMi le recuerda a
SungMin que ella esta ebria por lo que una discusión coherente ahora no
resultaría.
- Ok. Ponte de pie y metete a la cama. –SungMin
estira su mano ofreciéndole apoyo a YangMi.
Ella toma la mano y se deja jalar hacia arriba
para ponerse de pie, pero en el piso junto a la cama yace un cinturón. El pie
izquierdo de YangMi pisa directamente sobre la hebilla de este provocando que
salte hacia atrás como reacción ante el dolor y aún no ha soltado la mano de
SungMin por lo que se lo lleva en la caída hacia la cama quedando ella abajo y
él sobre ella.
Sus rostros están muy cerca, las miradas se
encuentran en breves segundos y SungMin ladea su cabeza lentamente dejando que
sus ojos se cierren mientras ella lo mira fijamente.
- ¿Qué haces?
-pregunta ella rompiendo el silencio del momento.
Él abre sus ojos abruptamente para notar la
mueca de desagrado en el rostro de YangMi, rápidamente se impulsa con sus manos
para retirarse de la comprometedora posición y aclara su garganta mirando
alrededor algo nervioso.
- Eres tan torpe… tan… -evita mirarla- No
vuelvas a beber ¡Te pones insoportable! –Se va.
- ¿Qué le pasa…? -YangMi se queda confundida pero no es
momento para reflexionar sobre lo sucedido, su cuerpo finalmente se siente
cómodo en la cama y el licor en su sangre hace que se sienta somnolienta, no
tarda nada en quedarse dormida.
---
- ¡¿Por qué me cargaba ese idiota?! Y… -los recuerdos aún son borrosos en la memoria
de YangMi mientras se da un baño- ¿Vomite?... creo que… -una gran carcajada escapa de su boca- Vomite
encima de ese tonto. -hace una mueca
mientras se envuelve en una toalla y sale del cuarto de baño. - Qué asco. Menos
mal fue sobre ese tonto y no sobre una persona importante. Aunque… -hace un
puchero mirándose al espejo en su armario- él pudo simplemente dejarme ahí…
pero me trajo a casa, aunque no hice más que ponérselo difícil. –suspira-
¿Debería darle las gracias y disculparme por vomitarle encima? Si, supongo que
sería lo correcto, aunque él no me agrade ni un poco.
Después de un monologo para sí misma y una
refrescante ducha, YangMi está en la cocina; vierte agua caliente en el
recipiente de fideos instantáneos y lo tapa. Sube a su habitación, recoge toda
su ropa sucia y las sabanas para meterlo todo en la lavadora echándole el doble
de la cantidad normal de detergente con el fin de deshacerse del olor a licor y
tabaco del karaoke de la noche anterior.
Ahora va hacia la cocina tarareando las
melodías de las canciones cantadas la noche anterior, definitivamente buscará
esas canciones y empezará una nueva lista de reproducción que no contengan
música de iglesia.
- ¡Ah, es cierto! -da un sorbo a la sopa. - La última canción… hizo
que RinRin llore… -toma de nuevo la cuchara y toma otro bocado esta vez de
fideos. - Tengo que llamarla… pero ¿dónde deje mi teléfono…? ¡Ay!
-suelta abruptamente los palillos. - ¿Ese idiota tendrá mi teléfono? –vuelve
a tomar los palillos. - Ni modo Lee YangMi. Tienes que ir donde ese tonto y
pedirle disculpas por vomitar, después le das las gracias y le preguntas por tu
teléfono. –Llena su boca con los fideos. - De todas formas, parece que lo
juzgue mal, no es un cretino con la gente, es bastante caballeroso y cortes en
realidad… A lo mejor me trató tan mal porque estaba enfadado ya que lo hice
detener por la policía. Digo, yo estaría furiosa y querría vengarme. Si… él
tiene razón de estar molesto y aun así me ayudo ayer a llegar a casa ayer…
Aunque… ¿Cómo es que llegue a la cama? -da dos sorbos más de sopa restándole
importancia a sus recuerdos faltantes- Le ofreceré disculpas y quien sabe,
podríamos ser buenos amigos, además si es amigo de mi querido primo supongo que
es una buena persona, aunque luzca tan horrible por fuera. Sí, eso haré.
–suspira y finalmente se calla para continuar comiendo.
---
- ¡Hueles horrible! -Reclama la pequeña HaEun tapando su nariz al
entrar a la habitación de su hermano- Levántate, ya son las cuatro de la tarde
y solo almorcé fideos instantáneos ¿No tienes pena por tu hermana?. –lo mueve
con el pie como si le diera pataditas.
- No… déjame dormir un poco más -reniega
SungMin poniéndose boca arriba ya que siempre duerme boca abajo.
- Ya casi es hora de la merienda, ¿No
escuchaste?
- No tengo hambre
- Yo sí, es tu turno de cocinar. Además… ¿No trabajas
en la farmacia hoy?
- No. Prepárate unos fideos instantáneos y
déjame dormir.
- ¡Oye! pero por lómenos date un baño. –Lo
golpea con una almohada- Apestas a cantina y vomito.
SungMin se sienta en la cama frunciendo su
rostro. –Me di una ducha apenas llegué y tú no sabes cómo huele una cantina. –levanta sus brazos oliéndose a sí mismo,
estira su camiseta e incluso sopla su aliento en su mano para comprobar el olor
que es solo el hedor del licor.
HaEun se dispone a salir de la habitación y
siente como el olor se intensifica, baja su mirada al piso, la ropa de SungMin
está allí tirada, ella baja su estatura un poco para levantar la camiseta y
descubre que es de esa ropa de donde provienen el mal olor.
- ¡¿Para eso bebes?! -reclama a gritos- Para vomitar y andar por
allí cayéndote como cualquier borracho.
- No bebí tanto hermanita, ya no me regañes.
–se levanta de la cama- Te prometí que ya no bebería tanto y lo estoy
cumpliendo. Ese vomito no es mío. –se dirige al cuarto de baño.
- ¡¿Entonces de quién es?!
- De la loca… -SungMin sonríe y lava su rostro.
- ¿Loca? ¿Qué loca? –HaEun abre sus ojos como
platos- ¿Aquella que te hizo lo de la cabeza?
- Si…
- ¿La que estaba desnuda?
SungMin suelta una risita algo extraña. –Sí,
ella…
- Okey, no quiero escuchar más si no me vas a
decir ya quien es esa chica, los últimos días no haces más que hablar de ella.
- No necesitas saber hermanita –él le pellizca
una mejilla.
- ¿Por qué? ¿Quién es ella y porque la
mantienes en secreto? Dime quien es. -Continúa con su reclamo, pero el timbre
de la puerta la interrumpe.
- Ve a abrir.
HaEun resopla en berrinche y se dirige al
primer piso. - ¿Quién es? –Pregunta ella antes de abrir la puerta.
- Hola, busco a SungMin… -responde una voz
tímida.
HaEun abre la puerta. – ¿Porque buscas a mi
hermano? ¿Quién eres?
- Hola… yo soy…
- ¿Quién es…?
-SungMin se acerca a la puerta interrumpiendo la presentación. – ¡Oh
vaya¡ es mi esclava. ¿Qué haces aquí?
- ¿Tu esclava?
-HaEun esta confundida.
YangMi frunce el ceño, pero procede con sus
intenciones de disculparse. – Vine a…
- Ahhh… ya se ya se - SungMin vuelve a
interrumpir - ¿Vienes a disculparte por ser una pésima bebedora, hacerme pasar
el papelón de mi vida y además… -hace una mueca de asco- vomitarme encima?
- Bueno… eso… -la actitud de SungMin hace que
YangMi se arrepienta de dar unas sinceras disculpas- Si… vine a disculparme por
eso y…
- ¡Perfecto! –SungMin jala a
YangMi del brazo haciéndola entrar en la casa y sin permitir una sola palabra
la dirige a la cocina- Debido al incidente de ayer tú periodo de esclavitud se
ha extendido. Ten. –le cuelga al cuello
un delantal de cocina- Prepara algo de comer que desperté con mucha
hambre. –Sin dar la mínima explicación
se va de la cocina.
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