–¡Hey! –DongHo responde la video llamada- Pensé
que habías muerto –se ríe.
YangMi mantiene con una mano el teléfono
apuntándose y con la otra refriega su ojo demostrando su cansancio. – Lamento
no haberte llamado. He estado algo ocupada. –abre sus ojos- Ya tengo trabajo.
- ¿Tan rápido?
- Si… -ella hace una mueca y ladea su cabeza
para luego poner su mano sobre su hombro.
- ¿Te duele? ¿Qué te paso?
Ella suspira. – Hoy ha sido un primer día en el
trabajo muuuuy difícil –suspira.
- ¡Cuéntamelo todo! –Exige DongHo con
entusiasmo.
Un par de horas después de
contarle todo lo sucedido…
- Definitivamente eres la persona con menos
suerte que conozco –carcajea DongHo- Mira que encontrarte con el mismo tipo…
-no puede dejar de reír.
- Es un imbécil
- Bueno. Tú lo acusaste primero cuando él era
inocente. Si fuera yo también querría vengarme –vuelve a reír.
- Voy a odiarte DongHo… -reprocha con un
puchero.
- No me odies bebé. Ámame –él dibuja una
sonrisa coqueta mientras muestra un corazón formado por sus dedos pulgar e
índice.
YangMi se ruboriza ante tal acción y cambia
rápidamente la cámara de la video llamada para apuntar a la habitación
cambiando abruptamente de conversación- Mira, esta es la habitación de mi
primo.
- Oh… ¿Y esa es la ventana por la que entro ese
tipo?
- Ni me lo recuerdes… -YangMi hace muecas- Ese
imbécil…
- Y te vio desnuda… -de repente DongHo se ha
puesto muy serió- Cierra muy bien esa ventana.
- Claro que la cerraré… –cambia de nuevo la
cámara para mostrarse- me daré una ducha.
- Ok~ -DongHo agita su mano despidiéndose-
cuídate mucho y escríbeme. Trataré de ir a visitarte.
- Si por favor ven… -hace un puchero.
- Trataré de encontrar el tiempo para ir. –la expresión de DongHo es notablemente
triste.
- ¿Todo está bien con tu madre? -YangMi se preocupa- Solo hemos hablado de
mí, lo siento…
- Esta bien. No hay nada que contar –él sonríe-
Aquí todo está bien. Ve y date una ducha para que te pongas los parches para el
dolor.
- Si tienes algo que contarme puedes escribirme
a cualquier hora DongHo. Lo sabes ¿Verdad?
- Lo se… -él sonríe, pero aun luce triste- Bye.
- Bye… -agita su mano sin ganas de terminar la
llamada, pero su amigo ya ha cortado.
YangMi deja caer su teléfono en la cama. Se ha
quedado algo preocupada por su amigo, pero no puede hacer nada por él ahora que
no viven en la misma ciudad. Se levanta y asegura la ventana para luego
dirigirse al cuarto de baño para darse una ducha.
---
Al siguiente día…
- Pon esa caja por allá –ordena SungMin.
YangMi lo mira de reojo apretando su mandíbula
conteniéndose y camina hacia el lugar señalado para dejar la caja, da dos
palmadas sacudiendo un poco de polvo de sus manos y se gira hacia el tirano que
la ha torturado toda la mañana.
- Ya idiota… -Ella murmura
- ¿Dijiste algo? –cuestiona SungMin a pesar de
haber escuchado perfectamente
- No. Nada –Ella finge una sonrisa sin
esfuerzo- Ya está.
- Bien. Puedes descansar ahora esclava -sonríe
sínico mientras toma una escoba- Yo me encargo del resto.
- ¿Qué es el resto? –Habla entre dientes
conteniendo las ganas de gritar- ¡Si todo lo hice yo!
- Shh…
-sisea SungMin- Modifica tu tono esclava. –empieza a barrer.
YangMi respira profundo mientras piensa “Ya te voy a modificar yo la cara de un
golpe…” intenta calmarse, pero
SungMin la ha molestado demasiado. - ¡Me
estoy cansando de tu actitud!
-
¡Muchachos! -Entra de repente el dueño
del minimarket- ¿Ya han terminado? -mira
alrededor con una sonrisa- Esta muy ordenado. Buen trabajo. –felicita mientras
mira a SungMin.
Una vez más YangMi ha sido vista sin hacer nada
y SungMin como si hubiera sido el quien hizo todo el trabajo. –Hoy cerraremos a medio día. –Anuncia el jefe con una gran sonrisa.
- Ah -SungMin sonríe- Hoy es el aniversario.
- ¿Aniversario? –YangMi pregunta con suma
curiosidad.
- Si -el jefe explica emocionado- Hoy
celebramos un año más de haber inaugurado este minimarket.
- Oh ya veo… -YangMi sonríe y usa un tono
dulce- Felicidades por llevar un buen negocio jefe.
El jefe no puede evitar conmoverse con la
dulzura de YangMi y sonríe. – Gracias. Eres muy dulce.
SungMin observa la escena anonadado. Toda la
mañana YangMi no hizo más que gruñir y darle miradas de odio, pero ante su jefe
se transforma en una linda y dulce jovencita.
SungMin da un paso hacia adelante. - Jefe.
¿Iremos al mismo lugar de barbacoa?
- Por supuesto –el jefe responde atento la
pregunta de su empleado- Ya he reservado la mesa de siempre. –rodea a SungMin
en un gesto de camaradería- Prepárate SungMin porque hoy beberás conmigo hasta
que quedes inconsciente.
- ¡Veremos quien cae primero! -bromea SungMin.
El pequeño momento que YangMi pudo capturar la
atención del jefe con su dulce felicitación ha sido completamente superado por
la astucia de SungMin.
- Disculpen… Me cambiaré primero –YangMi se
retira.
Dentro del baño YangMi murmura mientras se
quita la camiseta que le han proporcionado hoy como parte de su uniforme. –Ese
idiota es un acaparador de atención. –se queja para sí misma. –Apenas empezaba
a hablar con el jefe y ha intervenido él.
YangMi ha terminado de cambiarse y termina por
acomodar una cinta en el cuello de la blusa - ¡Ush! Ese tipo me pone de malas,
lo o… odio. –toce y rápidamente afloja la cinta en su cuello ya que la ha
apretado demasiado por el entusiasmo de sus palabras.
- ¡Oye date prisa! –Desde fuera SungMin la
apresura dando golpes incesantes en la puerta- ¡Necesito usar el baño!
- ¡Espera un momento! –responde ella con un
grito y continúa comprobando su atuendo con toda la paciencia posible sin
importarle los golpes en la puerta. Después de unos minutos sale.
- ¡Ya era hora!
-reprocha SungMin con las manos presionando su entrepierna con
desesperación y entra a prisa apartando a YangMi de un empujón.
Ella sonríe maliciosa y se retira del lugar
para reunirse en la puerta principal con los demás empleados.
---
Después de quince minutos caminando han llegado
a un restaurante no muy lujoso, pero tampoco demasiado sencillo.
Una mujer sonriente los dirige hacia la mesa
reservada. - ¿Se trata de una mesa para nueve personas?
-Si. –Responde el jefe sonriente.
- ¿Nueve personas? –Cuestiona YangMi a su amiga
SooRin en un susurro mientras toman asiento.
- Si. También vienen los empleados del turno de
la tarde –responde sonriente SooRin.
- Oh… ya veo… -YangMi asiente y saca el
teléfono que empezaba a vibrar en su bolsillo.
Se trata de un mensaje de su tía comunicándole
que le ha surgido un asunto urgente en el trabajo y tendrá que viajar junto a
su esposo por un par de días. SooRin no ha reparado en cotillear el mensaje en
el teléfono de su amiga.
SooRin susurra al oído de YangMi. –Uno de los
chicos del turno de la tarde es muy guapo. –Se aparta con una sonrisa pícara.
- ¿Si?
-YangMi sonríe ligeramente. –mientras guarda su teléfono.
- Ya lo veras con tus propios ojos -menciona
SooRin mientras sonríe mirando hacia la puerta- Ahí viene.
YangMi rápidamente busca con su mirada al
sujeto mencionado, al verlo ella sonríe disimulada y rápidamente mira a su
amiga cómplice.
- Te lo dije. –SooRin guiña un ojo.
- ¡Buenas tardes con todos! –el empleado que
acaba de llegar saluda enérgico y con una reverencia.
- Bienvenido HeoJun –Saluda sonriente el jefe-
siéntate donde quieras. Ya he pedido la comida, esperemos que los demás lleguen
pronto.
HeoJun no duda en tomar asiento junto a SooRin
y la saluda con una gran sonrisa. – Hola RinRin-ah~
- Hola oppa -SooRin responde amable pero poco
reciproca a la atención de HeoJun.
- ¿Y tú eres nueva? –él mira a YangMi.
- Si, empecé a trabajar ayer. Mucho gusto, me
llamo Lee YangMi.
- Yo soy Oh HeoJun –sonriente- mucho gusto.
–levanta ligeramente su ceja- Eres muy
bonita.
- Gracias –YangMi se sonroja.
Los empleados restantes no tardaron en llegar y
todos comieron, bebieron y platicaron entre la notable competencia de YangMi y
SungMin por acaparar la atención del jefe.
- Es momento de que me retire. -menciona el jefe poniéndose de pie un poco
mareado.
- Usted dijo que beberíamos hasta que uno de
los dos se desmaye –reclama SungMin.
El jefe sonríe y procede a tomar su chaqueta
ignorando con una sonrisa el reclamo de su empleado. –Dejaré pagando la cuenta
y ustedes pueden seguir bebiendo, pero yo debo ir a descansar. –suspira- Mañana
debo ir a visitar a mi amada en la montaña así que tienen el permiso para beber
ya que mañana no abriremos. –Agita su mano sonriente despidiéndose de todos,
pero detiene su mirada en SooRin y la señala. –No llegues muy tarde a casa,
señorita.
- ¡Si jefe!
-SooRin responde como si fuera un saludo militar.
- Bien bien… -el jefe camina con dificultad- me
voooy~
- Vaya con cuidado jefe –repiten todos al
unísono con una reverencia de despedida.
SungMin nota que su jefe no esta tan bien como
aparentaba y se levanta para tomarlo del brazo y ayudarlo a llegar fuera para
tomar un taxi.
- ¿Se acabó la cerveza? -pregunta SooRin con un puchero.
- Creo que si… -revisa otra de las empleadas en
cada botella y sonríe- ¿Pedimos más?
- Creo que todos han bebido suficiente… -se
atreve a mencionar YangMi quien solo ha bebido un par de vasos de cerveza y ya
tiene signos de mareo.
- No no no -reclama SooRin notablemente bajo
los efectos del alcohol, sonríe- Aun tenemos mucho por festejar. ¡Vamos a la
segunda ronda! ¡Yo invito! –se pone de pie tambaleándose.
- RinRin… -YangMi la sujeta- ¿No puedes ni
mantenerte en pie y quieres una segunda ronda?
- ¿Quién no puede mantenerse en pie? -SooRin se suelta del agarre de YangMi y
extiende sus brazos para equilibrarse perfectamente en un solo pie- ¿Ves? Estoy
perfectamente bien. - ¡Vamos a la segunda ronda!
SungMin regresa con sus compañeros justo a
tiempo para escuchar la propuesta. – Me parece perfecto RinRin. ¡Vamos al
karaoke!
- ¡Si! ¡Vamos! –responden al unísono los demás.
Todos salen del restaurante siendo
escandalosos.
- Hay un karaoke por allá –SungMin señala- No
está lejos.
YangMi hace una mueca. No puede negar que
SungMin es un joven muy agradable con todos sus compañeros de trabajo, pero con
ella se comporta como un tirano. Tanto odio hacia su “amo” le ha impedido
disfrutar de la noche y lo último que desea es pasar más tiempo con él en un
karaoke.
- Que se diviertan –YangMi agita su mano en
despedida- Yo ya me voy. –empieza a dar
pasos hacia atrás, pero es detenida por su amiga.
- Vamos
YangMi, tus tíos no estarán en casa, no tienes escusa –Suplica RinRin aferrándose
al brazo de YangMi y empieza a jalarla- Ya vamos~.
- Como sabes que mis tíos… oh ya veo, leíste mi
mensaje –YangMi entrecierra sus ojos acusando a su amiga.
- ¿Qué puedo hacer? La curiosidad es uno de mis
instintos básicos. –Sonríe SooRin
- La verdad es que me siento un poco mareada…
es mi primera vez bebiendo… -se escusa una vez más YangMi mientras muestra un
poco de resistencia.
- No seas aburrida, ni siquiera has bebido tanto
–insiste HeoJun tomándola del otro brazo para llevarla.
“No bebí tanto porque le prometí a DongHo que
la primera vez que me emborrache sería con él…” piensa YangMi mientras es llevada por sus
amigos. “Perdóname DongHo, creo que voy a
faltar a mi promesa…”
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