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Capítulo 15: Días de esclavitud



–¡Hey! –DongHo responde la video llamada- Pensé que habías muerto –se ríe.
YangMi mantiene con una mano el teléfono apuntándose y con la otra refriega su ojo demostrando su cansancio. – Lamento no haberte llamado. He estado algo ocupada. –abre sus ojos- Ya tengo trabajo.
- ¿Tan rápido?
- Si… -ella hace una mueca y ladea su cabeza para luego poner su mano sobre su hombro.
- ¿Te duele? ¿Qué te paso?
Ella suspira. – Hoy ha sido un primer día en el trabajo muuuuy difícil –suspira.
- ¡Cuéntamelo todo! –Exige DongHo con entusiasmo.
Un par de horas después de contarle todo lo sucedido…
- Definitivamente eres la persona con menos suerte que conozco –carcajea DongHo- Mira que encontrarte con el mismo tipo… -no puede dejar de reír.
- Es un imbécil
- Bueno. Tú lo acusaste primero cuando él era inocente. Si fuera yo también querría vengarme –vuelve a reír.
- Voy a odiarte DongHo… -reprocha con un puchero.
- No me odies bebé. Ámame –él dibuja una sonrisa coqueta mientras muestra un corazón formado por sus dedos pulgar e índice.
YangMi se ruboriza ante tal acción y cambia rápidamente la cámara de la video llamada para apuntar a la habitación cambiando abruptamente de conversación- Mira, esta es la habitación de mi primo.
- Oh… ¿Y esa es la ventana por la que entro ese tipo?
- Ni me lo recuerdes… -YangMi hace muecas- Ese imbécil…
- Y te vio desnuda… -de repente DongHo se ha puesto muy serió- Cierra muy bien esa ventana.
- Claro que la cerraré… –cambia de nuevo la cámara para mostrarse- me daré una ducha.
- Ok~ -DongHo agita su mano despidiéndose- cuídate mucho y escríbeme. Trataré de ir a visitarte.
- Si por favor ven… -hace un puchero.
- Trataré de encontrar el tiempo para ir.  –la expresión de DongHo es notablemente triste.
- ¿Todo está bien con tu madre?  -YangMi se preocupa- Solo hemos hablado de mí, lo siento…
- Esta bien. No hay nada que contar –él sonríe- Aquí todo está bien. Ve y date una ducha para que te pongas los parches para el dolor.
- Si tienes algo que contarme puedes escribirme a cualquier hora DongHo. Lo sabes ¿Verdad?
- Lo se… -él sonríe, pero aun luce triste- Bye.
- Bye… -agita su mano sin ganas de terminar la llamada, pero su amigo ya ha cortado.
YangMi deja caer su teléfono en la cama. Se ha quedado algo preocupada por su amigo, pero no puede hacer nada por él ahora que no viven en la misma ciudad. Se levanta y asegura la ventana para luego dirigirse al cuarto de baño para darse una ducha.

---
Al siguiente día…
- Pon esa caja por allá –ordena SungMin.
YangMi lo mira de reojo apretando su mandíbula conteniéndose y camina hacia el lugar señalado para dejar la caja, da dos palmadas sacudiendo un poco de polvo de sus manos y se gira hacia el tirano que la ha torturado toda la mañana.
- Ya idiota… -Ella murmura
- ¿Dijiste algo? –cuestiona SungMin a pesar de haber escuchado perfectamente
- No. Nada –Ella finge una sonrisa sin esfuerzo- Ya está.
- Bien. Puedes descansar ahora esclava -sonríe sínico mientras toma una escoba- Yo me encargo del resto.
- ¿Qué es el resto? –Habla entre dientes conteniendo las ganas de gritar- ¡Si todo lo hice yo!
- Shh…  -sisea SungMin- Modifica tu tono esclava.  –empieza a barrer.
YangMi respira profundo mientras piensa “Ya te voy a modificar yo la cara de un golpe…”  intenta calmarse, pero SungMin la ha molestado demasiado.  - ¡Me estoy cansando de tu actitud! 
 - ¡Muchachos!  -Entra de repente el dueño del minimarket- ¿Ya han terminado?  -mira alrededor con una sonrisa- Esta muy ordenado. Buen trabajo. –felicita mientras mira a SungMin.
Una vez más YangMi ha sido vista sin hacer nada y SungMin como si hubiera sido el quien hizo todo el trabajo.   –Hoy cerraremos a medio día.  –Anuncia el jefe con una gran sonrisa.
- Ah -SungMin sonríe- Hoy es el aniversario.
- ¿Aniversario? –YangMi pregunta con suma curiosidad.
- Si -el jefe explica emocionado- Hoy celebramos un año más de haber inaugurado este minimarket.
- Oh ya veo… -YangMi sonríe y usa un tono dulce- Felicidades por llevar un buen negocio jefe.
El jefe no puede evitar conmoverse con la dulzura de YangMi y sonríe. – Gracias. Eres muy dulce.
SungMin observa la escena anonadado. Toda la mañana YangMi no hizo más que gruñir y darle miradas de odio, pero ante su jefe se transforma en una linda y dulce jovencita.
SungMin da un paso hacia adelante. - Jefe. ¿Iremos al mismo lugar de barbacoa?
- Por supuesto –el jefe responde atento la pregunta de su empleado- Ya he reservado la mesa de siempre. –rodea a SungMin en un gesto de camaradería- Prepárate SungMin porque hoy beberás conmigo hasta que quedes inconsciente.
- ¡Veremos quien cae primero!  -bromea SungMin.
El pequeño momento que YangMi pudo capturar la atención del jefe con su dulce felicitación ha sido completamente superado por la astucia de SungMin.
- Disculpen… Me cambiaré primero –YangMi se retira.

Dentro del baño YangMi murmura mientras se quita la camiseta que le han proporcionado hoy como parte de su uniforme.  Ese idiota es un acaparador de atención. –se queja para sí misma. –Apenas empezaba a hablar con el jefe y ha intervenido él.
YangMi ha terminado de cambiarse y termina por acomodar una cinta en el cuello de la blusa - ¡Ush! Ese tipo me pone de malas, lo o… odio. –toce y rápidamente afloja la cinta en su cuello ya que la ha apretado demasiado por el entusiasmo de sus palabras.
- ¡Oye date prisa! –Desde fuera SungMin la apresura dando golpes incesantes en la puerta- ¡Necesito usar el baño!
- ¡Espera un momento! –responde ella con un grito y continúa comprobando su atuendo con toda la paciencia posible sin importarle los golpes en la puerta. Después de unos minutos sale.
- ¡Ya era hora!  -reprocha SungMin con las manos presionando su entrepierna con desesperación y entra a prisa apartando a YangMi de un empujón.
Ella sonríe maliciosa y se retira del lugar para reunirse en la puerta principal con los demás empleados.
---
Después de quince minutos caminando han llegado a un restaurante no muy lujoso, pero tampoco demasiado sencillo.
Una mujer sonriente los dirige hacia la mesa reservada. - ¿Se trata de una mesa para nueve personas?
-Si. –Responde el jefe sonriente.
- ¿Nueve personas? –Cuestiona YangMi a su amiga SooRin en un susurro mientras toman asiento.
- Si. También vienen los empleados del turno de la tarde –responde sonriente SooRin.
- Oh… ya veo… -YangMi asiente y saca el teléfono que empezaba a vibrar en su bolsillo.
Se trata de un mensaje de su tía comunicándole que le ha surgido un asunto urgente en el trabajo y tendrá que viajar junto a su esposo por un par de días. SooRin no ha reparado en cotillear el mensaje en el teléfono de su amiga.
SooRin susurra al oído de YangMi. –Uno de los chicos del turno de la tarde es muy guapo. –Se aparta con una sonrisa pícara.
- ¿Si?  -YangMi sonríe ligeramente. –mientras guarda su teléfono.
- Ya lo veras con tus propios ojos -menciona SooRin mientras sonríe mirando hacia la puerta- Ahí viene.
YangMi rápidamente busca con su mirada al sujeto mencionado, al verlo ella sonríe disimulada y rápidamente mira a su amiga cómplice.
- Te lo dije. –SooRin guiña un ojo.
- ¡Buenas tardes con todos! –el empleado que acaba de llegar saluda enérgico y con una reverencia.
- Bienvenido HeoJun –Saluda sonriente el jefe- siéntate donde quieras. Ya he pedido la comida, esperemos que los demás lleguen pronto.
HeoJun no duda en tomar asiento junto a SooRin y la saluda con una gran sonrisa. – Hola RinRin-ah~ 
- Hola oppa -SooRin responde amable pero poco reciproca a la atención de HeoJun.
- ¿Y tú eres nueva? –él mira a YangMi.
- Si, empecé a trabajar ayer. Mucho gusto, me llamo Lee YangMi.
- Yo soy Oh HeoJun –sonriente- mucho gusto. –levanta ligeramente su ceja-  Eres muy bonita.
- Gracias –YangMi se sonroja.

Los empleados restantes no tardaron en llegar y todos comieron, bebieron y platicaron entre la notable competencia de YangMi y SungMin por acaparar la atención del jefe.
- Es momento de que me retire.  -menciona el jefe poniéndose de pie un poco mareado.
- Usted dijo que beberíamos hasta que uno de los dos se desmaye –reclama SungMin.
El jefe sonríe y procede a tomar su chaqueta ignorando con una sonrisa el reclamo de su empleado. –Dejaré pagando la cuenta y ustedes pueden seguir bebiendo, pero yo debo ir a descansar. –suspira- Mañana debo ir a visitar a mi amada en la montaña así que tienen el permiso para beber ya que mañana no abriremos. –Agita su mano sonriente despidiéndose de todos, pero detiene su mirada en SooRin y la señala. –No llegues muy tarde a casa, señorita.
- ¡Si jefe!  -SooRin responde como si fuera un saludo militar.
- Bien bien… -el jefe camina con dificultad- me voooy~
- Vaya con cuidado jefe –repiten todos al unísono con una reverencia de despedida.
SungMin nota que su jefe no esta tan bien como aparentaba y se levanta para tomarlo del brazo y ayudarlo a llegar fuera para tomar un taxi.
- ¿Se acabó la cerveza?  -pregunta SooRin con un puchero.
- Creo que si… -revisa otra de las empleadas en cada botella y sonríe- ¿Pedimos más?
- Creo que todos han bebido suficiente… -se atreve a mencionar YangMi quien solo ha bebido un par de vasos de cerveza y ya tiene signos de mareo.
- No no no -reclama SooRin notablemente bajo los efectos del alcohol, sonríe- Aun tenemos mucho por festejar. ¡Vamos a la segunda ronda! ¡Yo invito! –se pone de pie tambaleándose.
- RinRin… -YangMi la sujeta- ¿No puedes ni mantenerte en pie y quieres una segunda ronda?
- ¿Quién no puede mantenerse en pie?  -SooRin se suelta del agarre de YangMi y extiende sus brazos para equilibrarse perfectamente en un solo pie- ¿Ves? Estoy perfectamente bien. - ¡Vamos a la segunda ronda!
SungMin regresa con sus compañeros justo a tiempo para escuchar la propuesta. – Me parece perfecto RinRin. ¡Vamos al karaoke!
- ¡Si! ¡Vamos! –responden al unísono los demás.
Todos salen del restaurante siendo escandalosos.
- Hay un karaoke por allá –SungMin señala- No está lejos.
YangMi hace una mueca. No puede negar que SungMin es un joven muy agradable con todos sus compañeros de trabajo, pero con ella se comporta como un tirano. Tanto odio hacia su “amo” le ha impedido disfrutar de la noche y lo último que desea es pasar más tiempo con él en un karaoke.
- Que se diviertan –YangMi agita su mano en despedida- Yo ya me voy.  –empieza a dar pasos hacia atrás, pero es detenida por su amiga.
 - Vamos YangMi, tus tíos no estarán en casa, no tienes escusa –Suplica RinRin aferrándose al brazo de YangMi y empieza a jalarla- Ya vamos~.
- Como sabes que mis tíos… oh ya veo, leíste mi mensaje –YangMi entrecierra sus ojos acusando a su amiga.
- ¿Qué puedo hacer? La curiosidad es uno de mis instintos básicos. –Sonríe SooRin
- La verdad es que me siento un poco mareada… es mi primera vez bebiendo… -se escusa una vez más YangMi mientras muestra un poco de resistencia.
- No seas aburrida, ni siquiera has bebido tanto –insiste HeoJun tomándola del otro brazo para llevarla.
“No bebí tanto porque le prometí a DongHo que la primera vez que me emborrache sería con él…” piensa YangMi mientras es llevada por sus amigos. “Perdóname DongHo, creo que voy a faltar a mi promesa

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