SungMin sonríe. – Vaya vaya… ¿A quién tenemos
aquí…?
No puede ser… -YangMi bufa y frunce el ceño-
¿Por qué tengo tanta mala suerte? ¡De miles de lugares tenías que estar aquí!
SungMin se acerca a ella- Pero si la que ha venido
eres tú. –La señala- Este es mi lugar de trabajo desde hace un año y si no te
gusta puedes irte.
- ¡Por supuesto que me voy! –ella se dirige
hacia la puerta y sale de la bodega.
- ¿Ya has hablado con SungMin? –pregunta el
dueño del minimarket acercándose a ella.
- Si, pero… señor…
- Mira. –le entrega una hoja- Este es tu contrato.
La mirada de YangMi es atraída de inmediato por
el monto de dinero que se le pagará por hora, es más de lo que comúnmente se
paga en un trabajo a medio tiempo.
- ¿Ibas a decirme algo? –pregunta el jefe.
- No.
–YangMi sonríe- Muchas gracias por contratarme, ¿Dónde firmo?
- Aquí –el jefe le entrega un esfero e indica
donde firmar.
Después de firmar el contrato YangMi regresa a
la bodega.
- ¿No te ibas? –pregunta SungMin al verla
entrar.
- Este lugar paga muy bien y necesito el
dinero. –respira profundo- Escucha. Vamos a ser compañeros de trabajo así que
intentemos llevarnos bien ¿De acuerdo? –estira su mano.
SungMin la mira con seriedad y también estira
su mano, ella acerca más la suya y cuando están a punto de darse un apretón él
retira su mano.
- No lo creo –levanta su ceja junto con una
sonrisa de lado- Esclava.
- ¿Qué?
- ¿Ya se te olvido? –él se mantiene sonriente-
eres mi esclava. –carcajea- es fabuloso que hayas venido a trabajar aquí. Voy a
tomarme un descanso y tu harás mi trabajo.
- Eres un… -YangMi aprieta su puño y cuando
está a punto de abrir la boca para insultarlo entra el jefe a la bodega.
- Muchachos llegó el camión de entrega, abran
la puerta y bajen las cajas.
- Entendido -SungMin se va hacia la puerta
acatando la orden.
YangMi niega con su cabeza y suelta un largo suspiro.
–¿Porque presiento que este tipo me va a hacer la vida imposible…? –se dirige
hacia la puerta.
---
El momento de la descarga del camión ha
sucedido tan rápido que están amontonados de cajas en la puerta trasera de la
bodega, el jefe confirma que todo esté completo y se retira para dejar que
SungMin y la nueva empleada hagan su trabajo.
- ¿Qué esperas? –SungMin se cursa de brazos
- ¿Disculpa?
SungMin señala las cajas. – Empieza a poner las
cajas en cada estantería.
- ¿Yo sola?
- Si esclava. –se sienta- Date prisa, ¿qué
esperas?
Ella lo aniquila con su mirada, pero de ninguna
forma se dejará derrotar por aquel sujeto. YangMi sube las mangas de su suéter
y camina decidida hacia la primera caja, la levanta con facilidad. Después de
todo, solo se trata de esponjas para fregar los platos. Lleva la caja a la fila
de estanterías con productos de limpieza y continua con la siguiente caja.
Después de una hora YangMi finalmente acomoda
las cosas de la última caja y el jefe entra una vez más, YangMi lo ve con la
esperanza de que descubra a su tirano compañero, pero SungMin como si hubiera
presentido que el jefe entraría, coloca una caja sobre el estante y sacude sus
manos como si hubiera hecho un arduo trabajo.
- ¿Cómo les va muchachos? –pregunta el jefe
sonriente.
- Agotado, pero he acabado –responde SungMin
secando sudor inexistente de su frente.
- ¿Qué…? –YangMi se indigna y se remuerde en
pensamientos- ¿Cómo supo que el jefe
entraría…?
- Otra entrega llegó –informa el jefe- SungMin
abre la puerta por favor.
- Si jefe -obedece rápidamente.
El mismo proceso; el personal de la entrega
baja las cajas dejándolas a la puerta de la bodega y la esclava vuelve a hacer
todo el trabajo.
YangMi ha acabado y está agotada, se sienta en
el piso, sus piernas no soportan y sus brazos tiemblan por haber cargado tantas
cajas.
SungMin se regodea al ver a su esclava agotada
y se levanta de su silla, toma una escoba y empieza a barrer. El jefe vuelve a
entrar y encuentra a YangMi sentada en el piso.
- Te advertí que sería un trabajo difícil muchacha
–el jefe ríe y mira a SungMin- Como siempre mi muchacho puede con todo.
¿Acaba de decirle “mi
muchacho”? –se cuestiona YangMi mirando a
su jefe caminar hacia SungMin para darle una palmada de felicitación en el
hombro.
Notablemente el jefe adora a SungMin y si
YangMi se queja ahora mismo, no le creería una sola palabra. Ella se pone de
pie mirando con rencor a SungMin.
- ¿Cómo le ha ido a YangMi hoy? –pregunta el
jefe como si ella no estuviera presente.
- Oh, bien… -SungMin descaradamente mira a
YangMi- aunque por ser mujer he sido considerado con ella eh hice la mayoría
del trabajo hoy.
Maldito mentiroso… -YangMi lo amenaza con su mirada.
- Lo supuse –el jefe sonríe- eres todo un
caballero, pero no la mal acostumbres –mira a YangMi- muchacha, debes trabajar
¿Entendido?
- Si señor… -responde ella apenada.
- Bien. –el jefe da un aplauso- Ha terminado
vuestro turno por hoy. Los veré mañana.
El jefe se despide y sale de la bodega. SungMin
se da prisa y entra al baño para cambiarse su uniforme y ya que YangMi no posee
uno simplemente sale de la bodega hacia el minimarket, se dirige hacia la caja
donde se encuentra la muchacha que estaba en un principio con otra chica
haciendo el cambio de turno, para no interrumpir YangMi simplemente hace una
ligera reverencia en despedida y se dispone a marcharse.
- YangMi –llama la chica.
- ¿He?
-YangMi se detiene.
- ¿Puedes esperarme un momento? –pide la chica.
- Oh… -YangMi duda, pero asiente con la cabeza-
Está bien.
La chica se apresura a quitarse el delantal que
portaba y su gorra, lo deja bajo el mostrador y sale a prisa para reunirse en
la puerta con YangMi.
- Vamos –la chica toma a YangMi del brazo y la
lleva fuera- ¿Tomas el autobús?
- Si… -YangMi está un poco extrañada ya que no
conoce a la chica, pero ella está siendo bastante amigable.
- ¿Hacia allá –señala- o hacia allá? –pregunta
la cajera con una sonrisa.
- Hacia allá –señala YangMi.
- Perfecto~ -la chica sonríe y continúa
aferrada al brazo de YangMi- también voy hacia allá. Podemos ir juntas. –La
chica nota la mirada de perturbación en YangMi- Oh… lo siento… ¿Te incomodo?
- No no… es solo que… -YangMi sonríe apenada.
- ¿Soy abrumadora? –pregunta la chica
sonriente.
- No quise decir eso…
- Tranquila, sé que soy abrumadora –le guiña-
soy un poco hiperactiva –carcajea y suelta el brazo de YangMi para presentarse
con una gran sonrisa- Mi nombre es Cha SooRin, pero todos me dicen RinRin. Tu
nombre es YangMi y tienes veintiún años al igual que yo. –YangMi la mira con
algo de temor y esto le provoca una sonrisa- Tranquila, no soy una acosadora
–carcajea- lo leí en tu carpeta de referencia.
- Ah… ya veo… -YangMi parpadea un par de veces
y una sonrisa aparece en su rostro- Gusto en conocerte.
- Ya verás que seremos muy buenas amigas. ¡Oh! Mira, ahí viene el autobús. - RinRin se
vuelve a enganchar en el brazo de YangMi- ¡Vamos!
---
- Y dime YangMi. ¿Cómo fue tu primer día de
trabajo en la bodega? –pregunta RinRin sentada junto a YangMi en la última fila
del autobús.
- Fue agotador –YangMi pone su mano en el
hombro- creo que necesitaré parches para el dolor.
- ¿SungMin dejo que cargaras cosas pesadas?
–RinRin luce sorprendida.
- Me hizo cargar todas las cajas –menciona
YangMi con indignación.
RinRin ríe. – Estas bromeando ¿Cierto?
YangMi mira a su nueva amiga por un par de
segundos en lo que recuerda al dueño del minimarket. Talvez esta chica también
aprecia SungMin como el jefe.
Un suspiro se escapa de la boca de YangMi, hace
un ligero puchero. - No importa. Olvídalo.
- ¿Eh? –RinRin no comprende. Mira hacia la
ventana y se pone de pie- Se acerca mi parada. Te veo mañana YangMi –sonriente
sale de la fila de asientos y se dirige hacia la puerta para bajar en su
parada.
Después de unos cuantos minutos YangMi también baja
del autobús. En la calle de enfrente hay un letrero de “farmacia” justo lo que
necesita ella en este momento. Se dirige hacia el cruce peatonal para esperar a
que el semáforo les de paso y cruza junto con la gente que también esperaba. Entra
en la farmacia y una mujer adulta de cabello corto y rizado la recibe con una
sonrisa.
- ¿En qué
puedo ayudarte jovencita?
- Hola… por favor deme dos parches para el
dolor.
- Si claro. Dame un segundo por favor… -la mujer se dirige hacia el fundo de la
farmacia buscando en las estanterías- Oh… creo que se han terminado… -toma en
su mano una caja vacía y se dirige al mostrador- Dame un segundo muchacha. Debo
ir al almacén… -La campana de la puerta suena anunciando la entrada de alguien-
¡Oh, SungMin! Llegas justo a tiempo –La mujer sonríe mirando hacia la entrada
mientras YangMi se siente aterrada deseando que en esta ciudad existan más
SungMins y no se trate del mismo cretino.
Lentamente YangMi vuelve su rostro para
confirmar sus sospechas. ¿Acaso puede una chica tener tanta mala suerte? Al
parecer sí.
- Tu otra vez… -murmura YangMi mirando a su esclavizador.
- SungMin por favor trae del almacén unas cajas
de parches para el dolor -pide la mujer.
- Por supuesto –SungMin sonríe y entra por una
puerta a su derecha.
- Ese idio… -YangMi aclara su garganta- Digo. ¿Ese
joven trabaja aquí?
- Si, me ayuda por las tardes durante las
vacaciones. –responde sonriente la mujer- ¿Lo conoces?
- No. –YangMi
finge una sonrisa.
La puerta por la que se fue SungMin se abre y
él regresa con varias cajas medianas apiladas en sus brazos. La mujer de la farmacia
abre la puerta del mostrador para dejarlo pasar y toma una de las cajas
permitiendo que SungMin se dirija hacia la estantería del fondo para acomodar
las cajas restantes.
- ¿Pediste dos verdad? –pregunta la mujer
mientras abre la caja pero YangMi esta distraída mirando a SungMin al final de
la farmacia- Oye, muchacha.
- ¿Qué? –YangMi reacciona
- ¿Querías dos?
- Oh… si si… dos por favor… -suspira- Y deme
algo para el dolor de cabeza también.
- De acuerdo… -La mujer prepara el pedido en
una bolsa de papel y lo entrega a YangMi cobrando el costo. –Ten tu recibo y
gracias por la compra. Que tengas un buen día.
- Gracias. Que tenga un buen día también. –YangMi
se va de la farmacia.
La mujer mira a SungMin con una sonrisa. –La conoces
¿verdad?
- ¿Qué? –SungMin sonríe y se dirige hacia la
mujer.
- La linda muchacha que acaba de irse. La
conoces.
- Bueno… -SungMin no puede borrar su sonrisa-
Algo así.
- ¿Algo así?
- Es una larga y complicada historia.
- ¿Y te gusta?
- Claro que no -SungMin estalla en risa.
- Pues creo que tú le gustas a ella. No podía quitarte
la mirada de encima.
Él bromea.
- Seguro intentaba aniquilarme con su mirada. No nos agradamos mutuamente.
- Oh… que lastima que no se agraden, ella es
bastante bonita.
- ¿Usted lo cree? -SungMin disimula una sonrisa.
- Por supuesto. Si no puedes ver que es muy
bonita deberías ir a que te revisen la vista muchacho.
SungMin ríe. –Iré a traer otros productos que están
por agotarse en las estanterías.
- Claro… Ve –la mujer sonríe.
---
- ¿Acaso no hay alguien más en este mundo al
que puedas hacer miserable? -Cuestiona
YangMi mirando hacia el cielo mientras camina hacia la casa de sus tíos- ¡En serio! De todos los lugares en esta ciudad tenía que
terminar en los que son territorio de ese idiota… auuuch… -se queja sujetando
su hombro derecho- Siento como si un camión me hubiera pasado por encima.
Al llegar a la casa, ella sube las gradas agarrándose
al pasamanos como si fuera una anciana con artritis; Está agotada. Entra en su
habitación y se deja caer en la cama.
–Y pensar que solo ha sido medio día de
trabajo... –Suspira- Siento que ha sido una eternidad de tortura con ese
idiota. –cierra sus ojos lentamente pero un zumbido la hace reaccionar. Es su teléfono-
Es cierto… No llame a DongHo… -mira el mensaje en pantalla: “¿Estas bien? Me tienes preocupado”
YangMi presiona el botón de video llamada y
espera a que su amigo le responda.
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