Los ojos de YangMi se abren inmensurablemente
al ser acusada por SungMin, ella también acaba de recordarlo y se ha quedado
sin palabras, traga saliva con dificultad.
- Me recuerdas ¿Verdad? –SungMin continúa
señalándola- Por eso te has quedado sin habla.
Ella de soslayo puede ver a sus tíos venir por
el pasillo y rápidamente toma la mano acusadora de SungMin para que deje de señalarla
y se acerca a él para susurrar.
- Por favor no les digas a mis tíos.
- ¿Qué? –el da un paso atrás- Claro que les voy
a decir.
Ella vuelve a tomarlo de la manga de su
chaqueta. –Por favor por favor… -le suplica.
- ¿Sabes por lo que pase por tu culpa? –sonríe
cínico- solo deseaba encontrarte para hacerte pagar por lo que me hiciste y hoy
vuelves a atentar contra mí.
YangMi aprieta sus dientes y murmura con rabia.
– ¡Tú me has visto desnuda!
- ¿Y?
- No se lo dije a mi tía y no se lo diré a
nadie, pero por favor no les digas lo de la estación de policía, ahora mismo
tengo demasiados problemas con mis padres y eso empeorará todo.
- Perfecto –sonríe malvado- de esa forma me las
pagaras.
Los tíos de YangMi se aproximan y ella intenta
una súplica desesperada.
- ¡Haré lo que me pidas! Seré tu esclava si es
necesario.
- Olvídalo. Que dulce es la venganza~ –canturrea y camina hacia los tíos de YangMi
- Desgraciado… -murmura YangMi y también camina
hacia sus tíos.
- ¿Aquí está tu medicamento? –el tío le entrega
una bolsita plástica con pastillas- Ahora si, vamos a casa.
- Gracias señor Lee. –SungMin sonríe y caminan hasta el
estacionamiento- Por cierto, acabo de recordar que conocí a YangMi
anteriormente.
- Ah, ¿Sí?
-La tía sonríe- ¿Dónde?
YangMi cierra sus ojos preparándose para ser
delatada y camina en silencio.
- En fotografías –SungMin sonríe y regresa su
mirada a YangMi- ByungYoon me mostro un álbum hace tiempo. Estaba junto a una
niña pequeña que lucía muy adorable, supongo que eres tu YangMi.
YangMi lo mira sorprendida y confundida a la
vez.
- Oh, sí. –la tía sonríe- Nuestros álbumes están llenos de fotos de
ByungYoon y YangMi juntos, eran inseparables de niños.
El señor Lee presiona el botón de su mando a
distancia para abrir los seguros del auto y cada quien se dirige a una puerta
para entrar.
YangMi es la primera en entrar y SungMin junto
a ella, sin mirarla él susurra en un canturreo. – Desde hoy eres mi esclava~
YangMi lo mira y cuando está a punto de decir
algo sus tíos entran al auto así que no puede hacer más que apretar sus dientes
impotente.
---
Tras cuarenta minutos de platica amorosa de los
tíos Lee, planificación maléfica para su nueva esclava de CJamm y tortura
mental para YangMi: todos han llegado a casa.
- ¿Estás seguro de que no quieres comer con
nosotros SungMin? -pregunta amable la Sra. Lee.
- Gracias por el ofrecimiento señora pero mi
hermana está sola en casa. -SungMin responde sonriente- seguro está preocupada
por mí.
- Puedes invitarla también, cenemos juntos.
Compramos mucha comida. -insiste la señora- Además siento que debería
compensarte por lo que te hizo mi sobrina -ríe.
Los ojos de YangMi se abren desmesuradamente. "¿Que yo le hice que cosa?"
Piensa mientras le dedica una mirada fulminante a SungMin.
Él sonríe modestamente. - Eso no es necesario, además
YangMi quizá pueda compensarme de alguna forma después. -La mira inocentemente-
¿Cierto YangMi?
"Hijo de p..." piensa para sí misma mientras dibuja una
sonrisa falsa y responde. - Claro...
- Oh, está bien. -la señora Lee finalmente
cede- Entonces ve a casa y descansa SungMin. –ella entra en la casa.
- No olvides tomar el medicamento hijo
-aconseja amable el señor Lee y también entra en la casa.
SungMin mira a YangMi esperando su despedida,
pero ella solo rodea sus ojos poniéndolos en blanco y entra en la casa
cerrándole la puerta a SungMin, pero esto poco le molesta a él. SungMin se
dirige a la puerta de su casa dando pequeños brinquitos y tarareando, está de
buen humor.
- Ya llegué~ -canturrea SungMin dirigiéndose
hacia el segundo piso en busca de su hermana, pero esta se ha quedado dormida
recostada en su cama con sus lentes puestos y un libro en su pecho. Él sonríe
con ternura y camina hacia la cama; le retira con sumo cuidado los lentes a su
hermana y el libro de su pecho lo deja en la mesita de junto, desliza la manta subiéndola
hasta sus hombros arropándola, apaga la luz y sale de la habitación.
---
Al siguiente día como es costumbre HaEun entra
de puntitas a la habitación de su hermano, toma con sus manos la cortina y las
recorre bruscamente.
- !Ah! -Grita SungMin cubriéndose el rostro-
!Mis ojos!
- ¿Estabas despierto? -HaEun se sorprende.
Normalmente le lleva 10 minutos de cosquillas poder despertarlo.
- No pude dormir... -Se queja SungMin frotando
su rostro y se levanta.
- ¿Porque no has dormido? -lo sigue hasta el cuarto de baño quedándose
fuera para esperar su respuesta.
SungMin sale. - Algo muy… raro paso ayer… -él
suspira y se tira a su cama de nuevo.
- Cierto. Te esperé hasta tarde pero no
llegabas. –se sienta en la cama- ¿A dónde fu…iste…? –mira la pequeña gasa en la
cabeza de su hermano y lo toca- ¿Qué es esto?
- ¡Auch!
-él se retuerce.
- Oh… lo siento… ¿Qué te paso?
- Una loca desnuda y mojada me ataco ayer.
- O…key…
-se levanta de la cama- no quiero escuchar esa historia… -sale de la
habitación.
- ¡Oye!
-SungMin ríe y la sigue- No es nada malo.
- ¡No quiero escuchar tus experiencias sexuales
hermano! –corre a su habitación.
SungMin ríe a carcajadas siguiéndola. –No es
algo sexual. ¿Por qué tienes la mente tan sucia?
- ¡Porque soy tu hermana y te conozco! –Le hace
muecas de asco.
- Muy bien hermanita –le pellizca una mejilla-
debes huirle al sexo hasta que te cases a los cuarenta.
- No le huyo al sexo, tonto –Le da un
empujoncito para salir de su habitación- le huyo a tus anécdotas. El sexo en si,
está bien. –se va.
- ¡¿Qué?! –SungMin grita- ¡Oye mocosa! –la
sigue hasta el primer piso- ¡Ven aquí!
HaEun solo ríe mientras abre el refrigerador
para buscar algo de comida.
- HaEun, tienes prohibido tener sexo. ¡¿Entiendes?!
- Si si… -ella le pone poca atención mientras
saca un bote de mermelada.
- ¡Hablo en serio señorita! –SungMin no bromea,
está muy enfadado.
- Ni siquiera tengo novio –ella rodea los ojos
y murmura- idiota…
- ¡Bien! Y no necesitas uno. –se cruza de
brazos.
- Claro… -ella suspira y murmura- quien iba a
fijarse en mi después de todo…
- ¿Qué dijiste?
-pregunta él mientras mete a su boca un poco de mermelada que ha tomado
con su dedo.
- Nada. –ella disimula con una sonrisa-
¿Quieres leche o yogurt?
---
Mientras tanto en la casa de los Lee…
- Nena baja a desa… -La señora Lee abre la
puerta de la habitación de Yangmi- …yunar.
-la mira sorprendida.
YangMi estaba con una camiseta de mangas cortas
disponiéndose a ponerse un sueter, el parche en su brazo está expuesto.
- Tía…
-YangMi se siente descubierta. No sabe que decir.
- ¿Eso es un tatuaje? –señala el brazo de su
sobrina.
- Tía… por favor no se lo digas a mis padres.
Solo por ausentarme de la casa me han echado de la casa –YangMi explica- y mi
madre casi se ha infartado al ver que corte mi cabello. No quiero imaginar que
harían cuando se enteren que me he hecho un tatuaje.
- No les voy a decir a tus padres, pero YangMi.
–se acerca a ella y la toma de la mano- Espero que te hayas hecho esto en un
lugar decente y no en cualquier lugar. ¿Te fijaste que fuera una aguja nueva?
- Tía…
- ¿El lugar estaba limpio? ¿Qué tatuaje te has
hecho? ¿Fuiste sola? –nota la confusión en la mirada de su sobrina y cesa las
preguntas- Te estoy abrumando ¿Verdad? – sonríe- Es solo que me eh preocupado…
- Si era un buen lugar… -YangMi responde
tímida- y la aguja era nueva.
- Es un alivio -la tía sonríe- ¿Y puedo ver que
te has tatuado?
- ¿Quieres ver? –YangMi esta confundida.
- Siempre creí que mis hijos me darían este
tipo de sorpresas, pero no lo han hecho y te digo un secreto. –se acerca y le
susurra- Cuando era joven también me hice un tatuaje.
- ¿En serio?
- Si -la tía ríe cómplice- es uno muy pequeñito
a la altura de las costillas. –se levanta la blusa para mostrar su tatuaje que
es algo sencillo, pero, de hecho, ahí está.
- Wow… -YangMi la mira sonriente- ¿El tío lo
sabe?
- Por supuesto que lo sabe, es mi esposo –ríe.
- Cierto –YangMi ríe- ¿Y mis primos lo saben?
- También los saben. –Toma de la mano a su
sobrina y la sienta en la cama- Todos fuimos jóvenes una vez. Pero a muchos
adultos se les olvida y cuando se convierten en padres quieren imponer una
imagen de perfección ante sus hijos y les exigen demasiado. Pero tu tío y yo no
somos así. Entendemos lo que es ser joven y confiamos en nuestros hijos, así
como ellos confían en nosotros.
Con esto no te digo que este bien llevar una
vida de perdición, puedes experimentar y divertirte, pero todo con moderación y
responsabilidad.
- Yo no quiero llevar una vida de perdición
tía. Solo quiero experimentar cosas de las que siempre tuve curiosidad y nunca
pude hacerlo porque mis padres son sobre protectores.
- Eso lo se nena –le acaricia la cabeza- Tus
padres siempre te cuidaron demasiado porque eres lo que más aman.
YangMi solloza -Yo no quería ir en contra de
mis padres de esta forma, pero es que ellos no me dejan hacer nada, me han
reprimido toda la vida, quiero vivir por mí misma.
Tus padres no son malos. –sonríe y la abraza
consolándola- Solo están un poquito equivocados y prácticamente te encaminaron
a esto. –suspira y se separa para darle un beso en la frente- Ahora estás
conmigo y tu tío. Confía en nosotros ¿De acuerdo?
- Gracias tía.
- Bien. –la tía se pone de pie- Ahora vamos a
desayunar rápido que tienes un largo día.
- ¿Largo día?
- Claro. Tienes que buscar un trabajo a medio
tiempo para estas vacaciones. –sonríe y se va.
YangMi sonríe algo emocionada y sigue a su Tía.
---
- ¡HaEun! -grita SungMin desde el primer piso.
- ¡¿Qué?!
-responde ella desde su habitación.
- Ya me voy al trabajo, no olvides meter mi
ropa en la lavadora.
- De acuerdo~ -ella responde adorable- Que te
vaya bien hermano~ Te quiero~
- Yo también te quiero enana~ -SungMin también
usa un tono adorable y se va.
---
Después de desayunar YangMi y su tía salen de
la casa.
- Si vas por esta calle –la tía señala- una
cuadra más abajo esta la parada del autobús, toma la ruta tres, ese autobús te
dejará en el centro donde hay muchos locales comerciales, seguro encuentras
algún trabajo nena. –le da algo de dinero- Te veo en la tarde, llegare tarde a
mi reunión en el trabajo.
- Gracias tía. Que tengas un buen día. –Se
despiden.
Tal como le indico su tía, YangMi camina hasta
la parada de autobús. Estando a unos cuantos metros de llegar puede ver el autobús
con el letrero de la ruta tres y ella empieza a correr con la esperanza de
alcanzarlo. La última persona en fila para subir al autobús es SungMin quien ve
a YangMi corriendo hacia el autobús, él apresura a las personas delante de él
para que suban al autobús y logra subir rápidamente. Por la ventana SungMin
despide con su mano a YangMi con una sonrisa de travesura realizada mientras el
bus se aleja y ella se remuerde por dentro ante la acción de su vecino. Ahora
no le queda más remedio que esperar al siguiente autobús.
Treinta minutos después finalmente ha pasado
otro autobús de la ruta tres y YangMi se dirige hacia el centro de la ciudad.
En dicha zona hay varios restaurantes y locales
comerciales; unos cuantos de ellos tienen letreros de “Se necesita personal”
ante los que YangMi acude para una entrevista previa y se marcha después de la
promesa de “Te llamaremos”.
Ha transcurrido un poco más de dos horas y los
pies de YangMi duelen por tanto caminar, llega a un parque en el que se detiene
para sentarse en una banqueta exhausta. Levanta su cabeza y frente a ella hay
un minimarket en cuya puerta hay un anuncio, reúne sus fuerzas para ponerse de
pie y camina hasta el lugar.
- Bienvenida –saluda una chica detrás del
mostrador donde está la caja de cobranza.
- Buenos días… entre por el anuncio… -señala a
la puerta.
- Ah, claro. –la chica sonríe y levanta su
mano- jefe.
Al final del pasillo se encuentra un hombre
mayor de cabello canoso platicando con un muchacho que lleva el mismo uniforme
que la chica de la caja, los dos regresan su mirada ante el llamado de la
cajera.
- Jefe, han venido por el anuncio –menciona la
cajera señalando a YangMi.
El hombre le deja una indicación a su empleado
y se dirige a la entrada, YangMi saluda educada.
- Buenos días, he venido por el anuncio.
- Si… Necesito una persona para que abastezca
los estantes –la examina de pies a cabeza- pero no luces tan fuerte… creo que
sería mejor un muchacho…
- No señor. –YangMi sonríe- Puedo lucir débil,
pero soy muy fuerte en realidad.
- Umm… -el hombre lo piensa- Tendrías que
cargar cajas y acomodarlas en la bodega, luego traer las cosas para llenar los
estantes.
- Puedo hacer eso señor –ella se muestra
confiada- Póngame a prueba.
- ¿Tienes tu carpeta y referencias? –el hombre
duda.
– Si señor -YangMi se apresura a sacar de su
mochila la última carpeta que le quedaba.
El hombre parece considerarlo por unos segundos
y no tan convencido toma la carpeta para leer el curriculum de la solicitante–¿Empezarías
a trabajar en este momento?
- ¡Por supuesto que sí! –YangMi responde
enérgica.
- Bien. Te aceptaré solo porque el otro
muchacho que trabajaba aquí renunció de pronto y necesitamos con urgencia otra
persona. –continúa leyendo los datos y camina- Sígueme. Te voy a presentar a tu
compañero de trabajo.
- Gracias señor, le prometo que no se
arrepentirá. -YangMi obediente lo sigue a la trastienda.
Llegan a la puerta trasera del minimarket, él
hombre abre la puerta y entra siendo seguido por YangMi.
- Esta es la bodega. –el hombre explica- Nos
dejan los productos por esa puerta de allá –señala- Tu trabajo será acomodar
las cajas que llegan en cada sección.
- Es una bodega grande… -YangMi está
sorprendida.
- SungMin te explicará un poco más. Debe estar
en el baño –señala una puerta.
Un escalofrío recorre la espalda de YangMi - ¿Dijo…
SungMin?
- Si. Es otro de los muchachos que trabaja
aquí, la bodega es su dominio –sonríe- Después de mí, él es el jefe.
YangMi se mantiene pensativa un par de segundos
deseando que solo sea una coincidencia el nombre y tras la puerta señalada
anteriormente suena agua correr, la puerta se abre. SungMin sale del baño
secando sus manos con una toalla. –Dígame señor… -Mira a YangMi y se sorprende.
- Esta muchacha trabajará con nosotros,
explícale la forma en la que almacenamos todo. Espero que se lleven bien. –Sin
permitir una palabra más él hombre se marcha.
- Maldición… -YangMi murmura al ver a SungMin.
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