-¡Ay dios! Me va a descubrir, se va a dar
cuenta, se va a dar cuenta -YangMi está nerviosa
-No se va a dar cuenta -saca de su bolsillo un chupete-
chupa esto y solo evita decir cualquier tontería… -la mira en la lucha para
poderle quitar la envoltura al chupete- dame acá –le quita el chupete para
ocuparse de ello- Mejor no digas nada,
con lo nerviosa que estas vas a meter la pata
-Genial, gracias por los ánimos –ella toma el
chupete que él le entrega y se lo mete a la boca
-Pues deja los nervios mujer. Solo actúa como
siempre lo haces
-Si si. Tienes razón -ella toma un respiro-
solo actúa normal… normal
-Creo que ese es el auto de tu padre -mira a lo
lejos
YangMi regresa su mirada para confirmarlo, se
trata del auto de su padre y no tarda en aparcar frente a ella.
YangMi saluda desde fuera con una cortés
reverencia y DongHo la imita para retirarse enseguida después de ver el
asentimiento de cabeza del padre de YangMi. Ella sube de inmediato al auto,
pero muy diferente a su costumbre, ella sube en el asiento de atrás
sorprendiendo a su padre.
-Hija… ¿Por qué subes atrás?
-Es que… -saca el chupete de su boca- estoy
algo cansada… Dormiré hasta llegar a casa
-Si… está bien.
-la mira por el retrovisor y empieza a conducir- Hija…
-Umm… -ella responde con un desganado sonido
-Ese chico con el que estabas…
-Es mi amigo, papá
-Sí, lo sé, pero… quisiera que pases menos
tiempo con él, no quiero que te distraiga de tus estudios
-Quiero dormir… -evade el pedido de su padre
Durante
el camino a casa YangMi se ha acurrucado en el asiento de atrás cerrando sus
ojos para descansar un poco, el dulce del chupete se ha derretido por completo
en su boca dejándola solo con un palito de plástico que mastica insistente ante
la falta de sueño.
El
auto se detiene frente a la acera mientras el padre de YangMi baja para cruzar
la calle y abrir la puerta del garaje, ella baja del auto y corre hacia la
puerta de la casa.
-YangMi…
-su padre la llama, pero ella se ha ido ya
YoongSo
está sorprendido, su dulce niña normalmente baja del auto para servir de
dirigente de tránsito, aunque la calle no es muy transitada.
-Supongo
que de verdad está muy cansada… -Dice para sí mismo el padre de YangMi y entra
en el auto para dirigirlo a través de la calle y entrar al garaje.
-Hola
tesoro… -Saludaba la madre, pero su hija solo ha pasado con una reverencia y se
perdió en las gradas que llevan al segundo piso ignorando por completo los globos
y demás preparativos que realizo su madre. No pasa mucho tiempo y el padre
entra por la puerta tras la cocina con una expresión de preocupación.
-Cariño,
¿Qué le ha pasado a YangMi?
-No
lo sé, creo que esta algo enferma, será mejor que subas y compruebes su
temperatura
-Sí,
claro -la madre se apresura
Al
llegar al segundo piso la habitación de YangMi esta con el seguro puesto; cosa
que nunca hizo antes, la madre preocupada golpea la puerta ansiosa.
-Hija,
¿estás bien?
-Si
mamá… Solo estoy cansada
-¿Por
qué has puesto seguro en la puerta? -su
padre da golpecitos- abre la puerta tesoro
-Solo
necesito dormir un poco mamá y papá –grita desde dentro de su habitación- por
favor solo déjenme dormir un rato
-Pero
tesoro, abre la puerta -la madre angustiada insiste- hoy es tu cumpleaños y
preparamos algo…
-Ah…
entonces solo dame treinta minutos mamá, me daré un baño y bajo, ¿Está bien?
-Si…
bueno… pero ¿Te sientes bien hija?
-Si
mamá, en unos minutos bajo
Los
padres de YangMi bajan a la cocina con mucha preocupación para platicar entre
sí de las posibles causas par que su hija se encuentre actuando tan extraña.
Mientras
tanto; YangMi se ha dado una ducha rápida, ahora se encuentra completamente en
sus cinco sentidos, se ha puesto su pijama de ositos y seca superficialmente su
cabello con la secadora para luego cepillarse enérgicamente sus dientes
mientras su mente es invadida con los recuerdos de todo lo que hizo mientras
estaba bajo efectos de la marihuana, de pronto sus ojos se abren
exageradamente, saca el cepillo de su boca y se mira al espejo con sus mejillas
llenas de espuma, escupe y levanta su mirada de nuevo al espejo.
-Oh
por dios… me subí sobre DongHo y… -su
mano libre toca su cuello y cierra sus ojos con fuerza- lo bese… -abre sus
ojos- ¡¿Qué pasa contigo YangMi?! -baja
su cabeza para recoger agua del grifo y enjuagar la espuma, lava su cepillo
algo pensativa ante sus acciones. –¿Que va a pensar DongHo de mi…? qué
vergüenza… -toma una toalla para secar
su boca- tengo que hablar con él. –decide y finalmente sale del cuarto de baño.
YangMi
se coloca un suéter color rosa pálido dejando los botones abiertos y acomoda su
larga cabellera húmeda hacia atrás en su espalda, toma un pequeño envase de
crema, unta ligeramente su dedo y lo pone en sus mejillas para luego dejar el
envase en su lugar y sale de su habitación mientras frota la crema por todo su
rostro.
-Hija,
¿Estás bien? –su madre la mira con preocupación
YangMi
sonríe dulcemente como acostumbra y se dirige hacia la mesa junto a sus padres.
–Si mami -usa un tono aniñado y empalagoso en su voz provocando una sonrisa en
sus padres- Solo estaba algo cansada pero la ducha me refresco
-¿Estas
segura tesoro? -su padre aun duda
-Si
papi –usa de nuevo su tono empalagoso y dulce sonrisa. Estira su dedo para
probar la crema del pastel
-Bueno,
se supone que gritaríamos “¡Sorpresa!” cuando entraras, pero fuiste directo a
tu habitación –reprocha su madre
-Lo lamento mami. Les agradezco el detalle
-Mi dulce niña ya tiene veintiún años -su padre
suena melancólico
-Vamos a encender las velas y cantar feliz
cumpleaños -la madre se apresura sacando cerillos de una pequeña cajita- porque
ya es algo tarde y mañana tenemos que irnos muy temprano.
-Ah, es cierto -YangMi recuerda- se irán al
retiro espiritual
-Si cariño -su padre no parece muy emocionado-
son tres días, no quiero dejarte sola
-Papi, no te preocupes, tengo mucho que
estudiar para mis exámenes de la universidad, me la pasare solo en la
biblioteca
-Me preocupa que no habrá quien te vaya a
recoger -menciona su padre con notable angustia
-Papi –YangMi lo mira sonriente- soy la única
chica de universidad a la que aun recogen como si fuera niña de kínder. Además,
he cumplido los veintiún años, legalmente ya soy una adulta
-Tienes razón –la madre lucha por encender los
cerillos- pero si te cuidamos tanto es porque eres nuestra preciada hija
-Precisamente –el padre afirma- además me
preocupa que salgas por la noche de la biblioteca
-Bueno, DongHo me puede acompañar -YangMi
finalmente toma los cerillos para encenderlos ella misma
-¿Quién es DongHo…? -la madre se sorprende al ver que su hija
logro encender el cerillo que ella no pudo
-¿El muchacho que te acompañaba hoy? -su padre cuestiona
-Si papi, él es mi mejor amigo. Listo -ha
encendido las velas e inicia por si misma a cantar “Feliz cumpleaños a mi”
provocando la risa de sus padres que instintivamente la acompañan en el
canturreo.
-¡Sopla las velas! -aplaude su padre tras haber terminado el
canturreo
-No, primero pide un deseo –su madre la alienta
sonriente
YangMi cierra sus ojos y toma un profundo
respiro. En todos sus cumpleaños cerro los ojos para pedirle a Dios que
apartara de ella aquellos pensamientos o deseos que tenía e iban en contra de
lo que sus padres querían para ella o consideraban incorrecto, pero esta vez no
es un pedido a Dios. Es un propósito para sí misma.
-De ahora
en adelante voy a hacer todo lo que siempre quise hacer. Seré una nueva YangMi
-abre sus ojos y sopla las velas.
Sus padres aplauden.
-¿Qué deseaste hija? -cuestiona su padre expectante
YangMi sonríe mientras relame ligeramente su
labio al ver a su madre cortar el pastel. –Mi deseo es… –menciona con un
canturreo infantil- que dejes de preguntar cada año porque no te lo voy a decir
-ríe
Su padre sonríe mientras sirve un vaso con soda
de fresa, la favorita de su hija. –¿Tienes secretos con papi?
-Cariño -la madre sirve el pastel en primer
lugar a su esposo- los deseos de cumpleaños no se dicen en voz alta. -sirve
otro plato con pastel a su hija- Te lo repetimos cada año
-Exacto papi. –se apresura a llenar su boca
-De acuerdo, no preguntaré y… -aclara su
garganta- hija, sobre ese amigo tuyo...
-¿Qué pasa con DongHo? –ella lame de su cuchara
la crema del pastel
-Bueno, es que he escuchado un par de cosas
acerca de su familia…
-Papi -YangMi frunce ligeramente su rostro-
¿Estas averiguando acerca de su familia?
-Claro que no, yo solo lo escuche por
casualidad. Ya sabes que se mudaron hace un poco más de un año a nuestro
vecindario, pero nunca han asistido a la iglesia
-Bueno, no son muy religiosos –ella levanta sus
hombros y sigue comiendo
-Es eso lo que me preocupa, sé que no son
religiosos… además… -aprieta momentáneamente sus labios- recuerdas aquella vez
que fuiste a su casa por aquel trabajo grupal… el hombre que abrió la puerta
cuando llegue a recogerte. Yo pensé que era el padre del muchacho, pero no se
parecía en absoluto, así que tenía unas dudas y me entere de que aquel hombre
con el que vive no es su padre, solo es el novio de su madre
YangMi baja la cuchara que estaba a punto de
meter a su boca y frunce su ceño algo molesta. –Entonces si investigaste acerca
de él y su familia.
-Bueno si -su padre lo admite- Es solo que
estaba algo inquieto porque empezaste a pasar mucho tiempo con ese muchacho, y
ahora dices que es tu mejor amigo y además él luce como un buscapleitos, mal
educado, estoy seguro que es muy experimentado, es uno de esos chicos que
seducen a las chicas inocentes como tú y…
-Papá, no saques conclusiones, él no es así
–aprieta sus dientes
-Pero hay chicos mejores… chicas… ¿Porque ya no
sales con SoYeon? Ella era tu mejor amiga
-Pues no se papá –suena sarcástica- quizá
porque ella ya tiene novio y pasa mucho tiempo con él y yo no puedo tener novio
hasta que me case, cosa que veo imposible si no salgo con nadie –frunce su
ceño.
-Hija, no le hables así a tu padre -su madre
levanta ligeramente la voz
-Es que es cierto mamá -YangMi se queja- No
salgo con mis amigas porque ustedes nunca me dejan. Todas las ellas han tenido
al menos un novio o más, van a fiestas y yo solo las veo en la universidad o
para un trabajo grupal. ¡No puedo ser más cercana a ellas porque nunca puedo ir
con ellas a divertirme!
-¡Lee YangMi! –su padre da un golpe a la mesa-
¿¡Fiestas?! ¡¿Novios?! Tu jamás te has interesado en eso
-¿NO?
-YangMi arruga su rostro enrojecida por la ira
Su madre interviene. –Cálmense los dos, -pone
su mano en el hombro de su hija- tesoro, tu no necesitas ser amiga de chicas
descarriadas. Te diviertes bastante con los servicios a la comunidad que
hacemos, eso te gusta
-Mamá –YangMi se siente impotente- Me gusta
hacer servicios a la comunidad, pero me refiero a divertirme como las demás
chicas de mi edad lo hacen y...
-¡Tú no eres como las demás chicas de tu
edad! -su padre grita de nuevo- eres la
hija del reverendo, los ojos de la comunidad están puestos en ti y hasta ahora
has sido perfecta, solo sigue siendo así. –toma un respiro y modula el tono de
su voz- Como padres estamos orgullosos de ti y es lo único que deberías
ambicionar. La palabra de Dios te manda a respetar y honrar a tus padres, si no
lo cumples…
YangMi baja su rostro y se queda en silencio
ante el sermón religioso que le da su padre, pero poca atención le pone a sus
palabras, solo responde en su mente para sí misma: Y es por eso papá que has perdido a tu hija. Jamás quieres escuchar mis
pensamientos y deseos. Si, fui obediente siempre, pero me he cansado y ahora
viviré por mí. No por agradarte a ti o a los demás.
-…Tu eres una buena hija. –su padre termina el
sermón
-Tesoro, -su madre le acaricia la espalda-
entiende que solo queremos lo mejor para ti
YangMi se limita a asentir con su cabeza y
mantiene su mirada baja.
-Bien -su padre sonríe- esa es mi niña
obediente. Ahora terminemos de comer y vamos a dormir.
---
-Viernes, 5 am.-
-¡Mamá, ya llego el taxi! –grita YangMi desde
la sala al escuchar el claxon del taxi
-Si si, ahora vamos -el padre baja a prisa con
una maleta mediana en sus manos
-Cariño, -la madre también baja a prisa-
¿seguro que metiste en la maleta mi pequeño bolso?
-Seguro, muy seguro -toma su abrigo y se lo
pone a prisa mientras da unas rápidas instrucciones a su hija: -Tesoro, dejé
dinero en la mesita de mi habitación, toma un taxi para regresar de la
biblioteca, no quiero que te arriesgues en un autobús
-Adiós hija, regresaremos en tres días –su
madre le da un rápido beso en la mejilla a su hija y se apresura a salir
-También ve a comer en el restaurante del señor
Choi, -su padre insiste con sus recomendaciones- no te arriesgues en pedir comida a domicilio
-Papi… -YangMi infla sus mejillas- soy
perfectamente capaz de tomar un autobús y de pedir comida a domicilio, o quizá
cocine
-Lo sé, lo sé, solo quiero que regreses a salvo
a casa, en el bus podría haber un loco acosador y los chicos que entregan la
comida a domicilio… uno nunca sabe.
-¡Date prisa cariño! -la esposa espera fuera
-¡Si ya voy! –el padre abraza a su hija-
cuídate mucho tesoro, es la primera vez que te dejamos sola –la suelta y mira
con preocupación- Confió en ti plenamente hija.
-Si…
-YangMi le finge una sonrisa y le da empujoncitos hasta la salida- debes
ir. Yo voy a estar bien.
La madre de YangMi toma del brazo a su esposo
dirigiéndolo dentro del taxi y le hace un gesto de despedida con la mano a su
hija. –Ve dentro hija, hace mucho frio.
–Que les vaya muy bien –YangMi agita su mano
rápidamente y regresa dentro de la casa, se apresura a ver por la ventana como
el taxi se aleja. Sus padres se han ido.
Una gran sonrisa se dibuja en el rostro de
YangMi, empieza a dar brinquitos de felicidad, abre sus brazos y empieza a dar
vueltas hasta llegar a las gradas, sube a prisa hasta su habitación y toma su
teléfono, marca un número, pone el teléfono a su oído para escuchar el tono de
espera con impaciencia, hasta que escucha una vaga respuesta y con emoción
empieza a hablar.
-¡Hora de levantarse Kang DongHo! Mis padres se han ido y tenemos mucho
por hacer.
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