-¡¿Por
qué tardaste tanto?! -reclama SungMin
sujetándose a los barrotes de su celda con una expresión desesperada
-Vine
tan pronto como me llamaste -frunce su ceño ByungYoon- ¿Crees que fue fácil
bajarme a medio camino y conseguir un bus que me traiga de regreso?
-¿Entonces
simplemente se fueron sin mí?
-Te
esperamos una hora y te llame, pero no respondías. La maestra finalmente se
cansó ya que todos se quejaban y nos fuimos –levanta sus hombros y mira el
labio de SungMin- pero, ¿Que rayos te paso?
-Te
lo contaré después, ahora sácame de aquí –suplica con un puchero- Por favor
-Iré
a ver que dicen los oficiales -se retira
Después
de treinta minutos ByungYoon regresa al lugar de la celda acompañado de un
policía.
-¿Van
a sacarme? –pregunta SungMin aferrado a los barrotes
-Si
idiota -refunfuña su amigo mientras los dos ven al policía abrir la celda con
su llave
-¡Gracias
hermano, gracias! -sale a prisa y abraza
a su amigo- Te debo la vida -lo suelta y le susurra al oído- y el trasero, esos
tipos de ahí me veían muy raro -refiriéndose a otros sujetos que habían sido
detenidos.
-Claro
que me debes. –ByungYoon se mantiene serio- Dinero. Y mucho –rodea sus ojos y
empieza a caminar para salir del lugar.
-Te
lo pagaré, lo juro -sonríe y camina detrás de su amigo- ¿Cómo de cuánto dinero
estamos hablando…?
Su
amigo lo ignora y al salir por el pasillo llegan a la sala de oficiales donde
SungMin fue interrogado en un principio, el detective lo mira salir y se acerca
a él.
-¿Cómo
te sientes después de cuatro horas encerrado? –sonríe ante lo que SungMin
levanta su ceja desafiante- Debí dejar que pasaras la noche en la celda para
que aprendas a controlar tu ira muchacho –le da una palmada en el hombro- Pero
ya que mis oficiales han tenido parte de la culpa te dejo ir con una simple
fianza de doscientos dólares.
-¿Simple? -SungMin frunce su ceño- ¿Doscientos dólares
es simple?
El
detective ríe. –Claro que es simple, los cargos por agredir a un oficial de
policía son cuatrocientos dólares más ocho días de detención. Ahora que si
quieres; puedo detenerte los ocho días estipulados por la ley.
-Cállate,
ya lo he arreglado yo -reclama ByungYoon
-¿Sabe
que podría demandarlos por abuso de autoridad?
-SungMin reclama
-Por
supuesto que lo sé. El detective se cruza de brazos- y puedes hacerlo, pero
como he mencionado, tendrías que pasar los ocho días de detención además de
pagar la multa completa y –sonríe- ¿He mencionado que debido al sentido de responsabilidad
que tengo por las acciones equivocadas de mis oficiales, no registraré esta
detención en tu historial?
-¿No
lo registrará? –SungMin se asombra
-Así
es muchacho, además he traído a aquella enfermera para que te diera el
tratamiento requerido para ese labio ¿No?
-Pues
si, pero ustedes fueron quienes me lastimaron en primer lugar
-Y
me eh disculpado por eso –le sonríe- no queremos ir a acciones legales,
registros de detención en un historial de por vida… Vamos muchacho, ahórrame el
papeleo y solo vete sin demandarnos ¿De acuerdo?
-¿Me
está chantajeando? –SungMin entrecierra los ojos
-Puedes
simplemente cerrar la boca -ByungYoon le da un golpecito con el codo- lo he
arreglado ya con el detective
SungMin
frunce su ceño y mira a su amigo. –Tu no entiendes, ¿Acaso no ves mi labio? Me
han maltratado injustamente, yo solo me defendí
-Muchacho
-el oficial insiste- No creas que esto es un chantaje, es un trato justo para
ti, esta detención no quedará registrada y además. El oficial que te agredió ha
sido despedido. –señala con su mentón hacia su derecha- No es la primera vez
que agrede en exceso a los detenidos.
Los
dos amigos dirigen su mirada al lugar señalado y ven al policía B con ropa de
civil guardando cosas de lo que parece ser su escritorio en una caja de cartón.
-Bueno
–SungMin sonríe- eso pudo decirlo desde
un principio
-Sí
–El detective le da otra palmada en el hombro- ahora vete y no quiero volver a
verte en esta estación de policía.
-Por
supuesto que no me verá de nuevo detective –SungMin sonríe- No somos de esta
ciudad
El
detective ríe. –Pues tampoco te metas en problemas en tu ciudad.
-Gracias
detective, debemos irnos -ByungYoon hace una ligera reverencia y empieza a
caminar mientras SungMin repite la acción y también camina, sonríe de lado
mirando desafiante al policía que recoge sus cosas en la caja. El policía B
nota la mirada y con una mueca le susurra un insulto a SungMin quien
simplemente le dedica una sonrisa burlona y sale del lugar.
SungMin
le cuenta con lujo de detalle lo sucedido a su amigo mientras caminan hasta la
estación de autobuses para regresar a su ciudad.
---
-Ha
sido un largo viaje, estoy exhausto –se queja ByungYoon mientras cruzan la
calle
-Gracias
por todo ByungYoon -SungMin le da un abrazo a su amigo al llegar a la acera
-Está
bien, para eso son los amigos. Pero el dinero tienes que pagármelo, lo tenía
ahorrado para comprarme un nuevo sintetizador
-No
te preocupes, aunque tenga que robar te pagaré ese dinero –ríe
-Idiota
–ríe también- no causes problemas. –rodea
los ojos- Y pensar que, si no hubieras golpeado a ese policía, te hubieran
dejado ir sin ningún problema.
-Y
pensar que, si esa niña estúpida no me hubiera confundido, nada de esto habría
pasado
ByungYoon
ríe. –Y para colmo no recuerdas el nombre de la chica
-Si
–chasquea su lengua- si recordara su nombre podría demandarla
ByungYoon
estalla en carcajadas. –Deja de pensar en demandar gente, solo metete ya a tu
casa –le da un empujón
-Te
veo mañana -SungMin se va
Los
dos dan unos cuantos pasos en direcciones opuestas y entran cada quien en sus
casas que están una junto a la otra.
---
-¡Wow¡
qué fuerte -ríe DongHo en la pantalla del teléfono, está en una video llamada
con YangMi
-No
tiene nada de gracia, tonto –rodea sus ojos mientras sostiene con su mano el
teléfono- ha sido una experiencia horrible
-¿Y
tus padres no se han enterado de nada?
-Afortunadamente
no. Están en un almuerzo con sus amigos, aun no llegan
-De
todas formas, si se hubieran enterado te daría igual. ¿Acaso no planeabas
revelarte contra la vida que has llevado? –ríe
-Pues
si planeo revelarme, pero no convertirme en una delincuente con record
policial.
Él
sonríe. –¿Quieres ser una chica mala no tan mala?
-Ya
te lo expliqué tontito –ella sonríe- Solo quiero hacer lo que nunca pude hacer,
experimentar cosas nuevas. –Lo señala
con su dedo índice - Eso sí; sin dañar a nadie.
Ríe
pero se pone serio y sonríe sinceramente- Solo bromeo YangMi, en realidad agradezco
mucho que te sacrificaras por mí, podrían habernos agarrado a los dos y yo tenía
la marihuana, hubiera estado en serios problemas y ya tengo varias advertencias
con mis padres, una más y me exilian.
-Lo
sé, soy tu heroína. –lo señala- Me debes una
-Te
debo miles pequeña
-Sabes
que no me gusta que me digas pequeña –le hace una mueca
-Lo
eres –le sonríe- eso te pasa por no tomarte toda tu lechita bebé
-¡Kang
DongHo! –reclama ella en un gritillo entre dientes
Él
ríe de nuevo a carcajadas. –Me encanta hacerte enojar
YangMi
suspira y hace un puchero. –Al final no pude probar la marihuana
-Pues
–mira su reloj- aun no es tan tarde, ven a mi casa
-¿No
están tus padres?
-Ellos
llegan por la noche
-Bueno,
se supone que debería estar en la biblioteca ahora mismo… -mira su reloj- mi
padre iría a recogerme a las siete…
-Tenemos
tres horas, es tiempo suficiente para drogarnos e ir a la biblioteca para que
te recojan como si nada.
-Pues,
ahí voy -se pone de pie a prisa cortando la llamada.
---
-Hoy
es el cumpleaños de mi dulce niña –Lee YoongSo, un hombre maduro, reverendo de
la iglesia de comenta con su amigo mientras comen en un restaurante junto a sus
esposas- no puedo creer que ya cumpla veintiún años, parece como si hubiera
sido ayer cuando la cargaba en mis brazos.
-Es
el ciclo de la vida querido amigo, para serte sincero –suspira el otro hombre
aparentemente de la misma edad- tengo tanta envidia, tienes una hija muy
educada, dulce y además en tan bonita, ya no hay chicas como ella hoy en día,
lastimosamente solo tuve hijos varones y ya están casados –ríe- caso contrario
me gustaría que tu hija sea mi nuera.
-Me
algas, pero mi niña aun es una bebita, no creo que esté lista para el
matrimonio.
Las
esposas de ambos hombres ríen ante las palabras de un padre que considera a una
mujer de veintiún años una bebé.
-Eso
es cierto cariño –Jo EunJa, la esposa del reverendo lo toma de la mano- nuestra
hija ya debería empezar a conocer chicos para casarse.
-No
creo que sea el momento aun… -el reverendo duda
-Vamos
amigo, no esperaras que tu hija se case tarde como lo hicieron tú y tu esposa,
por poco no pueden tener una hija por haber esperado tanto para casarse.
-¿Me
estas llamando viejo? –ríe
-Bueno
ya tenemos sesenta años, no estamos tan jóvenes
-Es
cierto -ríe
-Por
esa razón les exigí a mis hijos que se casaran pronto y me dieran nietos
-Es
diferente en tu posición amigo, yo no puedo permitir que mi hija se case con
cualquier hombre
-¿Estas
llamando a mis hijos “cualquiera”?
-No
no… recuerda que soy el reverendo de la iglesia, el esposo de mi hija debe ser
un hombre obediente y temeroso de las leyes de Dios, así como yo y mi familia.
-Aigoo…
casi lo olvido: señor reverendo. -siendo
sarcástico- No tengas tus estándares tan
altos, podrías darte en el hocico con la vara con la que estas midiendo a los
demás –se levanta molesto
-Cariño
–la esposa del otro hombre interviene
-Lo
lamento –la esposa del reverendo también interviene- mi esposo no quería decir tales cosas, es solo
que se pone muy sensible cuando se trata de nuestra hija.
-Si
como sea –el hombre toma la mano de su esposa haciéndola levantarse- Supongo
que un hombre con dos hijos que son “cualquiera” no tiene el derecho de
compartir la mesa con el gran reverendo.
-¡Estas
siendo muy descortés conmigo! –grita el reverendo
-Disculpe
su excelencia –hace una reverencia con una mueca en su rostro
-¡Basta!
–traga saliva tratando de controlar sus emociones- por eso la palabra de Dios dice que no
debemos mezclarnos con la gente mundana, porque no comprenden nada.
-Cariño…
-la esposa del reverendo intenta calmar la situación
-¡¿Sabes
qué?! Pues me importa un pepino que seas
un reverendo, estoy harto de que te la pases hablando de ti y tu familia como
si fueran perfectos, ¿Qué no te enseña la palabra de Dios a ser humilde
también? -gritando. Toda la gente en el
restaurante los mira y su esposa no puede hacer más que bajar su mirada
avergonzada.
-Estas
demasiado exaltado, no me rebajare a hablar contigo estando en este estado, me retiro
-se va
-Sí,
claro, vete, siempre lo haces cuando no sabes que decir, -gritando mientas ve
irse a su amigo- porque sabes que tengo razón ¡No eres más que un engreído!
-Lo
lamento tanto -la esposa del reverendo se disculpa mientras toma su bolso de la
silla y sigue a su esposo.
La
esposa del reverendo llega al estacionamiento y su esposo ya ha sacado el auto
del lugar donde aparcaron, se apresura a subir al auto y este arranca.
-Cariño
-se acerca a él para masajear su hombro-
esta vez te has excedido.
-No
he tratado de insultar a sus hijos o a él, lo malinterpreto todo
-Bueno
–ella rodea sus ojos- No es la primera vez que te enfadas con tu amigo, ya se
harán de buenas después.
-No.
Esta vez me ha hecho enfadar demasiado
-Lee
YoongSo -llamándolo por su nombre con un ligero canturreo- no pelees con tus
amigos
-No
lo hago Jo EunJa -usando el mismo tono con una sonrisa- No puede ser que calmes
mi ira con unas simples palabras.
-Pues
ojalá te hubieras dejado calmar en el restaurante, no hubieras peleado con tu
amigo, además, me dio mucha vergüenza con su esposa, no sabía que decir y solo
salí de ahí.
-Bueno
quizá tienes razón –suspira deteniéndose ante un semáforo en rojo- esperare un
poco a que se calme y lo llamaré
-Muy
bien cariño –mira su teléfono- No olvides que tenemos que pasar por la
pastelería
-¡Ah!
-mira su reloj- No debimos demorar tanto en la plática, es el cumpleaños de
nuestra niña
-Calma –la esposa sonríe- aún tenemos… -mira su
reloj- tres horas para prepararle la sorpresita.
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