-¡Ahí esta! –Yang Mi señala- ¡El tipo de la capucha negra!
-¿Estas segura? -El policía
A cautelosamente reduce la velocidad para orillarse
-Si, es ese –insiste ella
-Bien, te tenemos basura… -murmura el policía B y abre la puerta
de la patrulla inmediatamente después de que esta se ha detenido.
Los dos policías corren hacia el sujeto de la capucha negra
apuntando con sus armas -¡Levanta las manos donde podamos verlas! -gritan al unísono
Tras escuchar el grito, SungMin levanta su mirada exaltándose al
ver a dos policías que lo apuntan con armas mientras se acercan, su boca se
abre ligeramente dejando caer el cigarrillo que fumaba y levanta las manos aun
sin comprender la situación, se dispone a ponerse de pie.
-¡Quédate donde estas!
-ordena el policía B a un paso de SungMin
Al llegar el otro policía guarda su arma para poder tomar las
manos de SungMin lo levanta a jalones para obligarlo a poner sus manos hacia
atrás de la espalda mientras el policía B toca al muchacho por todas partes registrándolo
y el policía A ya le ha colocado las esposas.
-¿Qué…que… está pasando?
-SungMin se aterra
-Te tenemos –sonríe el policía A
-No tiene nada -termina su registro el policía B
-Seguro lo escondió por algún lado -gruñe el policía A- ¡¿Dónde
escondiste la marihuana?!
-Pero… yo… no sé de qué me hablan. Yo solo fumaba un cigarro. ¡Suéltenme! -SungMin mira a cada uno de los policías
mientras es llevado a la fuerza hacia la patrulla
-No te resistas muchacho, de esta no sales -ríe malvado el policía
B
-¡No entiendo porque me están llevando! ¡Suéltenme! -se sacude al estar cada vez más cerca de la
patrulla
-¡Quieto dije! -el policía
B lo empuja contra la patrulla para mantenerlo quieto- ¿Creíste que podías
escapar así sin más? ¡Tenemos un testigo!
-¡Yo no he hecho nada! ¡Suéltenme!
-Grita SungMin
Mientras SungMin desesperado permanece contra la patrulla oprimido
por el policía B, el otro agente de la
ley abre la puerta de la patrulla para dejar salir a YangMi.
-Lo hemos atrapado gracias a ti -le agradece el policía A a la
muchacha
-Si… ¿Ya puedo irme?
-Bueno… -El policía A parece dudoso
-Oh, temo que no señorita -menciona el policía B que lucha por
meter a la patrulla al supuesto delincuente- Ya que no le hemos hallado pruebas,
usted tiene que acompañarnos a la estación de policía y declarar como testigo
de haberlo visto vendiendo droga.
-Pero… -YangMi reclama- Ustedes dijeron que podría irme si lo
atrapaban, ya lo tienen, ¡Dejen que me vaya!
-cambia de inmediato su expresión agresiva a una dulce e inocente- Por
favor…
-¡¿Se supone que ella es la testigo?! –Grita SungMin resistiéndose
a entrar en la patrulla- ¡¿Qué se supone que hice?! –le grita a YangMi
peligrosamente cerca.
-¡Ey! -el policía A lo
aparta rápidamente de la asustada muchacha
-¡Suélteme! -SungMin le da
un puntapié en la canilla al policía B
-¡Como te atreves! -el
policía B lo empuja con más fuerza contra la patrulla y lo jala hasta meterlo
dentro- ¡Cierra la boca bastardo! -el
policía desquita su ira con el muchacho surtiéndole un golpe en la boca, tan
fuerte que lo tumba en el asiento, viendo que ha sido noqueado, usa su pie para
empujarlo más hacia dentro haciendo un lugar.
-Entra -le indica el policía A a YangMi
-¿Qué? -ella se exalta-
¡¿Quiere que vaya sentada junto a ese delincuente?!
-Esta esposado además de inconsciente, no puede hacerte nada… -El
policía B señala al joven dentro.
Pero… -Ella teme
-Apresúrate –insiste el policía B mientras su compañero ya ha
rodeado el auto para ir al asiento del conductor
-Yo… no… -el policía toma
del brazo a YangMi haciéndola entrar a la patrulla- señor policía… por favor… -empieza a llorar- déjeme ir…
-Lo siento niña, pero -el policía A ya al volante, quien antes
había sido tan comprensivo, esta vez no está siendo fácil- son las reglas, Sin
pruebas, necesitamos que testifiques ante el fiscal para poder encerrar a este
delincuente.
YangMi mira con angustia por la ventana mientras inevitablemente
es llevada a la estación de policía. Semi-tumbado contra la puerta; está el
supuesto delincuente quien empieza a moverse ligeramente, le cuesta
incorporarse ya que lleva las manos esposadas tras la espalda así que lo único
que le resta es gruñir por la incomodidad y el dolor del golpe que lo noqueo.
YangMi se pone muy nerviosa al estar junto aquel joven.
-Mantente quieto y callado si no quieres que te de otro golpe
-amenaza el policía B en un canturreo cínico
-Hijo de pu… -murmura
SungMin escupiendo la sangre que brota de su boca ya que su labio inferior ha
sido partido por el golpe. Soportando el dolor
pone su mayor esfuerzo en enderezarse hasta que logra sentarse.
YangMi traga saliva con
dificultad y aun sin ver puede sentir aquella mirada cargada de ira sobre ella,
voltea su rostro para no mirarlo y cierra los ojos con fuerza debatiendo en su
mente: - Mes está mirando me está mirando me está mirandoooo. ¿Qué hago que
hago que hago? ¿Y qué tal si me asesina por delatarlo?... Rayos… ¿Por qué se me
ocurrió ir con Dongho a comprar marihuana?
Yo solo quería experimentarlo por curiosidad, pero no sabía que las cosas
podrían terminar así. Si siempre he sido una buena chica, ¿Por qué cuando
intento hacer algo que jamás pensé siquiera hacer, todo me sale tan mal?, Mi padre
va a enterarse de esto y va a castigarme de por vida.
-Llegamos -el policía interrumpe el monologo mental de YangMi.
Una vez dentro de la estación de policía: YangMi y SungMin se
encuentran sentados frente al escritorio del detective.
-¿Edad? -pregunta el
detective mirando fijamente a SungMin
-Veinticuatro años. Pero se lo juro detective, este es un error -explica
SungMin mientras mantiene una mueca de dolor
-Edad suficiente para no necesitar tutor… -el detective murmura
mientras escribe en su computador y lo mira- Traigan el botiquín, ¿Por qué este
joven está sangrando?
-Este delincuente me agredió, así que me defendí –se justifica el
policía agresor
Uno de los oficiales en la estación entrega una caja de primeros
auxilios sobre el escritorio del detective.
-Gracias -el detective agradece y abre la caja para sacar unas
gasas, las pone sobre el escritorio-
quítenle las esposas
-Pero detective… -el policía B duda
-Que puede hacer en la estación de policía ¿Intentar escapar? -ríe el detective- dejen que se cubra su
hemorragia, no quiero que nos demanden por maltrato
-Él se lo busco –murmura el policía B mientras de mala gana le
quita las esposas al acusado
-Bien –el detective suspira- empecemos con esto. -empieza a
escribir en su computador- ¿Nombre y edad?
-¿Yo? -pregunta SungMin mientras
limpia su boca con gasas
-No, empecemos con la información de la testigo -mira a la
muchacha
-Tengo veinte… -titubea- quiero decir veintiuno, hoy los he
cumplido señor… -ella titubea, está muy nerviosa
-Perfecto, tampoco necesitas un tutor presente para tu declaración
-termina de teclear y continua- ¿Nombre?
-Lee Yang Mi, señor… -temblorosa
-No te preocupes, solo tienes que decir lo que paso -le asegura el
policía A tratando de calmarla
-Bueno yo iba camino a la biblioteca cuando vi un gatito…
YangMi cuenta su historia mientras el detective no deja de teclear
su informe.
-…Hasta que ese sujeto me soltó y caí al piso cuando los policías
llegaron –termina su explicación
-¡No fui yo! Esto es una equivocación -insiste SungMin
-Bien -el detective se cruza de brazos mirando fijamente a YangMi-
¿Y lograste ver que este individuo era el vendedor?
-Si -ella asiente con su cabeza aun sin mirar al muchacho
-¡No es cierto! -grita él
con desesperación
-¡Cálmate gamberro!
-amenaza el policía B
-Dime jovencita –el detective se acerca poniendo sus codos sobre
el escritorio- ¿Le temes a este sujeto?
-Si -ella responde temblorosa
-Bien, lo comprendo, pero necesito que lo mires a la cara y me
asegures que este es el sujeto que vendía marihuana.
YangMi toma una profunda respiración y siente un escalofrío
recorrer su cuerpo ante el pedido del detective, traga saliva con dificultad y
cierra sus ojos por un par de segundos para poco a poco girar su rostro hacia
el acusado. Él la mira con ira y podría
insultarla con miles de improperios, pero tiene su boca cubierta con las gasas
y su mano haciendo presión.
-Dime niña -el detective la
mira fijamente- ¿Este es el tipo que viste?
-Bueno… es que… -lo mira
dudosa y los recuerdos del sujeto del callejón invaden su mente- el… tenía su
capucha…
-Pónganle la capucha -ordena el detective y el policía B
rápidamente obedece siendo brusco con el joven
-¿Y ahora? –el detective insiste- ¿Lo reconoces?
-Yo no pude ver bien sus ojos, pero su boca…
-Retira tu mano de la boca -ordena el policía B dándole un
manotazo en la mano logrando el cometido
-De acuerdo, alto a la violencia.
-ordena el detective con calma y vuelve a preguntar- ¿Es él?
Los ojos de YangMi se entrecierran analizando a detalle la zona de
la boca del joven. –creo que si es él… -titubea con una mueca al ver la sangre
brotar del labio, él joven rápidamente sube su mano para cubrir con la gasa su
labio y la mira con ira dispuesto a insultarla, pero ella abre enormemente sus
ojos y señala- ¡Su mano!
-¿Qué pasa con su mano? –replican al unísono los dos policías y el
detective
-Tatu…tatuajes… tiene tatuajes…
-¿Qué con eso? -cuestiona
el detective curioso
Ella mantiene su mirada en la mano del joven. -Podría equivocarme
en recordar el rostro del sujeto del callejón, pero… -mira al detective- estoy segura de que no tenía tatuajes, pude
ver sus manos delgadas y temblorosas, además tenía muchos anillos en la
mano… -intenta posicionarse para definir
cuál era la mano- ¡derecha! -lo ha
recordado- y en la mano izquierda llevaba un vendaje sucio.
-¿Estas segura? -El
detective entrecierra los ojos
-Si señor -ella insiste y baja su mirada- Estoy muy segura de que
no es este sujeto. Lo siento.
-¡Se los dije! -grita
SungMin levantándose abruptamente de su asiento- ¡Me han tratado como un
delincuente cuando soy completamente inocente! –reclama
-¡Cálmate hijo de puta!
-insulta el policía B tomándolo por la sudadera
-¡¿Que?! –Cuestiona a gritos SungMin- ¡No se atreva a insultar a
mi madre! -alterado y sin pensarlo muy
bien lanza un puñetazo hacia el oficial.
YangMi impresionada por la pelea se levanta a prisa de su lugar
para apartarse de la escena, otros policías en el lugar intervienen antes de
que otro golpe pueda ser lanzado.
-¡Basta! –el detective se altera al ver tal acto. Señala al joven-
¡Eres inocente del cargo por el que te han arrestado. ¿Pero agredes a un
oficial en la estación de policía? ¿Eres tonto? –sonríe de lado con notable
decepción- la has jodido muchacho.
-¡Así es bastardo! -grita
el policía B siendo sujetado por sus compañeros
-¡Usted también oficial!
-lo acusa el detective- Me trae
un inocente y además lo agrede. Usted se lo ha buscado. ¡Y que quede claro para
todos! –mira a su alrededor- no pueden abusar de su autoridad, aunque traten
con criminales ¡¿Entendido?!
-¡Señor si señor!
-responden todos los oficiales presentes al unísono.
El detective respira profundo peinando con sus dedos su cabello
hacia atrás tratando de calmar su enfado, mira a YangMi aterrada, por un
segundo se había olvidado de ella.
-Ey muchacha -el detective
le habla con voz calmada- puedes irte, aquí ya no puedes hacer nada
-¿Puedo irme? -sus ojos
amenazan con lanzar otro mar de lágrimas- Lamento haber acusado a ese chico…
yo… yo me equivoque y por mi culpa…
-Si, esto… -suspira- ha sido
una infortunada equivocación, pero es culpa de mis oficiales. Puedes irte, yo
me encargo.
-Gracias… -YangMi sale a
paso firme y rápido de la estación de policía antes que pudieran arrepentirse
de dejarla ir debido a los gritos del acusado.
-¡No dejen que se vaya! ¡La voy a
demandar por difamación! –es sujetado por los policías- ¡Esto no es justo!
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