-¿Estás seguro de que es aquí?
-pregunta YangMi a su amigo DongHo
-Te digo que si mujer, ya deja los nervios
-No estoy nerviosa -temblando
-Puedo ver tus piernas temblar
-ríe burlón
-No veas mis piernas, tonto
-le da un golpecito en el hombro
-Lindas piernas -le sonríe
con un guiño
-Ya basta, solo haz lo que vinimos a hacer y ya
-Si si, eso quiero pero el tipo no se aparece -espiando- ¡oh! Creo que ya llegó… quédate
aquí
-También quiero conocerlo, déjame ir contigo -se aferra a su suéter
-Está bien pero no digas nada, solo quédate callada ¿ok?
-De acuerdo
DongHo sale primero de su escondite para caminar hacia un
individuo con una sudadera de capucha negra, hace un ligero silbido y el sujeto
se gira, solo se puede ver su sonrisa retorcida ya que la capucha cubre sus
ojos y parte de su nariz.
YangMi camina detrás de DongHo algo temerosa e intentando
controlar sus nervios.
-¿Por qué esta alguien contigo, mocoso? -el sujeto gruñe al ver a YangMi
-Ella es mi novia, va a divertirse conmigo así que la traje
-Ah… -el sujeto examina a YangMi de pies a cabeza- um… buen
material de novia -sonríe lascivo
-Si… bueno, aquí está tu dinero
-DongHo estira su mano con unos cuantos billetes
-Perfecto –el sujeto toma los billetes y le entrega a DongHo un
pequeño paquete- llámame cuando quieras
más –sonríe malicioso- que se diviertan
El sujeto se dispone a irse pero una patrulla de policía aparece
repentinamente y un hombre gordo con delantal
señala al sujeto de la capucha negra acusándolo.
-Lo ve oficial, se lo dije, este maldito vagabundo vende droga
detrás de mí restaurante, ¡Estoy harto de los escándalos que hacen los vagabundos
que se quedan aquí drogándose!
-¡Tú!, el de la capucha, levanta las manos -el “policía A” lo apunta con la pistola- y
los dos de allí atrás también
-Pero señor policía…
-YangMi tartamudea
-¡Silencio! -el policía
advierte mientras con su compañero a quien denominaremos “Policía B” se acerca
al sujeto de capucha.
En un rápido movimiento el encapuchado empuja al policía A contra
el otro y echa a correr, al ver el acto DongHo toma la mano de YangMi y también
salen corriendo a prisa del callejón aun con los gritos de advertencia de los
policías que los siguen.
-¡¡Maldición!! -se queja
DongHo
-¡¿Por qué estamos huyendo también?! -YangMi intenta no soltarse de él mientras
corren
-Si nos agarran también iremos presos por comprarle droga a ese
tipo, corre YangMi -esforzándose
-¿Presos? No… -agitada- no
puedo correr más…
-Conozco un escondite, solo corre un poco más, vamos -no suelta su mano
-No puedo más… -casi llorando- suéltame y corre tu
-No voy a dejarte
-Tú tienes la droga, huye tú, diré que no los conozco o algo se me
ocurrirá
-¿Y te van a creer? –gritándole- ¡Solo cállate y corre!
-Soy la hija del reverendo, ¿recuerdas? –se suelta
DongHo se detiene. -¡Estás loca! No van a creerte nada, corre -intenta tomarla de la mano de nuevo
-No puedo correr más
-exhausta- vete tu -cae de
rodillas
DongHo ve a uno de los policías venir y aunque no desea dejar ahí
a YangMi no le queda de otra, tiene que huir o estará en serios problemas.
-¡La tengo! -grita el
policía B al agarrar a YangMi del brazo- ¡Sigue al otro!
El policía A continúa corriendo tras DongHo mientras que YangMi es
levantada del piso, pero esta empieza a llorar desolada.
-Gracias… gracias… -llora
-¿Qué? -el policía B está
confundido
-Señor policía… -intenta
hablar- gracias por salvarme
-¿Eh? -la mira sin
comprender
-Lo he perdido… -regresa el policía A exhausto de tanto correr
-¿De que estas hablando muchacha?
-insiste el primer policía
-¿Qué pasa aquí? -el policía
A esta curioso
-Yo… yo… -la chica llora
con sus manos cubriendo su rostro- ese tipo me ha jalado… yo no sabía que
pasaba…
-¿Estás diciendo que no estabas con ellos? ¡Ja! -el policía B es escéptico- ¿Y esperas que te
crea?
-Le estoy diciendo la verdad señor… -YangMi levanta su rostro
-Pero si tú eres… -el policía A la señala- eres…
-¿La conoces? -Su compañero
cuestiona
-Claro que la conozco, es la hija del reverendo, siempre es
voluntaria en eventos de caridad, pero… ¿Cómo es que una dulce niña esta con
esos vándalos…?
-Yo no estaba con ellos
-insiste desesperada- yo tan solo entre a ese callejón siguiendo a un
gatito que tenía lastimada su pata pero me topé con esos dos hombres, uno de
ellos, el que me llevo con el corriendo empezó a decirme cosas feas -llora más- y llegaron ustedes, el me agarro
de la mano tan fuerte, no podía soltarme…
-¿Eso es cierto? -El
policía B toca se toca la barbilla aun dudando
-Si señor policía… -ella sorbe su nariz
-Pobre niña -el policía A le entrega un pañuelo de papel que
rápidamente saco de su bolsillo- has
corrido con mala suerte al toparte con esos delincuentes
-¡¿Le crees?! -su compañero
no es fácil de persuadir
-Por supuesto que le creo, tu no la conoces porque eres nuevo en
la ciudad pero esta niña es un ángel, su padre es el reverendo, como podría
ella estar involucrada en algo tan bárbaro
El policía B aún duda, pero ante la apelación de su compañero que
decide creerse la historia de YangMi
-Sube a la patrulla, tenemos que hacer un reporte de lo sucedido
-Oh… no no -se niega ella- mi padre se preocupará si llego en una
patrulla, me castigará por seguir gatitos lastimados cuando me dijo mil veces…
que… -vuelve a llorar- que no lo hiciera…
-Está bien, no te llevaremos… -El policía A da palmaditas en la
espalda de YangMi
-Esto es increíble… -el policía B se molesta
-Gracias… gracias señor policía…
-suspira entrecortado debido al llanto
-Bien, -el policía B insiste- vamos a decir que creemos esa tonta escusa de
seguir a un gato, pero habrás visto bien al sujeto de la capucha ¿cierto?
-¿Capucha? -ella abre sus
ojos desmesuradamente
-Tenemos que encontrarlo, es el vendedor –el policía A suplica-
¿podrías reconocerlo si lo ves?
-¿Yo? -ella esta
estupefacta
-Si
-Bueno yo… yo… tengo que ir a la biblioteca… aún tengo que
terminar mi tarea…
-Oh, claro claro -el policía A sonríe- eres una chica muy
responsable, ve a hacer tus tareas
-No no no -el policía B
refuta- vamos a decir que creemos tu historia niña, pero iras con nosotros a
dar una vuelta para encontrar a ese vándalo, caso contrario, el reverendo se
enterará de esto.
YangMi se remuerde por dentro pero finge estar bajo control, se
fuerza a sonreír y asiente con su cabeza, el policía A le agradece con una
ligera sonrisa y la dirige dentro del auto abriendo cortésmente la puerta.
---
-Bien estudiantes. –Una mujer adulta y uniformada con un tono
agudo se expresa maravillada- este es el
final del recorrido por el museo.
-¿Por qué rayos nos habla como si fuéramos retrasados de
primaria? -murmura SungMin; uno de los
estudiantes.
-Pueden tomarse su tiempo para tomar fotografías y empaparse más
de la maravillosa historia~ -continua la
maestra- los veré en una hora en el autobus para regresar a la universidad. -se va
-Ah, menos mal si recuerda que somos estudiantes universitarios. - ByungYoon; otro de los estudiantes ríe por
lo bajo
-Supongo que su sueño frustrado es ser maestra de kínder. -se burla SungMin- Ya vamos fuera de este
lugar, tanta historia me da alergia -empieza a caminar
Los dos amigos salen del museo dirigiéndose a un lugar apartado de
los demás estudiantes, es un pequeño parque desierto y se sientan en una
banqueta, SungMin saca de su bolsillo una caja.
-¡Oye SungMin! -le arrebata
la caja- ¿Vas a fumar? ¿Cuantos cigarros has fumado hoy? -molesto
-Deja de ser aguafiestas
-toma de regreso la caja
-Bien, has lo que quieras pero no me quedare aquí –se levanta- mi padre me regaña siempre por llegar con olor
a cigarrillo y sin siquiera fumarlos.
-Pues vete por ahí con las niñas a tomar un helado de fresita o a
hablar de maquillaje. -burlón
ByungYoon camina de espaldas para dejarle a su amigo una sonrisa
cínica junto a una señal obscena de su dedo medio.
-Tonto… -Murmura SungMin sonriente
mientras enciende su cigarrillo. Es otoño y el viento sopla provocándole un
ligero temblor así que sube la capucha negra de la sudadera a su cabeza para
cubrirse mientras continúa dándole bocanadas a su cigarrillo.
---
-No pudo haber ido muy
lejos… -murmura el policía
mientras mira alrededor desde la patrulla.
-¡Oh! -YangMi señala
-¿Qué? ¿Qué? -el policía
que conduce intenta no apartar la mirada del camino
-¡Ahí esta! -YangMi señala- ¡El tipo de la capucha negra!
Comentarios
Publicar un comentario