Por la mañana le envié un mensaje a Jung pero no respondió, supuse que seguía molesto y no iría a recogerme así que me arregle y fui a la parada de autobus, para mi sorpresa Jung llego, subí y me sentía algo incomoda ya que el ambiente era algo pesado entre él y yo, no dije nada en todo el camino y él tampoco intento decir algo, llegamos al lugar de trabajo y el dueño ya estaba allí, pasamos el día entero al igual que ayer; trabaja trabaja y trabaja.
A las seis de la tarde estrechábamos la mano del dueño del lugar que acabábamos de remodelar, estaba muy contento con nuestro trabajo y después de terminar de guardar todas nuestras cosas en la van nos disponíamos a irnos del lugar pero yo estaba ya algo… no. Demasiado molesta, la actitud de Jung me incomodaba demasiado y no quería soportar otro viaje de 40 minutos hasta mi casa con el tenso ambiente entre los dos así que le dije:
• Nos vemos mañana en la oficina
• Sube, te llevare a tu casa -dijo sin mirarme mientras cerraba la puerta trasera de la van-
• No te molestes, tengo unas cosas que hacer
• ¿Qué cosas?
• “Y ahora preguntas” –pensé- Solo iré a comprar unas cosas
• Podría… acompañarte si quieres
• “Bipolar” -pensé con los dientes apretados- Seguro te aburrirías, iré a comprarme algo de ropa, ya sabes cómo me tardo en elegir algo
• No es problema -trago saliva con dificultad- soy tu novio, los novios acompañan a sus novias a esas cosas ¿No?
• Ah… ahora te acuerdas que eres mi novio, tarado -hice una mueca-
• ¿Qué?
• ¿Qué? Lo… lo dije en voz alta… aish…
A veces lo que pienso es diferente de lo que digo y muchas veces termino confundiendo lo que pensaba no decir y termino diciéndolo en voz alta, es un enredo si lo sé, soy algo complicada (jeje)
Había metido la pata, yo que trataba dármela de orgullosa y actuaba como si no me importara la actitud de Jung termine diciéndole lo que realmente pensaba.
• Eh estado un poco raro… lo lamento
• No sé porque pero siento que quien debería disculparse soy yo. Pero es que si tú no dices lo que te pasa como puedo saberlo, no soy adivina Jung
• No tiene importancia, son algunos problemas con mi padre, nada mas
• Ah…
Jung nunca habla de su padre, solo sé que está en contra de todo lo que Jung hace, cada vez amenaza con quitarlo del registro familiar, es decir: Que dejara de ser su padre si no obedece, pero Jung ha continuado haciendo lo que él quiere aunque paso momentos muy difíciles sin el apoyo económico de su padre, Jung trabajo a tiempo parcial para continuar con sus estudios al igual que yo.
• Tu padre… está aquí en Corea ¿verdad?
• Si, pero
• -interrumpí- Lo sé, no quieres hablar de eso
• Así es -miro al piso-
• Bien entonces vámonos al centro comercial… no no, ¡Ya se! Tengo una mejor idea, yo conduzco
• ¿Segura?
• Si si, no te preocupes
• Esta bien
No permanecimos mucho tiempo disgustados aunque aún no sé qué es lo que le pasaba, supongo que su padre lo ha vuelto a molestar pero no tenía que desquitarse conmigo, me hacía sentir culpable por algo que no tenía que ver conmigo.
Conduje hasta un centro recreacional, había máquinas de videojuegos, bolos, mesas de billar, y lo que más me encantaba; la pista de hielo, había querido ir desde que llegamos a Corea, la última vez que estuve allí fue en la inauguración y supuse que en tantos años habría mejorado muchísimo.
• ¿Que hay en este lugar? -pregunto Jung mirando por la ventana mientras yo me estacionaba-
• Ya lo veras -le dije sonriente-
Baje animada del auto y lo tome de la mano haciéndolo correr, entramos y como lo esperaba, el lugar había mejorado tanto, era grandioso.
• Juegos virtuales… maquinas… wow~ -decía Jung deteniéndose-
• Primero vamos a la pista de hielo, después regresaremos por aquí -le dije jalándolo hasta el final del pasillo-
• ¿Hay una pista de hielo aquí?
• Si, estuve aquí hace años, me pregunto cómo es ahora… es ahí y no hay mucha fila, ¡grandioso!
• Si es de esperarse es martes ChaeRi, la gente trabaja
• ¿Y nosotros no? -bromee-
• Bueno…
• Vamos, deprisa
Lo volví a jalar de la mano, pedí en la casilla de tiquetes dos entradas y cuando iba a pagar Jung intersecto mi tarjeta y dio la suya, me gusto su gesto tan caballeroso, pasamos y nos dirigimos a la habitación donde se escoge los patines, la chica que asistía a los clientes sonreía tan radiantemente cuando le ayudaba a Jung a elegir su talla de patines, aquella niña, digo niña porque supongo que tenía unos 19 años a lo mucho, casi babeaba delante de Jung y ya que Jung es un hombre muy atento y tiene tan buenos modales también le sonreía por cortesía.
Sé que era cortesía pero no podía evitar sentir celos, la talla de patines que me había dado a mí me quedaba demasiado ajustada le dije a la chica que me trajera una talla más grande y se retiró por un momento, regreso enseguida con otros patines, los tome y me disponía a ponérmelos pero vi a Jung luchando por abrocharlos, me reí burlonamente en silencio ya que lucía gracioso, en su gran porte parecía un niño sin saber cómo se abrochaban los patines.
• Permítame ayudarlo -dijo la chica arrodillándose frente a Jung y roso su mano con la de él-
• Gracias, es mi primera vez usando estas cosas -dijo Jung algo avergonzado-
• ¿En serio? -le pregunte-
• Si -sonrió al responderme-
• Puedo ayudarlo yo -dije tomando el otro patín antes que la chica lo tomara-
• Ah… es parte de mi trabajo -dijo la chica y tomo el patín que yo tenía-
• No te preocupes, yo puedo ayudarle a mi novio -le dije sonriendo con los dientes apretados y sin soltar el patín-
• Ah… son… novios… -dijo la chica soltando el patín-
• Si, lo somos -le dije y con la mirada le decía “¡Piérdete!”-
• -Jung rio- Esta bien, ChaeRi deja que la niña me ayude y tu abrocha los tuyos
• ¡De ninguna forma! Yo soy tu novia y yo te ayudare
• Ok… como quieras -dijo Jung sonriendo y frunciendo un poco sus cejas-
• Entonces me retiro, que disfruten -dijo la chica ruborizada y se fue-
• No fuiste demasiado… enérgica con la chica, es una niña -Dijo Jung mientras yo le abrochaba el patín-
• ¿Yo? ¿Por qué?
• No lo sé… pareció como si estuvieras celosa -Jung sonreía-
• ¿Celosa? ¿Yo? ¡Jaja! Si claro –infle mis mejillas y solté el aire, es un tic-
• Adorable~ -me susurro Jung muy cerca-
• ¿Por qué?~
• Simplemente, eres adorable cuando haces eso -pincho ligeramente mi mejilla con su dedo-
Sonreí termine de poner los broches de las correas de los patines, fue una sorpresa para mi saber que era la primera vez patinando para Jung, eso lo hacía de alguna forma un momento especial.
• ¿De verdad nunca patinaste?
• Bueno, he patinado pero no sobre hielo pero si con los patines de ruedas, no estoy seguro de como se hace esto… ¡ah! -Jung casi cayó sentado apenas al levantarse de la silla-
• -me reí burlona- Ni siquiera hemos llegado a la pista de hielo, como puedes caerte en este piso de goma
• Es que el equilibrio… estas cosas son muy finas, ¿Debe ser así? -Dijo Jung mirando la hoja del patín-
• Apóyate en mí
Le di la mano a Jung y lo ayude a caminar hasta la entrada a la pista de hielo, entre lentamente y por poco resbalo, me aferre al bordillo y le dije a Jung que esperara un momento ya que hace mucho tiempo que no patinaba, me moví un poco cautelosa por el borde hasta que tome confianza y acelere la velocidad, quizá pasaron años sin hacerlo pero como dicen por ahí; El cuerpo nunca olvida.
Regrese sonriente frente a Jung y le ofrecí mi mano para que entrara a la pista.
• ChaeRi no creo que esto sea una buena idea
• No es tan difícil, lo hacías con los patines de ruedas ¿verdad?
• Si, era muy bueno pero esto es diferente
• Es aún más fácil, solo pon un pie y veras como te deslizas
Jung dudo un poco pero tomo mi mano y al poner un pie sobre la pista por poco se abre de piernas como un acróbata, trataba de contener mi risa y lo tome con más fuerza, logro ponerse de pie pero estaba muy tenso, le mostré como debía mover los pies poco a poco fue deslizándose, lo llevaba de las dos manos, frente a frente, como una madre enseñando a un niño, como mi padre me enseño a mí.
• Ves, no es tan difícil, eres muy bueno, aprendes rápido -afloje un poco mi mano-
• Si si, pero no me sueltes
• Solo un poco, inténtalo
• Si caigo no puedes reírte o te…
• ¿O qué?
• Te atacare con lo que más odias
• Oh~ es una amenaza~ que miedo~ -dije burlona y lo solte-
• No ChaeRiiii -se quedó como de piedra-
• Tu puedes amor, solo un poco al a derecha y después izquierda, derecha -le seguí mostrando como hacerlo mientras yo patinaba hacia atrás de espaldas para seguir mirándolo-
• Espera, espera, no te alejes tanto…
• Estoy aquí amor, ven -lo llamaba y seguía alejándome mientras él seguía deslizándose-
• ¡Lo estoy haciendo!
• Si, enderézate un poco o te… -se cayó- caerás
Me deslice hacia él para ayudarlo a levantarse pero me reía y Jung se reía también, parecía que quisiera quejarse de dolor pero se reía para disimularlo, le di la mano y se levantó, nos deslizamos un poco más tomados de la mano y Jung tomo más confianza sobre la pista.
• ¿Descansamos un poco? -dijo él-
• Si, sentémonos por un rato -salimos y nos sentamos- Aprendes muy rápido Jung
• Es porque tú eres la maestra pero… ¿Jung? No me decías “amor” -sonrió tomando mi mano-
• -sonreí y me aferre a su brazo poniendo mi cabeza en su hombro- amor~
• Me gusta esto, me gusta -beso mi frente- ¿Tienes frio?
• ¿Eh? -lo mire-
• Tus manos están heladas y… -toco mis mejillas- tus mejillas también
• No, estoy bien
• Ahg~ que debería hacer… tengo tanto calor… -se quitó el suéter- donde podría dejar… mi suéter… -puso su suéter en mis hombros-
Aquella acción me recordó a la noche en el lago con SungHwa, una sensación de culpabilidad me invadió pero trate de disimular, sonreí y metí mis brazos por las mangas del sueter, me quedaban tan grandes que mis manos se perdían, era otoño pero yo aún llevaba short con un suéter delgado, no tenía frio pero al ver el gesto tan caballeroso de Jung me puse su suéter dejándolo sin abotonar, me puse de pie y le dije:
• ¿Qué tal?
• Esta un poco grande pero se ve tan… -puso su mano a un lado de su boca para susurrarme- te ves tan sexy
• ¿Si?
Jung estaba sentado, sonrió estirando sus manos hacia mí, tome sus manos y él las llevo hasta sus hombros donde las dejo para luego tomarme de la cintura y acercarme a él.
• Tú luces hermosa con lo que sea que te pongas –dijo levantando su mirada hacia mí-
Lo abrace acercándome más a él y baje un poco mi cabeza para besarlo, me estrujo en sus brazos mientras me besaba como si lo hubiera estado anhelando demasiado, sonreí entre el beso y mordí un poco su labio estirándolo como si fuera chicle, Jung soltó un ligero gemido de dolor y apretó sus dedos en mi cintura, sonreí y lo solté.
Jung soltó un débil gruñido y después se llevó la mano a su labio y yo lo mire sonriente pase mi lengua ligeramente por mi labio como si estuviera saboreándolo.
• Eso ha dolido
• Lo siento -sonreí y le di un delicado beso corto- ¿Esta mejor?
Jung hizo un puchero y negó con su cabeza jalándome de nuevo hacia él, la acaricie por el cuello y le di muchos besos cortos hasta que escuchamos a alguien que se aclaró fuertemente la garganta a propósito, regrese mi mirada y una señora con dos niños nos miraba furiosa, hice una reverencia como disculpa y la señora furiosa llevo a sus hijos hacia la pista de hielo.
• -Jung se reía- Aun no me acostumbro a esta sociedad
• Lo se, son muy conservadores
• Recuerdo que eras igual cuando llegaste a estudiar en mi universidad
• ¿Tu universidad? Nuestra universidad
• Si si, eso quería decir, te sorprendías tanto de ver a las parejas en cada lugar expresando su amor libremente
• Pero me acostumbre pronto -sonreí- que tiene de malo expresar el amor
• Pregúntaselo a esa señora
• ¿Quieres que me insulte? -reí- demos una vuelta más y después nos vamos a los juegos
• Mejor vamos ya a los juegos, he caído suficientes veces, mi parte trasera lo resiente
• -Solté una carcajada- Esta bien
Dejamos los patines y tomamos nuestros zapatos, caminamos tomados de la mano mirando que juegos había y jugamos algunos de ellos, nos divertimos por horas y horas, aquellas máquinas de juego son un vicio, ni siquiera habíamos notado que estaba por ser media noche y el lugar se había llenado de más gente, parejas teniendo sus citas allí, y recordé que desde que somos novios jamás habíamos salido a una cita como una pareja normal, con lo de mi cirugía, la recuperación, el trabajo no habíamos tenido tiempo.
Ya en la van platicábamos de algo mientras Jung conducía, pasamos por un autoservicio comprando hamburguesas y papas fritas, nos estacionamos a un lado de la carretera por un instante para comer y después continuamos el camino a casa de mis padres.
• Porque tengo que irte a dejar en casa de tus padres -dijo Jung como una queja-
• ¿Perdón? -me sorprendió un poco lo que dijo- Pues son debes hacerlo si te molesta, puedo tomar un taxi -me cruce de brazos-
• Tonta, me refiero a que no quiero dejarte, ¿Porque no te quedas conmigo esta noche? -sonrió y me miro por un instante para luego regresar a ver el camino-
• Porque no lo dijiste antes, estamos a dos cuadras de mi casa -pensé rápido en una excusa-
• Puedo dar la vuelta ahora mismo
• No -dije riendo-
• ¿Será muy tarde para saludar a tus padres? -Dijo Jung al estacionarse frente a mi casa-
• Lo es, amor -le di un beso y quite el broche del cinturón-
• Espera, quédate un rato más -me tomo de la mano-
• Nos veremos mañana temprano en la oficina
Le di otro beso sujetando su mejilla mientras el intentaba hablar para seguir diciendo que no quería que me fuera, de pronto los faros de un auto nos ilumino por detrás, Jung y yo regresamos a mirar con los ojos entrecerrados y al apagarse las luces vimos que era el auto de SungHwa, la expresión en el rostro de Jung se endureció.
• ¿Este tipo no tiene un apartamento? ¿Por qué sigue viniendo donde sus padres? -tensando su mandíbula-
• No lo sé -respondí secamente-
Vi a SungHwa bajar de su auto y rogaba que simplemente entrara a casa de sus padres ignorándonos por completo pero como nunca sucede lo que deseo que suceda, SungHwa miro la van y se dirigió hacia nosotros, se asomó por mi lado y con una sonrisa golpeo la ventana, por reflejo baje la ventana.
• Buenas noches chicos, como están -dijo SungHwa sonriente-
• Hola -respondí dudosa-
• ¿Qué quieres? -Dijo Jung-
• Llegas bastante tarde cerecita, a la tía no le gustaran tus horarios
• ¡Ese no es tu problema! -dijo Jung-
• Solo es un consejo hombre, a los tíos no les gustara que traigas a la nena tan tarde a casa. Nos vemos
SungHwa agito su mano despidiéndose con una sonrisa y se fue hacia la casa de sus padres, yo estaba en shock, estaba dudando entre si aquel era un doble muy muy parecido a SungHwa o lo abdujeron los extraterrestres y le lavaron el cerebro, cualquiera que fuera la razón SungHwa fue completamente diferente que de costumbre.
Jung tenía muy tensos sus puños sobre el volante, puse mi mano sobre su puño y él se relajó un poco.
• Bueno, debes bajarte –Dijo Jung y presiono el botón que abre los seguros de la van-
• Tengo algo que… decirte Jung… -no podía mentir más, no se me hacía justo-
• ¿Sobre qué?
• Bueno es que ayer yo… no ayer, el sábado por la noche…
• ¿Cuándo me dejaste plantado en el cine?
• Si, ese día…
• Dijiste que fuiste con tu madre
• Bueno, yo… mentí -cerré los ojos y los abrí lentamente para ver la expresión de Jung-
• ¿Mentiste? ¿En qué?
• Bueno es que ese día recibí una llamada de SungHwa
• ¿Y…? -dijo él, sin mirarme-
• Fue algo muy extraño, dijo algunas cosas sin sentido y…
Me detuve porque lo que le había pasado a SungHwa era algo muy personal y no quería que Jung o alguien más lo supieran, al notar que me quede sin habla por un momento Jung me miro y volvió a preguntar.
• ¿Y…?
• Y… algo malo pasó con SungHwa y fui a verlo, lamento tanto haberte mentido Jung, sé que no tengo justificación pero si te decía que estaba con él seguramente te hubiera herido y no quiero eso
• ¿No pensaste que quizá la mentira me heriría más? ¿Y porque delatas tu mentira tu misma?
• Porque no me gusta mentirte, me sentía muy mal
• Entonces que fue tan grave como para que me dejes abandonado en medio de una cita y no me respondieras todo el fin de semana
• Am… no puedo decirte. Pero por favor confía en mí, no pasó nada, fu con él a una cabaña a la que solíamos ir de niños, solo fui con él como su hermana menor, no tengo absolutamente nada con él
• ¿Es todo lo que paso?
• Si, pero de verdad, te lo prometo Jung, no pasó nada
• Esta bien, te creo
• ¿De verdad?
• Si, confiare en ti ChaeRi, confiare ciegamente en ti, espero que no me defraudes
Jung me miro con mucha seriedad al decirme eso, el tono en su voz apuñalo mi corazón como una daga afilada, yo era una terrible persona, Jung me abrazo y me dijo que me recogería al siguiente día en la parada de autobus como siempre y yo sintiendo un enorme peso en mis hombros me despedí dándole un beso.
Entre a la casa tratando de no hacer ruido y me dirigí a mi habitación, tome mi almohada, la pegue a mi rostro y grite, patalee y casi llore, me sentía tan mal, pensé que quizá me sentiría mejor si Jung se hubiera enfadado, quizá si él no hubiera sido tan comprensivo no me sentiría como la peor persona del mundo.
Tengo un enredo en mi cabeza y corazón, quiero a Jung, no lo dudo, sé que lo quiero, incluso me puse celosa por él hoy pero SungHwa… ¡¡Ah!! También lo quiero.
Y hoy vuelvo a hacerme la misma pregunta: ¡¿Que debería hacer?!
Una piedrita golpeando mi ventana me saco de mis pensamientos, sabía que era SungHwa y pataleé en mi cama para después ponerme de pie, nerviosa me mire al espejo, acomode un poco mi cabello, aun no me cambiaba de ropa así que me asome a la ventana fingiendo un bostezo.
SungHwa estaba en la ventana y sostenía un cuaderno o una libreta creo, había algo dibujado en una esquina, una niña, dejo caer la siguiente página donde estaba dibujada la misma niña pero en la otra esquina había un niño, dejo caer otra página y otra y otra, los dibujos se iban acercando hasta tomarse de la mano pero conforme pasaban las paginas los niños se iban estirando, supuse que quería decir que crecieron, después se toman de las manos y sus rostros se acercan, se besan y un corazón va creciendo entre ellos hasta hacerse tan grande que los rodea por completo y las iniciales de SungHwa y las mías estaban escritas en el corazón.
SungHwa sonrió y dejo el cuaderno a un lado e hizo un corazón con sus dos brazos sobre su cabeza, no pude evitar sonreír, fue muy lindo.
Mi teléfono vibro sobre mi cama, fui a verlo y era un mensaje de SungHwa.
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