-Narra Gray-
No sé en qué carajos estaba pensando, no de hecho, no estaba pensando al responder la llamada delante de ChaeRi, esa chica, JiHyung es… una amiga, o algo parecido, bueno nos enrollamos de vez en cuando pero no tengo una relación con ella, es solo mi forma de ser, soy atento con las damas, las trato como un caballero debe tratar a una dama, no es nada malo, ella me platico sobre algo divertido y termine hablando más de lo que preví, cuando me di la vuelta al terminar la llamada me encontré con el sillón vacío, ni siquiera note el momento en el que ChaeRi se fue.
Al ver el asiento vacío apenas reaccionaba, ¡Maldición! ¡Eres un idiota SungHwa! Me lleve las manos a mi cabeza y quería arrancarme todos los cabellos, cometí un error, claramente fue un error, hablar con otra chica delante de mi ChaeRi… fui un idiota y comprendí el hecho que ella se fuera, seguro no le agrado el escucharme hablándole a otra, entonces… ¿Debía tomarlo como signo de celos? ¡Si! -sonreí victorioso- ChaeRi estaba celosa, conozco demasiado a las mujeres como para deducirlo, mi ChaeRi aún me quiere ¡Lo sabía!
Ahora debía ir a buscarla para que me dijera lo que estaba a punto de decirme, quizá era eso, quizá quería decirme que me quiere -solté una carcajada- ¡Eso debe ser! salí contento de mi estudio a buscarla, conociendo el carácter de ChaeRi sería difícil apaciguar sus celos, de seguro se haría la dura o tal vez me lanzaría lo primero que encuentre a la mano, está bien, solo salí sonriente, sus celos me demuestran que me quiere y eso ya es una victoria, ya la convencería de alguna forma para quitarle el enojo.
Fui a la oficina de JaeBeom y vi al idiota ese cortando algo con una ruidosa cierra eléctrica, mire mas pero no encontré a ChaeRi, el idiota levanto su cabeza y me clavo la mirada, me jacte y pregunte por ChaeRi.
• Mi cerecita, ¿a dónde fue?
• No estaba hablando contigo… y no es tuya imbécil -me dijo ese idiota entre dientes, lo escuche claramente-
• ¿Qué dijiste? -fingí no haberlo escuchado-
• Nada
• Ya, lo supuse -me reí burlándome de él-
• Que haces aquí oppa -me dijo mi cerecita empujándome delicadamente con su mano en mi espalda para que me apartara del camino-
• ¿A dónde fuiste? Ibas a decirme algo -Le pregunte sonriente acercándome a ella-
• ¿Yo? -me mostro su dulce sonrisa- Ah… no lo sé, ya no me acuerdo, quizá no era importante
Ella camino pasando de mí con su adorable sonrisa y le dijo a ese idiota que recogieran las cosas, que continuarían al siguiente día porque se sentía algo cansada, le sonreía tan adorable a ese idiota que sentí tanta ira, la seguí mirando y él idiota le dijo:
• Si, solo déjame terminar esto y nos vamos
• No~ lo terminas mañana, ya es tan tarde -ella se cubrió delicadamente su boquita mientras bostezaba-
• -El idiota sonrió y dejo lo que estaba haciendo- Bien, como tú digas~
Sentí que me estaban ignorando por completo, el idiota se quitó la camisa como si nada ¡Que imbécil! Como puede quitarse la ropa así delante de mi cerecita, estaba molesto pero vi la expresión de ChaeRi, ella se sonrió y no le quito la vista de encima ¡Diablos! Lo estaba escaneando con su mirada muy entretenida, el muy idiota tenía un cuerpo… digamos que pasable… ¡bueno si! ¡Lo acepto! El idiota es musculoso y tiene un buen cuerpo pero porque carajos debía desvestirse frente a mi dulce e inocente cerecita.
• Vístete idiota -le dije y me di cuenta que lo había dicho en voz alta-
• ¿Eh? ¿Aún sigues aquí? -me regreso a mirar mientras desabotonaba otra camisa para ponérsela-
• ¿Oppa? ¿Necesitas algo? ¿Por qué no te vas? -me pregunto mi cerecita con sus grandes e inocentes ojos-
Sentí que un rayo me partió a la mitad, “¿Por qué no te vas?” No podía creer que mi cerecita dijera eso ¿me estaba echando? Pero lo que más me sorprendió era lo tranquila que ella estaba, no me había llamado oppa en mucho tiempo y lo sentí muy sincero en el tono de voz que uso, no estaba molesta en absoluto, no monto la escena de celos que yo había imaginado, ¿Qué paso?
No lo comprendía y solo me quede ahí callado como un tonto mirando como ellos se decían algo, sentí como si fuera un espectador de una telenovela de amor, él idiota la ayudaba a guardar sus cosas en su cartera y ella le agradecía sonriente, no podía soportarlo, estaba a punto de interponerme abruptamente preguntando que había entre ellos dos pero sería darle gusto a el idiota, sería como un punto a favor de él, lo supe, yo estaba celoso pero por ningún motivo lo mostraría.
• Bueno oppa, supongo que nos veremos mañana, adiós -agito su mano sonriente y camino alejándose de mi-
El idiota sostenía la cartera de mi ChaeRi y me dedico una sonrisa retorcida de victoria al pasar frente a mí, me contuve de lanzarle un puñetazo para borrársela.
Los dos se fueron y finalmente explote con un gran grito, que acababa de pasar, ¿acaso mi cerecita sufre de doble personalidad? Siempre fue así de dulce pero desde nuestro primer beso se sentía incomoda conmigo y se ponía nerviosa, podía verla sonrojarse cada que me veía, me encantaba esa sensación, mi cerecita es tan transparente con sus emociones, ella no puede disimular, si está molesta, feliz o triste, se refleja en su expresión, ella no es buena mintiendo o fingiendo, por eso la quiero tanto, ninguna mujer se compara con ChaeRi, mi dulce niña.
Aunque hayan pasado tantos años ella sigue igual de hermosa y tan inocente como siempre, lo que me hizo preocupar, cuando me dijo “oppa” sonriendo tan dulce sin ningún signo de incomodidad… sentí miedo, miedo de que mi cerecita ya no me quisiera, y sentía más curiosidad por lo que me iba a decir antes que yo respondiera la maldita llamada.
-Narra ChaeRi-
Lo hice bien, me enorgullecí de mi misma mientras caminaba hacia la van junto a JungMin, eso es lo que debi hacer desde el principio, quitarme esas tontas ideas de la cabeza, no le importo a oppa como una mujer, no sé a qué rayos jugaba cuando pretendía que yo le gustaba, en la secundaria ya descubrí que él es un mujeriego, pero soy su hermana menor, deberá tratarme como tal, ahora soy una adulta y no volveré a permitir que él cuse ese límite.
En la noche cuando leía un poco en mi laptop, recibí un mensaje, era oppa preguntándome quien era, recordé que lo llame, sin pensarlo mucho le respondí de inmediato.
-Mensajes-
• Ah, lo lamento oppa, llame hace rato y colgué, solo comprobaba si era tu numero
• ¿Quién eres?
• Oppa, soy yo -respondí-
• ¿ChoRong? ¿Cambiaste de número?
• -pensé un momento antes de responder- Si
• Vaya, finalmente no recuperaste tu teléfono, debes fijarte mejor donde dejas las cosas eres una despistada, una preciosa despistada (emoji con corazoncitos)
• Vaya sí que eres un playboy -le respondí-
• Princesa, te lo he dicho, solo soy así contigo porque eres especial (emoji de un beso)
• Ya claro -no podía evitar reírme, oppa pensaba que yo era esa tal ChoRong-
• Lo digo enserio preciosa, ¿estas desocupada? ¿Vendrás a mi apartamento? Si vienes te preparare algo delicioso (Emoji de un guiño)
• jajaja oppa, no soy quien crees, detendré la broma antes que envíes cosas aún más fuertes, soy ChaeRi (Emoji de una sonrisa burlona)
No me respondió más a los mensajes y de inmediato recibí su llamada, me reía a carcajadas, me resulto divertido, lo engañe, trate de calmar mi risa para responder la llamada.
-Llamada-
• ¿ChaeRi? -me dijo nerviosamente-
• Si oppa -solté una carcajada- Waaag~ sí que eres un playboy -seguí riendo- sigues jugando con las chicas
• Escucha cerecita, no es lo que piensas, de verdad, yo… estaba bromeando… no pienses que yo soy…
• -Lo interrumpí- Adiós oppa, me iré a dormir, este es mi número, guárdalo con mi nombre para que no me vuelvas a confundir con tus novias, bye bye~
• No ChaeRi, espera, escucha…
Colgué la llamada antes que dijera más, me reí y solté un suspiro de alivio, menos mal me quite esas ideas románticas con oppa, de lo contrario estaría sufriendo tanto, es un mujeriego, me dan lastima esas chicas que son “especiales” –volví a reírme- ¿a cuantas les dice lo mismo? Ni modo, oppa no tiene remedio.
Al siguiente día fui de lo más tranquila al trabajo, volví a actuar como normalmente soy, me divertí ya que Jay pasó con nosotros ese día, él resulto ser bastante divertido y enérgico, me recordó a ese conejito rosa de las baterías… como era… ¿Everredy? ¿energizer? Como sea, no recuerdo pero parece que nunca se cansa, me dijo que le enseñara a cortar con la cierra electica, me pidió que le mostrara mi herida, no sé porque quería verla, pero insistió tanto que termine mostrándosela, bromeo un poco al respecto, dijo que parecía algo así como una herida de guerra, él es muy bromista.
Por la tarde cuando estábamos comiendo un bocadillo en la sala de estar junto a Jay y otros de los chicos de AOMG llego SungHwa, sonriente como siempre, saludo a todos y yo agite mi mano saludándolo alegremente, me acordaba de los mensajes de la noche anterior y me causaba gracia.
• ChaeRi me conto que es algo así como tu hermana –Dijo Jay antes de meter casi media hamburguesa en su boca-
• Si, crecimos juntos, ¿Verdad oppa? –dije mirando a oppa sonriente pero él no respondió y solo se sentó-
• ¿Qué edad dijiste que tenías? -me pregunto Jay-
• Tengo 27 -le dije y me lleve la pajita de mi soda a la boca-
• No lo pareces, yo diría que tienes… -Jay me miraba- unos… 21
• -No pude evitar reírme- Seria grandioso si pudiera regresar a esa edad
• Entonces parecerías de 15 -rio Jay-
JungMin estaba especialmente callado, él no es así, lo regrese a ver un par de veces y el solo se centraba en comer, no levando su mirada y no se incluyó ni una sola vez en la plática, vi a SungHwa algo incómodo, como nunca.
Terminamos de comer y Jay dijo que se retiraría, supongo que tenía algo que hacer y se llevó a los chicos que estaban ahí, también le dijo a SungHwa que lo acompañe pero oppa dijo que debía hacer algo y se quedó, se dirigió a su estudio y yo regrese mi trabajo con JungMin.
-Narra Gray-
No pude dormir bien esa noche, tenía miles de pensamientos en mi cabeza, una vez más le había demostrado a ChaeRi lo mujeriego que soy, porque lo sé, me gustan las chicas guapas y sexys, no lo niego, salgo con una u otra en ocasiones pero no tengo una relación por lo que no creo que sea un playboy o un jugador como me dijo la noche pasada ChaeRi, solo disfruto de la compañía de chicas lindas, ¿Eso me hace tan malo?
Me han dicho antes eso, las chicas se ponen histéricas cuando les digo que no busco una relación después de haberme acostado con ellas, me han aventado agua en la cara, me han golpeado con sus carteras, pero que puedo hacer, el ser “novios” no me convence tanto, disfruto de mi estilo de vida actual, pero al escuchar a ChaeRi decirme “playboy” me dolió en el fondo de mi corazón, no soportaba la idea de que ella pensara que soy un mal tipo, estaba torturándome a mí mismo, quería arreglar mi imagen de alguna forma ante ChaeRi, me importa mucho lo que ella piense de mi porque… la quiero, ella sería la única con quien pensaría en tener una relación formal
Desde siempre pensé que ella era tan dulce y tierna, sentía la necesidad de protegerla pero cuando creció… su cuerpo empezó a cambiar, mis pensamientos acerca de ella cambiaron, cuando ella tomaba mi mano yo sentía electricidad recorrer mi cuerpo, por eso la bese la primera vez… nuestro primer beso… mi primer beso, si, tenía una chica con la que pasaba el rato pero nunca la bese porque no paraba de pensar en cómo sería el primer beso, quería hacerlo con alguien especial, con mi cerecita, la niña más preciosa del mundo, lamentablemente después de eso me sentí nervioso, reaccione como un idiota queriendo comparar los besos de otras chicas y ningunos labios me supieron igual que los de ChaeRi.
Ahora he arruinado tanto mi imagen ante ella con mis propias acciones y tengo miedo, estoy en mis 30 años, soy un adulto y tengo miedo, si, es irónico, un mujeriego como yo… tiene miedo del rechazo, temo que ChaeRi me rechace, es mi peor temor.
Camine practicando en mi mente miles de frases que pudiera decirle a ChaeRi para justificarme pero todas sonaban igual, no encontraba la forma de decirle que no era lo que parecía porque realmente era lo que parecía, no tenía una justificación valida.
-Narra ChaeRi-
Vi a oppa entrar a la oficina donde nosotros estábamos pintando las paredes y parecía perdido, su mirada estaba perdida o confundida, le pregunte si necesitaba algo y él intento decir algo, las palabras no salieron de su boca, me burle de él como cuando éramos niños, él se pone así cuando estaba nervioso, generalmente cuando hacia alguna travesura.
• Podemos hablar por un momento -dijo finalmente-
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