Capítulo 8

• ¿Qué?  -no le entendí-
• Si aún eres… tú me entiendes

Acababa de entender la indirecta, casi me atraganto con lo que estaba comiendo, JungMin suele ser muy bromista, él es como mi alma gemela, entiende perfectamente lo que estoy pensando, el complementa mis ideas, por eso somos socios, de vez en cuando se comporta como mi novio o como un papá, es más maduro que yo a pesar que tenemos la misma edad.
Como no había ningún asunto urgente por hacer terminamos paseando, JungMin siempre lleva una cámara con él, le encanta tomar fotografías, es como yo, apreciamos la belleza en todo lugar, incluso cuando no parezca tan maravilloso, lo que más disfrutamos es una salida a un campo abierto, sentir la brisa en nuestros rostros y respirar aire puro, nunca hemos sido algo más que amigos, él ha tenido sus novias y yo novios, y eso también lo tenemos en común, no duramos mucho en una relación.
Cuando llego el lunes tuve que soportar el sermón de mi madre por haberme ido de la cabaña, ella me trata como si fuera una niña y es algo que empieza a molestarme, apresure la búsqueda de un apartamento pero no sé si hay algo malo conmigo porque ninguno de los apartamentos que he visto hasta ahora me ha gustado tanto como para decir; “¡lo quiero!”, el apartamento donde vive JungMin me fascina, él tuvo suerte, paso de casualidad y vio el anuncio de alquiler, fue a verlo y termino rentándolo la primera semana que llegamos a Corea, estoy rogando porque uno de los departamentos de ese mismo edificio se desocupe para rentarlo.
Recibí una llamada, un potencial cliente, acorde una hora para reunirnos y fui a mi oficina para prepararlo todo, en la oficina las cosas están un poco desorganizadas ya que nos tomó tiempo convencer al dueño del lugar para que nos dejara hacerle algunas adecuaciones, obviamente, somos diseñadores de interiores, como podría nuestra oficina ser tan plana y sin gracia.
Retire algunos botes de pintura y limpie el escritorio para recibir al potencial cliente, JungMin también llego y me ayudo a despejar un poco el camino, estaba algo preocupada que el cliente viera el desorden y decidiera no contratarnos.
• Todo es tu culpa, ¡en lugar de tomar fotos debimos venir a arreglar todo este desastre!  -le grite a JungMin-
• ¡Que! Te dije que vengamos pero dijiste;  -imito mi tono de voz-  “Aw~ el día es tan bonito, quiero ir de paseo~”
• ¡Debiste decirme que no!
• Bueno, tampoco quería venir a trabajar  -sonrió-  tome fotos maravillosas
• ¡Tonto!
• ¡Tonta tú!
Le lance un cojín del sofá y el me regreso el golpe con otro cojín, si, solíamos “pelear” tan infantilmente a veces, escuchamos el timbre y rápidamente actuamos profesionalmente, recibimos al cliente y todo fue perfectamente bien, ya teníamos otro trabajo, la remodelación de una tienda de ropa, empezaríamos al siguiente día.
Teníamos una van grande, le quitamos todos los asientos y la adaptamos para llevar todos nuestros materiales, teníamos la dirección de la tienda que debíamos remodelar pero dimos unas cuantas vueltas por el sector sin lograr llegar, JungMin solía ser muy terco, según él había estudiado todo el mapa estos últimos dos meses, pero sería entendible perderte en un lugar que no conoces, las cosas habían cambiado muchísimo desde que yo me fui y JungMin nació en el extranjero por lo que era su primera vez en Seúl, tuve que bajarme de la van para preguntar en una tienda la dirección y resulto que habíamos pasado por el lugar unas 5 veces y no lo habíamos visto.
JungMin se daba contra el volante… literalmente lo hacía, cuando algo no le sale bien se castiga a sí mismo, es algo que me da mucha gracia, se ve adorable, no es que sea un salvaje golpeando cosas, es tierno verlo como se golpea porque lo hace muy despacito y con cuidado, es muy delicado, un simple golpe le provoca un moretón enorme.
Llegamos y el dueño de la tienda de ropa había terminado de amontonar unas cajas en una bodega y teníamos el lugar libre para trabajar, le mencione las cosas que podríamos hacer y el dueño estaba tan entusiasmado, era un lugar muy grande pero a pesar que estaba en un sector muy concurrido no era muy llamativo y no tenía tantos clientes como quisiera, alguien le dijo que quizá si hace una remodelación que sea llamativa para los clientes, podría elevar sus ventas.
Empezamos diseñando digitalmente, tenemos una laptop con un programa, capturamos la imagen del lugar y lo diseñamos todo digitalmente para ver un aproximado resultado final, es mi trabajo, es apasionante, amo hacerlo, me emociona tanto cada cambio o renovación que hago, podría trabajar hasta la noche y a veces hasta se me olvida comer, pero tengo a JungMin que es el que se preocupa de los horarios y la comida, a veces pienso que hace magia porque sin darme cuenta se fue y regreso con comida.
El primer día trabajamos unas pocas horas, no pudimos hacer mucho ya que teníamos mucho material por comprar, suele ser así el primer día, al siguiente día madrugamos para comprar todo los materiales, incluso antes de llegar a corea ya habíamos hecho un estudio de mercado y acordamos con proveedores que nos proporcionarían materiales de calidad a bajo costo, llegamos al lugar con todo cargado en la van y empezamos con la renovación, nosotros hacíamos tanto el diseño digital como el trabajo, es decir, eran nuestras mentes y nuestra mano de obra, ahí era donde JungMin se lucia, el cargaba los grandes tablones o láminas de materiales, corta con la cierra, yo también lo hago pero él es el que se hace cargo del trabajo más duro y yo me encargo de los detalles, la pintura, los más delicados acabados para terminar un trabajo perfecto.
Cayo la noche y ya que suelo obsesionarme con terminar algo, teníamos un juego enorme de flash para iluminar bien el área de trabajo en las noches, estaba sobre una escalera con mis pinceles haciendo una hermosa pintura en el techo, estire mi mano sin dejar de mirar lo que estaba pintando pidiendo un pincel más delgado pero no lo recibí, regrese a mirar y no vi a JungMin por ningún lado, me gruño el estómago y recordé que no había comido desde el almuerzo y mi reloj ya marcaba las 10pm, no podía dejar mi pintura así, sentí que debía terminarlo o sino no tendría la misma inspiración al siguiente día, me conozco bien.
Normalmente trabajamos con música, llevamos altavoces a todo lugar y el volumen estaba considerablemente alto, no tanto pero creo que un poco, cuando termino una canción en el espacio de 3 o 4 segundos hasta que suene la otra canción escuche una voz masculina diciendo “Disculpe” regrese a ver hacia abajo y me sorprendí tanto al ver esos grandes ojos tan familiares, aunque estaba cubierto con un cubre boca supe que era SungHwa, me tambalee un poco, quise sujetarme pero tenía mis manos ocupadas con pinceles y mi tablita de colores, sentí como si cayera en un abismo y solo cerré mis ojos preparándome para el golpe.
Me sorprendí al aterrizar en los brazos de SungHwa aunque el no soporto ni tres segundos y también cayó al piso, fue como mi colchón amortiguando el golpe, mi tablita de colores la había adaptado yo misma, hice agujeros en una tabla redonda donde entraban unos tubitos de pintura, era como un portavasos de esos del cine pero con 10 minivasitos donde ponía los colores que necesitaba, todos se salieron de la tabla derramándose sobre mí y SungHwa, él se quejo adolorido y yo me levante, me dolía muchísimo el codo, pegue el brazo a mi pecho sujetándolo por el dolor y SungHwa se levantó haciendo unas muecas de dolor, se sacudió un poco ya que en el piso había aserrín de la madera que habíamos cortado y estaba manchado de pintura de colores por todo lado, me miro con una ceja levantada.
• El caerte de las escaleras es tu hobby ¿no?
• Que… que hace aquí…
• Nuevamente me tratas como un desconocido, ¡habla normal!
• ¡Estoy hablando normal!
• Quiero decir, normal como siempre, tu tu tu, no entiendes ¡au!  -se cogió el lado de su abdomen-
• Pero, porque está aquí   -volví a preguntar-
• Salvándote la vida, si no hubiera estado te hubieras roto algo  -sonrió mostrando sus perfectos dientes-  ¡háblame informal! No soporto escuchar “usted”
• -Sentí el dolor invadir todo mi brazo y me ponía algo histérica- ¡Solo responde! ¿Mi madre te dijo dónde encontrarme?
• ¿Por qué debería yo buscarte?  -puso una expresión arrogante-
• -Reí con ironía-  no, claro que no, entonces que haces aquí
• Mi empresa está en el edificio de alado
• ¿Tu empresa?  -pregunte sorprendida, no sabía que tenía una empresa, hasta donde yo sabía era cantante-
• Mi agencia, la agencia para la que trabajo, mi sello discográfico, soy cantante  ¿no lo sabes? -sonrió haciendo una pose-
• Si si ya entendí, pero… porque entraste aquí
• Bueno, vi las luces y pensé que grababan un MV (video musical) o una sesión de fotos, soy curioso lo sabes.
• Así trabajo yo, ahora que lo comprobaste puedes irt… -sentía el dolor en mi brazo penetraba mis huesos-

Quise señalar la puerta al decirle “Puedes irte” pero me dolió tanto al mover mi brazo, me lo volví a llevar al pecho y con la otra mano me toque detrás del codo, sentí algo líquido, pensé que sería la pintura pero era sangre, SungHwa vio mi mano de sangre y sus ojos se abrieron sorprendido, se acercó a mi tomo mi brazo pero por el dolor me negué a que me toque, él insistió y grite del dolor.
• Esto no se ve bien cherry, tenemos que ir a un hospital
• No es necesario, suéltame  -adolorida quise mirarme, gire mi brazo un poco y pude ver un corte bastante profundo que no paraba de sangrar-
• Hay que… -miro alrededor-  una toalla… algo para detener la sangre…

Saco de su bolsillo trasero un pañuelo que le colgaba como accesorio y me lo ato alrededor de la herida, dijo que me llevaría al hospital.
• No puedo dejar todo así, vete, esperare que regrese mi socio e iré al hospital
• ¿A dónde fue tu socio? ¿Tardara?  -parecía bastante preocupado-
• No lo sé… solo…
• Olvídalo, no esperaremos, mi auto está enfrente, toma  -me dio las llaves de su auto-  ve y espérame en el auto, desconectare todo, dame las llaves de la cerradura, ¡rápido!

SungHwa empezó a desconectar todo, al verlo sabía que podía confiar en él así que me dirigí a su auto yo no quería ir con él pero al ver que no paraba de sangrar no tuve más opción, desde el auto lo vi cerrar el lugar y corrió hacia el auto, subió a toda prisa y arranco, ni siquiera se puso el cinturón de seguridad y yo tampoco, solo me preocupaba presionar con el pañuelo mi brazo que dolía cada vez más.
Nos detuvimos en una luz roja y SungHwa apretaba el volante ansioso, me regreso a mirar con una expresión de oppa preocupado, miro mi  brazo y estiro su mano detrás de mi asiento, saco algo que al principio parecía una tela blanca y cuando la abrió para envolvérmela en el brazo pude ver que era una camiseta, estaba bañándome en sangre, me vino a la mente todas las situaciones en las que oppa fue mi héroe, jalo el cinturón con cuidado y lo abrocho, la luz cambio a verde sin darle tiempo de ponerse su cinturón, el auto no dejaba de hacer un ruido molesto que indicaba la falta de abrochar el cinturón del conductor, de repente mi vista se nublo un poco y el pitido del auto se empezaba a escuchar más y más lejano.
Abrí los ojos lentamente y me encontré con lo enormes ojos de SungHwa.
• cherry, ¿estás bien?
• Que… que paso…  -dije débilmente-
• Te desmayaste en el auto, el medico dijo que perdiste mucha sangre, ya cocieron tu herida
• Cosieron…

Quise mover mi brazo pero sentí algo que punzaba en mi brazo, y vi una delgada manera roja, la seguí con mi mirada y me di cuenta que me estaban poniendo una pinta de sangre,
“¿Enserio?” me dije a mi misma, como rayos termine en el hospital por una simple caída.
Recordé a JungMin, él se sorprendería al ver todo cerrado, toque los bolsillos de mi short pero no sentí mi teléfono.
• Buscas esto  -mostro mi teléfono-
• Dámelo, tengo que llamar a Jung  -dije pero no reconocía mi propia voz, estaba tan débil, sentía que mis manos pesaban toneladas-
• Lo apague, no dejaba de sonar
• Tonto… enciéndelo… Jung se preocupara
• ¿Quién es ese Jung?
• Ya te lo dije, mi amigo y socio, ¡Enciéndelo!  –dije entre dientes ya que no tenía fuerza para gritarle-

Minutos después escuche la voz de Jung.
• Riri, que paso  -sonaba muy preocupado-
• ¿Riri? Que es eso…  -se mofo SungHwa-
• No pasó nada  -sonreí para no preocupar a Jung-
• ¿Cómo qué no? Estas… cielo santo, porque te están poniendo sangre, ¿es grave?
• No, solo exageran, ya sabes cómo son los médicos  –me reí tratando de no cerrar los ojos-
• ¿Qué paso?  -le dijo JungMin a SungHwa-
• Te explicare, “riri” –se burló apáticamente-  se cayó de una escalera, se cortó con la cierra, el corte es bastante profundo así que perdió mucha sangre y se desmayó, yo la traje
• ¿Y tú que hacías ahí?  -pregunto Jung muy molesto-
• Déjalo Jung… toma la llave de la tienda, abre en la mañana y continua con el trabajo, estaré ahí apenas me den de alta
• ¡Estás loca!  -dijeron los dos al mismo tiempo-

Me reí al escucharlos como un dúo tan sincronizado, cuando aprendía apenas a usar la sierra eléctrica me corte el dorso de la mano, no fue grabe, me vende la mano y seguí trabajando, ahora me había cortado nuevamente con la cierra pero por caer sobre ella, ni siquiera la estaba usando, que irónico, aun así debía continuar trabajando, el lema de nuestra empresa era express, es decir, que hacíamos las remodelaciones a la velocidad de la luz, bueno exagero un poco pero lo hacíamos lo mas rápido, eso nos funcionó en el extranjero y había dado buenos resultados los últimos dos meses, los clientes nos buscan por la rapidez que ofrecemos, así que no podía detener todo por una cortadita.

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