• Que haces aquí -le dije molesta haciendo una mueca de desagrado-
• Me… colgaste el tele-teléfono -decía entrecortado mirándome de pies a cabeza-
• Porque no quería hablar contigo, oppa sal de mi habitación -camine hacia la puerta y le señale con la mano para que saliera-
• Yo… yo… te es-espero abajo -tartamudeaba mientras trataba de evitar mirarme-
• Vete a tu casa, tengo tarea que hacer -le dije antes de cerrar de un golpe la puerta de mi habitación-
Él nunca tartamudeaba de esa forma, no comprendí en ese momento porque actuaba de esa forma, me vestí tomándome mi tiempo, creo que en realidad me demore más de lo normal a propósito, tome mis lentes de la peinadora y me los puse, aun con la toalla en mi cabeza salí de mi habitación y baje para buscar algo con que secar todo el desastre que yo misma había provocado, al llegar al primer piso vi a oppa escurriendo la toalla vieja que mi madre solía usar para trapear, mire la entrada y todo el pasillo, oppa ya lo había secado, hice una mueca y camine hacia el refrigerador, lo abrí y saque el cartón de leche.
• ¿Gracias oppa? -me dijo insinuando que era lo que yo debería decirle-
• Si, bueno… gracias -dije de mala gana mientras buscaba una olla pequeña-
• Yo la calentare -me quito la olla y vertió la leche-
Oppa solía hacer eso por mí siempre, después de ser mojados por la lluvia calentaba leche y me la serbia en un gran jarrón para que no me enfermara, su madre solía hacerlo por él y ya que el cuidaba de mí se convirtió en una costumbre.
No me reúse, lo deje calentar la leche, me fui al sofá, tome el control de la tv y la encendí, estaban pasando un programa de dibujos animados. Si, tenía 13 años pero aún me encantaban los dibujos animados, abrace un cojín cruzando mis piernas sobre el sofá, oppa se sentó junto a mí y me ofreció el jarroncito con leche caliente, lo tome de mala gana y me lo lleve a la boca.
• ¡Ah! ¡Mi lengua! -me queje y empecé a soplar para enfriar un poco la leche pero mis lentes empezaron a empañarse-
• Tonta, siempre haces lo mismo, ni siquiera puedes ver -se acercó mucho a mi rostro y soplaba junto a mí-
Aun con mis lentes algo empañados pude mirar su largo cuello estirado con una perfecta manzana de adán que antes no había visto ¿O acaso no la tenía? Oppa había crecido tanto y yo no lo había notado ¿O empezaba a verlo de forma diferente? Sus labios estaban hechos un piquito mientras soplaba la leche frente a mi rostro, yo también hacia un ligero piquito soplando pero había dejado de soplar, me quede mirando tan de cerca aquellos carnosos labios y por primera vez en mi vida pensé; “¿Cómo se sentiría besar esos labios?”
Yo estaba tan perdida en mi pensamiento y miraba fijamente sus labios, cuando levante mi mirada, oppa me estaba mirando con sus grandes ojos, sonrió mostrando sus blancos y perfectos dientes, se estaba riendo de mí, siempre lo hacía, cuando mis lentes se empañan de esa forma él se burla de mi pero esa vez fue diferente, me quito mis lentes despacio y los dejo en la mesita de centro que estaba frente a nosotros.
• Ahora si puedes ver ¿O no? -me dijo agitando su mano frente a mi rostro-
• Claro que puedo ver… tampoco estoy completamente ciega -respondí algo tímida-
• Ahora que te veo bien, ya no tienes tantas pequitas y así sin lentes, se podría decir que eres bonita -dijo mientras escaneaba mi rostro con detenimiento hasta detenerse en mis labios- lo único que no ha cambiado para nada es tu boca de cerecita, chrerry~ -me dijo con un tono burlón-
Solía decir que mi boca era pequeñita y mis labios tenían un color rosa brillante como una cereza y ya que mi nombre es ChaeRi él lo pronunciaba como; cherry, cereza en inglés, o también solía decirme cerecita, me había acostumbrado a escucharlo ya que me llama así desde que tengo memoria incluso mis padres me llaman así pero en ese momento él estaba tan cerca de mi rostro, sentí algo… un revoloteo en mi vientre como si tuviera dentro mariposas aleteando haciendo cosquillas y a la vez daba una sensación cálida, sentí como ese calor subió a mis mejillas, trague saliva sin dejar de mirar los ojos intensos de oppa, el pestaño lentamente y volvió a dedicarme otra sonrisa.
• Bébete la leche, se enfriara -puso sus frías manos sobre las mías haciéndome llevar la taza a mi boca-
Le di un sorbo a la leche caliente y oppa no quito sus manos, me hizo beber otro sorbo y sonreía diciendo “Eso es, eso es” asegurándose que bebiera la leche, lo hizo muchas veces cuando éramos niños, incluso creo que lo había hecho el invierno pasado cuando nos mojamos con la lluvia pero esta vez tenía una sensación diferente.
• Esta bien, puedo beber sola, ya no soy una niña -le dije moviendo mis manos a un lado para quitarme las manos de él de encima-
• Me acabo de dar cuenta -dijo oppa apartándose y se reclino en el respaldar del sofá-
• ¿Cuenta de qué? -no había entendido lo que dijo-
• Que ya no eres una niña -dijo sonriendo mirando la tv-
• Apenas te das cuenta, mi cumpleaños fue hace poco, ¡No te acuerdas! -le dije dejando la taza sobre la mesa y lo mire- Tu cabello… esta mojado
• Claro, me colgaste el teléfono, tuve que venir bajo la lluvia -dijo sin mirarme y cambio de canal-
Me levante y fui hasta el armario del baño del primer piso, saque una toalla mediana y regrese, se la lance a oppa en la cabeza.
• Sécate –le dije-
• Hazlo tú, me he mojado por tu culpa -dijo sin quitarse la toalla que le cubría el rostro-
Hice una mueca y me arrodille en el sofá junto a él, empecé a frotar la toalla en su cabeza, oppa se cruzó de brazos girándose hacia mí y yo podía ver su sonrisa, de repente se sacó ligeramente su lengua humedeciendo su labio inferior y se lo mordió por un instante para luego soltar una risita, nuevamente me hipnotice en sus labios, ¡Qué diablos estaba pasando conmigo! Deje de frotar la toalla y le quedaban cubiertos los ojos, solo podía ver sus labios sonrientes.
• ¿Entonces ya no estas enojada conmigo? -me pregunto-
Recordé que estaba enfadada y le empuje la cabeza hacia un lado, me volví a sentar a un lado del sofá, me puse mis lentes, oppa se quitó la toalla de la cabeza dejando su cabello todo alborotado, no pude evitar reírme al verlo, el también rio y empezó a hacer muecas graciosas, haciéndome estallar en risas, sacudió su cabeza y con sus manos trataba de peinarse.
• De verdad lo lamento cerecita, es que tengo la costumbre de salir con mis amigos pero ahora que estas en la misma secundaria cambiare mi rutina para ir contigo ¿Ok? -me dijo poniéndose serio y me pellizco la mejilla-
• De acuerdo –dije perdonándolo- oppa tus manos están frías
Me pare en el sofá brinque hacia atrás y corrí a mi habitación, saque una cálida manta, baje y de la misma forma que salí del sofá, regrese.
En los días fríos como ese solíamos arroparnos con una manta en el sofá y mirábamos tv, lo había disculpado así de fácil, él era mi hermano, el que me cuidaba y yo también cuidaba de él.
Al siguiente día en la mañana me levante muy animada, esperaba ir con oppa a la secundaria ya que él me había dicho que ahora cambiaría su rutina e iría conmigo, escuche la puerta de la casa de alado cerrarse de un golpe, me asome a la ventana y pude ver a oppa saliendo corriendo a toda prisa, lo llame pero él no me escucho. Se había vuelto a ir sin mí, me puse algo triste y baje a desayunar, mi madre me sirvió una taza con jugo de naranja.
• ¿Que pasa cariño? –Me dijo mamá con su cálida voz-
• -Suspire- oppa se fue sin mi
• Bueno, tal vez tiene que llegar antes por alguna razón, desayuna y ve a clase, nos vemos en la noche -dijo mi madre mientras se ponía a toda prisa un abrigo y salía a su trabajo-
Camine algo desanimada hasta la parada del autobus y subí, me senté a la ventana e iba mirando el camino lleno de hojas secas que habían caído de los árboles, era evidente que el otoñó había llegado, unas pocas cuadras antes de llegar a la parada de la secundaria vi la inconfundible mochila de oppa, era él, iba caminando, quería abrir la ventana y llamarlo pero de repente se detuvo frente a una chica de cabello corto muy bonita y la tomo de la mano, continuaron caminando juntos.
Me sorprendió tanto que me quede congelada como un maniquí, ¿Tenia novia? No, quizá una amiga… ¡No, definitivamente era su novia! ¿Si no porque la tomaría de la mano?
Oppa siempre fue muy popular, pero nunca lo vi con una chica, ese momento tenía una mezcla de sentimientos, me sentía triste y decepcionada, sentí que alguien más se había llevado lo que era mío, oppa era mío, era…
Baje en la parada y de pronto unas manos me tomaron de las tiras que sobraban en los tirantes de mi mochila y me jalaron haciéndome correr con ella, eran SolBi y SuHa
Llegamos nuestra clase y finalmente pude preguntar cuál era el apuro por llegar, aún faltaban minutos para que sonara el timbre de inicio de las clases, SuHa saco su walkman.
Había robado una de las cintas de sus hermanos y quería hacernos escuchar, era último álbum de 1TYM era un grupo R&B y Rap (de la YG) popular en esas fechas (2002) yo los amaba desde su debut, yo tenía 9 años cuando debutaron pero desde ese entonces ya me había enamorado de Teddy (uno de los integrantes), tenía un gran poster de el en mi habitación y soñaba casarme con el algún día.
SuHa y SolBi también eran fans de 1TYM así que ese fue el día que supe que esas chicas serian mis mejores amigas para toda la vida.
Durante el receso no vi a oppa, y la verdad ya había perdido la esperanza de encontrarlo a la salida así que después de clase fui con SolBi y SuHa a pasear por ahí.
Por la tarde cuando estaba en mi habitación haciendo la tarea escuche las campanitas, me asome a la ventana y vi a oppa mostrándome un chocolate, con una gran sonrisa, hizo un gesto con su mano diciéndome que fuera a su casa pero la verdad no tenía ganas, le dije que no con mi cabeza y regrese a mi escritorio, segundos después escuche el chirrido de la puerta de entrada a mi patio delantero, supe que oppa venia, solté un suspiro y volví a escribir en mi cuaderno, oppa entro a mi habitación y puso el chocolate sobre mi cuaderno, hizo a un lado algunos libros que tenía sobre el escritorio y se sentó.
• Que quieres, vete, tengo tarea -le dije apartando el chocolate de mi cuaderno y seguí escribiendo-
• ¿Tienes mucha tarea? Yo no tengo, ¿Te ayudo? -me dijo mientras movía sus pies que colgaban del escritorio-
• No gracias, vete
• ¿Estas enfadada? ¿Otra vez? -me dijo con una voz adorable y me quito el bolígrafo para que yo dejara de escribir-
• No, porque debería estar enfadada contigo, solo quiero hacer mi tarea, así que vete por favor
• Ey~ hace tiempo que no jugamos juntos, ¿Miramos una peli? Mis amigos me prestaron una, es de terror -dijo haciendo una voz temerosa mientras fingía temblar de miedo-
• Olvídalo, tengo tarea -dije asertiva mientras sacaba otro bolígrafo de mi estuche-
• A ti no te gusta hacer tarea, te conozco -se recostó sobre mi escritorio y empezó a rogarme- la haces después de ver la peli ¿Si? ¿Si? Siiii~
Por qué demonios tenía que usar esa técnica, actuaba adorable y hablaba como bebé para convencerme de hacer lo que él quería, y yo siempre caía.
¡Está bien! Dije y me levante para tomar un suéter, me tomo de la mano llevándome mientras él daba brincos como un conejito animado ya que había conseguido lo que quería, como siempre, caminamos saliendo de mi casa para entrar a la suya.
Me llevaba al segundo piso y me sorprendió porque la tv estaba en el primer piso.
• Oppa, porque vamos a tu cuarto…
• ¿No te lo conté? Mis padres compraron otra tv para mi –sonrió y yo solo lo seguí-
No había entrado a la habitación de oppa en algún tiempo, parecía que todo era nuevo, tenía un poster de una chica en bikini, donde antes solían haber muñecos ahora habían cintas de casette, poster de chicas y autos, era cierto que oppa ya no era un niño, finalmente me di cuenta, era un adolescente de 16 años y claro hasta ya tenía una novia, no supe en que momento paso todo eso, pero supe que era la razón por la que ya no compartíamos tanto tiempo juntos como antes.
Lo vi poner la cinta en el VHS reproductor que estaba incorporado en su nueva tv y me acomode en los cojines sobre la alfombra del piso reclinando mi espalda en la cama, oppa saco una manta y después de un rato regreso con un enorme tazón de palomitas de maíz, cerro las cortinas y apago la luz, cerró la puerta de su habitación y se sentó junto a mí, nos cubrimos con la manta las piernas y comíamos las palomitas de maíz durante el inicio de la película, a los dos nos encantaban las películas de terror aunque nos causaran pesadillas, solíamos verlas aunque nuestros padres decían que no las viéramos.
Oppa se terminó las palomitas, como siempre y no iba ni 30 minutos de película, de pronto el misterio empezaba a ser más intenso, empezaba aquella música que suena cuando algo va a pasar, me pegue a oppa inconscientemente y lo agarre fuerte del brazo, el me apretó la mano, los dos estábamos con nuestros ojos bien abiertos esperando que algo espeluznante suceda en la película.
¡Un grito! y la protagonista de la película se paró frente al televisor que se mantenía con un circulo brillante, de repente una mano sale de la pantalla, y una chica con el pelo largo cubriendo su rostro salía de la tv, no pude evitar pegarme más a oppa y el me rodeo con su brazo por los hombros, sabía que él también tenía miedo ya que lo sentía tenso, la película termino y el casette salió automáticamente de la ranura del reproductor VHS y la tv quedo en líneas blancas sonando como interferencia, tal como en la película, después sonó el teléfono, ¡Tal como en la película!
Nos cubrimos con la manta hasta la cabeza muertos del miedo, oppa encendió la linterna que solía andar a llevar siempre en su bolsillo, ilumino entre nosotros el teléfono dejo de sonar y después empezamos a reír, éramos unos miedosos, el teléfono volvió a sonar y los dos pusimos una expresión de pánico, me acurruque al pecho de oppa y el me abrazo.
• ¿Tienes tanto miedo? -pregunto mientras clavaba sus dedos en mi hombro-
• No… ¿y tú? -le pregunte apartándome de su pecho para mirarlo con la luz de la pequeña linterna-
• -se rio nerviosamente- Yo… no… solo te abrazo porque tú tienes miedo…
• Eres un mentiroso, también tienes miedo -me empecé a reír viéndolo con sus ojos llenos de miedo-
• No es cierto, oppa no le tiene miedo a nada -sonrió mostrando confianza-
• Si tienes miedo, no lo puedes ocultar, te conozco demasiado bien oppa -le dije burlándome-
El teléfono volvió a sonar y la linterna se le cayó de las manos por el susto, yo logre tomar la linterna y cuando ilumine tenía sus labios tan cerca de mi rostro, nos quedamos mirándonos, me quito mis lentes y mi corazón empezó a acelerarse, la expresión de oppa demostraba que no sabía lo que estaba haciendo, simplemente estaba pasando y se acercó un poco más a mí, pude verlo cerrar sus ojos y cuando sentí su cálido aliento en mis labios solo cerré los ojos dejando caer de nuevo la linterna y… nos besamos
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