El inicio de mi futuro.
–Entiendo
el punto de tu madre –comentó Alice una vez en el restaurante–. Yo estoy cerca
de los 30 y las oportunidades como bailarina o modelo que tenía en mis días de
juventud ya no son las mismas.
–Pero
si apenas tienes veintisiete años Alice, aun eres muy joven.
–Si,
pero ya no tanto como para… –se detuvo y suspiró mientras veía a la mesera
servirles lo que habían ordenado.
–¿Para
qué? –cuestionó ______ una vez que la mesera se había ido.
–Sabes
que tengo algunos contactos. Gente para la que he trabajado, amigos y todo eso.
–Si.
–Antes
me llovían ofertas y hoy me enteré de audiciones para un video musical, pero ya
no cumplo con los requisitos. Quieren a alguien más joven, veinte años como
máximo y pensé en ti.
–¿Qué?
–Ve
a hacer la audición, puede que te contraten. Aparecerás en un video musical y
le demostrarás a tu madre que vas enserio.
–¿De
verdad? –sonrió ilusionada pero rápidamente se puso seria–. Aunque… tú estas
triste, no si debería.
–No
te preocupes por mí –Alice bebió un sorbo de su bebida–. Yo ya tuve mis días,
además te aprecio muchísimo y quiero ayudarte.
–Alice,
eres mi ángel. Me has ayudado tanto.
–Yo
solo te doy el empujoncito. Tienes talento y te esfuerzas mucho, lo que logres,
te lo mereces.
–Entonces…
¿cuándo es la audición?
–Allá
vamos –sonrió y volvió a beber–. Solo esperamos que alguien llegue a recogernos.
Apresúrate tomando tu malteada.
–Si
si –bebió un largo sorbo–. ¿A quién esperamos?
–Ya
lo verás.
–¿Es
alguien famoso?
–Si
–Alice levantó sus cejas repetidamente con picardía.
–Debiste
decirme para ponerme algo… mejor.
–Vas
perfecta, estás muy guapa. Además, te darán un vestuario.
–¡Vestuario!
Que emoción.
______
bebió el resto de su malteada y sacó el espejo que siempre carga en su mochila
para retocar su labial y comprobar su maquillaje.
De
pronto Alice levantó su mano sonriente saludando a alguien y se puso de pie, un
hombre alto y delgado que desbordaba estilo con su vestimenta y forma de
caminar se dirigió hacia ellas.
–Hola
oppa –saludó Alice sonriente–. Gracias por venir.
–Cuanto
tiempo sin verte Alice –saludó el hombre también sonriendo.
–Ho…
hola –saludó ______ con una reverencia ya que también se había levantado al
reconocer al sujeto.
–Y
tu debes ser la belleza que me han prometido –él sonrió haciendo una leve
reverencia con su cabeza–. Tomen asiento chicas.
–Esta
es la amiga de quien te hable –explicó Alice.
–Ya
veo –él no dejaba de sonreír–. Encaja perfecto con lo que busco.
–¿Si…?
–cuestionó ______ nerviosa.
–Por
supuesto, pero tengo una pregunta.
–Lo
que sea.
–¿Me
conoces?
–¡Si!
–exclamó ______–. ¡Cielos! Moría por decirlo. Soy tu fan SanE.
–Si
me conoce –carcajeó él satisfecho.
–¡Por
supuesto! Tu música es genial, me encanta. Te reconocí en cuanto entraste, pero
me contuve ya que podía parecer poco… profesional. Estoy hablando demasiado
¿cierto? –sonrió nerviosa.
–Tranquila
–él sonrió.
–Por
favor no saques tu libreta para pedir un autógrafo –sugirió Alice entre risas.
–Eso
no me molestaría –sonrió SanE pero su teléfono sonó interrumpiendo el momento–.
Disculpen, tengo que responder –se puso el teléfono al oído y tras escuchar por
un momento, respondió–. Ahora vamos –cortó la llamada y miró a las chicas–. Bien,
el auto nos espera, vamos.
Los
tres salieron del restaurante y frente a la calle los esperaba una van negra
con ventanas polarizadas. Subieron y SanE explicó el concepto del video a
detalle.
–¿Entendido?
–cuestionó él.
–Si
–______ asintió.
–Bien,
estamos por llegar. La audición se ha publicado así que habrá más chicas, pero
yo pienso que eres perfecta para mi video aun sin ver a las demás.
–Muchas
gracias –______ se ruborizó.
–Gracias
por querer conocerla antes, oppa –sonrió Alice.
–Me
has insistido tanto en que era perfecta –negó él con la cabeza y sonrió–. Tu
entusiasmo me causó tanta curiosidad que quería conocerla y no me eh
decepcionado.
–Sabía
que te encantaría –sonrió Alice.
–Creo
que aquí estará bien –intervino el chofer al detenerse.
–Ahora
tendré que dejarlas un par de cuadras lejos, ya saben, por eso de las
audiciones. No queremos que se nos acuse de favoritismos ¿Cierto?
–Si
si, por supuesto –asintió Alice.
–______
recuerda muy bien lo que te eh dicho que quiero para el video. Yo estaré
presente en las audiciones y tal vez muestre poco interés, pero no te
preocupes, tú se profesional.
–Soy
muy profesional –asintió ella con decisión y seriedad.
Tras
espiar que no hubiera nadie en los alrededores que pudiera verlas bajarse de la
van de SanE, ellas caminaron a prisa alejándose del vehículo y se dirigieron al
lugar de la audición.
Alrededor
de veinte jovencitas se presentaron para la audición. Cuando fue el turno de
______ actuó y bailó acorde a lo que SanE le había explicado. Cuatro personas
además de SanE eran los jueces y tal como él había advertido, parecía
indiferente ante la presentación mientras murmuraba con la persona junto a él.
–¡¿Como
te ha ido?! –cuestionó Alice emocionada al ver salir a su amiga.
–No
lo sé –______ negó con la cabeza y suspiró–. No parecían del todo convencidos.
–Recuerda
lo que dijo SanE –murmuró Alice.
–Lo
sé, pero que pudo cambiar de opinión al ver a las demás.
–SanE
es una persona que cumple lo que ofrece, créeme –afirmó Alice.
–De
todas formas, no lo culparía –miró discretamente–. ¿Has visto a aquella chica?
Ojos azules, rubia…
–Esas
solo son modelos, seguro no bailan ni una coreografía básica. SanE quiere una
bailarina con carisma, además de guapa y esa eres tú. Te elegirán, no te
preocupes.
______
no podía evitar preocuparse mientras permanecía en la sala de espera junto a su
amiga, transcurrió un par de horas hasta que terminaran las audiciones y
finalmente salió una mujer que con seriedad agradeció a todas las jóvenes
presentes, pero tan solo nombró a _____ quien había sido escogida como la
protagonista del nuevo video musical de SanE.
Alice
acompañó a su amiga hasta la oficina donde un hombre explicó detalles del
contrato mientras extendía los documentos a firmar hacia ______.
–Espera
–Alice tomó los documentos y rápidamente revisó los detalles–. Aquí no dice que
ella es la creadora de la coreografía –explicó ella mientras continuaba
leyendo.
–¿Usted
es mánager de la señorita? –cuestionó el sujeto con el ceño fruncido.
–Si,
lo soy –respondió Alice devolviendo la carpeta–. Mi representada es una
bailarina profesional y tiene que ser reconocida como la creadora de la
coreografía presentada en el video. Quiero que su nombre aparezca en los
créditos del video como “coreógrafa y bailarina”
–Además
de actriz, claro está –agregó SanE entrando en la oficina.
–Señor
–el hombre regresó su mirada hacia SanE–. Creo que las exigencias de esta…
señorita son demasiadas.
–Yo
creo que es lo justo. Si aparece en los créditos el nombre del productor,
camarógrafo, maquillaje, estilista y no sé cuánto personal más. ¿Porque no iba
a tener el mismo reconocimiento la modelo, bailarina, actriz y coreógrafa?
–Pero
señor. La chica es novata.
–Por
eso ah sido una audición abierta –explicó SanE–. No buscábamos alguien con un
currículo extenso y encontramos un diamante en bruto –sonrió mirando a ______ y
tomó la carpeta–. Haz que lo cambien y date prisa, no queremos hacer esperar a
nuestra estrella.
–Si…
señor –asintió el hombre a regañadientes.
Una
vez que el hombre salió SanE relajó su pose autoritaria y sonrió mientras se
sentaba frente a las chicas.
–Odio
el papeleo –miró a ______–. ¡Estuviste genial! Cuando te vi cambiar de
actuación a baile tan repentinamente quería levantarme y aplaudir –sonrió
emocionado.
–¡Por
supuesto! ¿Cómo era eso? –empezó a mover sus hombros–. ¡Demonios chica, si que
sabes moverte! Solo con tu apariencia yo ya había decidido, pero al verte
bailar quedé enamorado ¿Tienes novio?
–Yo…
–______ sonrió ruborizada.
–Y
ahora conoces al SanE de verdad –Alice puso en blanco sus ojos y rio.
–Calla,
aguafiestas –SanE gruñó, pero de inmediato rio.
–Ella
es casi una niña para ti, ni lo pienses –advirtió Alice.
–¿Estás
celosa? –levantó su ceja y sonrió ladino mientras extendía su mano hacia la de
Alice sobre la mesa.
–De
ninguna forma –respondió Alice retirando su mano debajo de la de él y se la
puso encima para retirarla.
–Esta
chica tortura mi alma con sus rechazos –suspiró SanE llevándose la mano al
pecho.
–Si
no fueras tan mujeriego, creería en tus palabras –mencionó Alice entre dientes.
–¿Qué
dices? Si solo tengo ojos para ti, preciosa.
–Basta
–Alice carcajeó y no lucía incomoda en absoluto.
–Aquí
viene aquí viene –susurró SanE volviendo a su pose de seriedad y cruzó sus
brazos.
El
hombre presentó el contrato actualizado con las exigencias de Alice y ______
firmó. Una vez formalizada la contratación SanE se despidió de ellas ya que
tenía asuntos por atender.
______
le agradeció a Alice por ayudarla a conseguir aquel trabajo en el que estaría
ocupada toda la semana y se despidieron para dirigirse a sus respectivas
viviendas. Al llegar al departamento, ______ recibió un mensaje de texto de
Loco.
–Mensajes–
–¿Estás dormida?
–Hola
oppa. No, acabo de llegar.
–¿Llegar? ¿De dónde?
–De
una audición y ¿Qué crees? Estás hablando con la protagonista del nuevo video
musical de SanE.
–¡Eso es grandioso! Aunque bien podrías ser la protagonista de
todos mis videos musicales.
–Pero
tu video ya ha estaba siendo grabado, ¿cierto?
–Si… No hay chicas en el video, de haber sido así, hubiera pensado
en ti para ser la protagonista.
–Ja jaja eso
solo si Jay lo aprueba y lo dudo, pero… ¡Muero por escuchar tu nueva canción!
–¿Mañana tienes algo que hacer?
–Clases
por la mañana, luego el trabajo y además tengo la primera grabación del video.
–Agenda ocupada…
–Un
poco.
–¿Crees que puedas venir antes de tu hora de ingreso al trabajo?
–Si,
tengo un par de horas después de mis clases, pero ¿Por qué?
–Quiero ver el estreno de mi video contigo.
–¡Ahí
estaré!
–¿A qué hora sales de la academia?
–A
las once.
–¿Te parece si te recojo a esa hora en la academia?
–¿Irás
por mí?
–Si…
a menos que no quieras.
–Por
supuesto que quiero, oppa.
–Perfecto, ahí estaré. Y ahora dejaré que descanses, nena. Dulces
sueños y hasta mañana :*
–Hasta
mañana, oppa 😊
Al
siguiente día ______ como de costumbre fue a sus clases en la academia y se tomó
veinte minutos antes de su hora habitual de salida para cambiarse, maquillarse
y alisar su cabello.
–Que
bonita luces hoy –comentó uno de sus compañeros de la academia.
–Gracias
–ella sonrió.
–Iremos
a comer algo ¿quieres ir con nosotros? –ofreció otra de sus compañeras.
–Me
gustaría, pero ya tengo planes –______ sonrió.
–¿Una
ocasión especial? –cuestionó el compañero.
–Un
amigo vendrá a recogerme, no es nada especial… eso creo.
–Por
supuesto que es especial, ¿no ves cómo se ha puesto de bonita?
–No
es eso chicos –negó ______ sonrojándose y sonriendo.
–Entonces
te dejamos para que esperes a tu “amigo” nada especial –comentó la compañera
sonriendo ladina.
–Disfruten
de su comida.
–Y
tú de tu cita.
–No
es una cita.
–Si,
claro.
Los
compañeros de ______ se fueron tras bromear sin saber que aquellos comentarios
la habían puesto un poco nerviosa.
–Una
cita… por supuesto que no es una cita –se dijo a si misma en voz baja mientras
miraba su teléfono–. Ya son pasadas las once… bueno, solo tres minutos… ¡Pero
que me sucede! No es una cita ¿Por qué me siento tan nerviosa de repente?
Ella
esperaba en su salón de practica que Loco llamara o enviara un mensaje
anunciando que había llegado, pero pasaron quince minutos y no había señales de
él. Un poco desalentada supuso que algo de última hora pudo presentársele a
Loco y ya no iría a recogerla, tampoco quería molestarlo por si estaba trabajando
así que evitó enviar un mensaje o llamar. Dejó su mochila en una silla,
encendió el reproductor de música y se dirigió al centro del salón frente al
espejo para realizar los estiramientos que se había saltado por salir a toda
prisa para arreglarse. Sin darse cuenta, los estiramientos se transformaron en
pasos de baile dejándose llevar por la música. En cuanto la canción terminó se
escucharon unos aplausos que hicieron que ella volteara rápidamente para
encontrarse con la amplia sonrisa de Loco, fue tanto el gusto de verlo que sin
pensar corrió hacia él para abrazarlo y darle un beso de mejilla saludándolo.
–Oh…
cielos… no me acos… acostumbro a esa forma de saludar –tartamudeó él sonrojado.
–¡Oppa!
Pensé que no vendrías.
–Lo
lamento. Llegué a tiempo pero JaeBeom Hyung vino también y me obligó acompañarlo.
–¿Por
qué?
–Va
a hacer un video aquí ¿No lo sabias?
–Ah…
eso. Si. Lo escuche de las chicas, pero no me interesa.
–¿No
te interesa?
–No.
Quiero mantenerme tan lejos como se pueda de Jay. Además, mañana graban
¿cierto?
–Si.
–No
vendré mañana, tengo trabajo –sonrió.
–Oh,
por supuesto. Señorita protagonista de videos musicales.
–Así
es –sonrió.
–Vámonos
antes que JaeBeom hyung me retenga más tiempo –dijo él con prisas.
–¿En
dónde está? –cuestionó ella mientras agarraba su mochila y apagaba el
reproductor de música.
–En
el salón principal escogiendo a los bailarines para su video.
–Entonces
saldremos por atrás –ella lo tomó de la mano para guiarlo.
Con
paso apresurado y mirando en todas direcciones se dirigieron hacia el pasillo
que llevaba a la salida trasera donde respiraron aliviados entre risitas al
salir.
–Eso
fue divertido –dijo él mirando su mano que aun era sujetada por la de ella.
–Como
un par de ladrones –comentó ella soltándolo.
–Dejé
mi auto por allá –señaló él tomando la delantera.
Una
vez en el auto continuaban riendo por su exitosa fuga. Loco encendió el auto y
la alerta de los cinturones de seguridad lo hizo voltear hacia ______ para
jalar el cinturón y colocárselo, sin pretenderlo la había tomado por sorpresa.
Sus rostros estuvieron a centímetros de tocarse por un momento y ella dejó de
respirar hasta que él se alejó al abrochar el cinturón.
–¿Qué
sucede? –cuestionó él al verla.
–¿Por..
por qué? –titubeó ella.
–Estás
roja ¿Tienes fiebre? –le puso la mano en la frente.
–No
–respondió ella mirándolo mientras podía escuchar el tamborileo de su propio
corazón.
–Tus
mejillas están completamente rojas –él posó su mano en una de las mejillas genuinamente
preocupado–. ¿Estás bien?
–Estoy
bien –musitó ella mirándolo.
Él ladeó su cabeza observándola, no controló su mirada que bajó hasta
los labios de ella, abrió su boca pretendiendo decir algo, pero su teléfono
sonó y retiró su mano de la mejilla de ______ para sacar su teléfono y en la
pantalla aparecía el nombre de Jay.
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