¿Qué regrese?
Una
vez que llegó la comida continuaron platicando mientras comían.
–Por
cierto… me enteré de que entraste a una academia de baile.
–¿Cómo
lo supiste?
–Me
enteré por casualidad.
–De
seguro te lo dijo tu primo.
–Si
–sonrió.
–Me
lo imaginaba, por eso intenté mantener distancia de Gray, aunque en realidad no
lo veo con frecuencia.
–Estuve
en el concierto de Busan, te vi.
–¿Me
viste?
–Si,
también fui un momento a la fiesta.
–¿La
fiesta? –casi se atora con un bocado de comida.
–Fui
con unos amigos, solo pasé a saludar a mi primo y me fui.
–¿Me
viste… en la fiesta?
–Te
busqué, pero había tanta gente que no te encontré. Quería felicitarte, era tu
sueño ¿No?
–Si.
–Me
alegro por ti.
–Gracias.
–Ya
que no preguntas yo te lo diré. Los abuelos se fueron a la provincia donde
tienen la sucursal de la empresa y logré convencerlos de no casarme aún.
–¿Cómo
es que te dejaron tan fácilmente? estaban muy empeñados en que te cases.
–Acepté
tomar su puesto como presidente de la empresa.
–¡Como
en un drama!
–No.
Nuestra empresa no es tan grande.
–Aun
así, es genial. Señor presidente.
–Aún
no lo soy, por eso estoy en la universidad.
–Supongo
que tendrás que estudiar mucho.
–Si.
–Aunque…
también podrías ser un actor o cantante.
–No,
ese camino no se hizo para mí. No canto nada bien y mucho menos actuó. El
artista de la familia es Gray, él se llevó todo el talento del ADN.
–Podrías
ser modelo.
–¿Por
qué? ¿Soy guapo? –sonrió coqueto.
–Olvídalo
–ella puso sus ojos en blanco y miró hacia otro lado.
–Ya
le prometí al abuelo hacerme cargo de la empresa, ya estoy condenado.
–Entonces
en la casa tú… no, no importa.
–¿Si
vivo solo? Sí. me quedé solo. La abuela llama una vez por semana y me envía
algo de comida, aunque prefiero comer fuera. No me gusta comer solo.
–Por
eso estás más delgado –pensó con tristeza, pero solo pudo decir–. Ah, ya
veo…
–¿Te
ha gustado la comida?
–Si,
estuvo deliciosa –sonrió–. Gracias por invitarme.
–Y
falta el postre.
–¿Helado?
–Si
–rio–. Se que te encanta.
–¡Si!
–Bien,
entonces vamos.
DongYul
pagó la cuenta y ambos salieron del restaurante para dirigirse a una heladería
frente al río Han, ya que estaban en aquel lugar decidieron dar una caminata
mientras disfrutaban del helado.
–Este
lugar es muy bonito –mencionó ella admirando el paisaje.
–Es
más bonito por la noche.
–Deberíamos
venir por la noche –propuso ella con una amplia sonrisa, pero la borró
recordando su enfado–. O no… olvídalo.
–¡Claro
que podemos venir!
–Quizá
algún día.
–¿Qué
tal hoy? –él miró su reloj–. Son las… dos con veinte. No falta tanto para que
oscurezca.
–Falta
mucho.
–No
tanto. Podemos ir por aquí y allá hasta que oscurezca. Bueno… si, mejor otro
día.
–Tienes
suerte –apretó sus dientes–. Tonto.
–¿Por
qué?
–¡Porque
no suelo perdonar tan fácilmente! Tonto.
–No
te arrepentirás. Créeme. Me morderé la lengua antes de decirte algo malo.
–Eso
espero.
Continuaron
caminando mientras platicaban como los amigos que solían ser y una hora después,
DongYul la llevo hasta a casa.
Una
vez en su apartamento, _____ permanecía recostada en el piso mirando hacia el
ventilador en el techo que giraba irregularmente manteniéndose sujeto penas de un
par de tornillos. Con el dinero que había ganado hasta ahora, podría buscar departamento
mejor, pero tendría que privarse de algunos gustos.
–Necesito
ropa nueva así que ahora no puedo mudarme –dijo señalando al ventilador– No te
caigas aún, por favor.
Suspiró
y cerró los ojos por un par de minutos hasta que sonó su teléfono, era momento
de la videollamada semanal con su madre, sonriente y apuntándose con la cámara de
su teléfono respondió, pero tan pronto se vio en la pantalla colgó. Había
olvidado por completo que aún no le decía a su madre que se había ido de la
casa de los abuelos de DongYul y ahora mismo la videollamada la había pillado
en su pequeño departamento, regresó la llamada sin video.
–Hija
quiero verte.
–Mami…
lo que pasa es que… la señal no es buena. No se puede hacer la video llamada.
–¿Estás
en casa?
–Si.
–¿Porque
solo cuando estas en la academia me respondes con el video y cuando estas en
casa, no? Siento que me ocultas algo.
–El
wifi de la academia es mucho mejor que aquí.
–¿Estás
segura de eso?
–Por
supuesto.
–Que
extraño… está bien ¿cómo te ha ido esta semana? ¿cómo esta DongYul y sus
abuelos?
–Muy
bien mamá.
–Me
gustaría platicar con DongYul ¿lo puedes poner al teléfono?
–Él
fue a la biblioteca, tiene mucha tarea de la universidad.
–Entonces
con los abuelos.
–Mamá,
tú no sabes coreano.
–Quisiera
saber cómo te estas comportando. No me agrada tanto la idea de que estés
trabajando y ya no estudies.
–Pero
tomo enserio mi carrera como bailarina. Estoy practicando muy duro, pronto esa
será mi carrera, mi forma de vida mamá.
–Pero
tú eres muy inteligente. Si DongYul está estudiando ¿porque tú no?, es algo que
no me deja tranquila, además estoy algo preocupada.
–¿Por
qué?
–¿Te
acuerdas de mi amiga la bailarina de vals?
–Si,
me acuerdo.
–Pues
tuvo una lesión reciente y la operaron de la rodilla, pero ya no podrá bailar
mas.
–Bueno
ya está algo viejita ¿No?
–¡Tiene
mi edad! ¡¿Como que vieja?!
–Es
decir –______ se justificó entre risas–. Hay muchas bailarinas jóvenes y sobre
todo de vals… pues no sé… mejor me callo.
–Ese
no es el punto hija. Ahora que ya no podrá bailar, no tiene nada más en que
trabajar, ella no siguió la universidad por dedicarse a su carrera de bailarina
y ahora… ¿Cómo se ganará la vida?
–Bueno,
ella no tiene hijos ni es casada. No tiene que preocuparse de mantener a
alguien, algo conseguirá.
–No
tiene hijos o esposo, y eso lo hace aún más triste. Está sola, su vida era
bailar. Está muy deprimida… estoy saliendo con ella a distraerla porque –de
pronto su voz se quebró–. Incluso intentó suicidarse.
–Oh
no… eso sí que es grave… pobrecita.
–Y
todo eso me hace pensar en ti hija. Si llegaras a lesionarte y no tienes un
plan de respaldo ¿Qué harás?
–Pero
lo mío es diferente, yo no bailo valet.
–Aun
así. Incluso si no te lesionas, puede que no te vaya tan bien como esperas. Perderás
tu juventud… los años no se recuperan hija.
–¿Entonces?
–Quiero
que regreses y estudies algo. Lo que tú quieras y ya luego si aun quieres
podrás regresar allá si ser bailarina.
–No
mamá. Por favor no me pidas que regrese. Me gusta este país, tengo amigas,
amigos. Tengo un futuro aquí.
–También
me parecía grandioso eso de ser famosa, bailarina, el mundo artístico, pero
ahora lo veo de otra forma. Hija te lo digo porque me preocupo por ti.
–No,
por favor, mamá –______ empezó a llorar.
–Regresa,
escoge la carrera más corta y regresas.
–¿Y
si mejor estudio algo aquí?
–¿Ahí?
–Si
lo que te preocupa es una carrera profesional, puedo estudiar algo aquí.
–Me
gustaría que regreses, ¿No me extrañas?
–Por
supuesto que te extraño mamá, pero entiéndeme.
–¡Ya
dije lo que pienso _____ y no estoy preguntando! ¡Es una orden!
–¡No!
¡No regresare! Soy mayor de edad, no tengo que obedecerte.
–¿Que
has dicho? ¡Yo te envió dinero mensual! ¿lo recuerdas?
–Yo
trabajo aquí mamá, no lo necesito ¡no regresaré!
–¡Toda
tu vida te he dejado hacer lo que quieres, pero esta vez no! ¡Quiero que
regreses!
–¡No
voy a regresar!
______
cortó la llamada y estalló en llanto, el teléfono volvió a sonar y con toda la intención
de rechazar la llamada, tomó el teléfono que había tirado pero esta vez era
Alice quien llamaba.
–¡Alice! –respondió de inmediato entre lágrimas.
–¿Qué
sucede?
–Mi
mamá… quiere que regrese –explicó entrecortadamente debido a su llanto.
–¿Qué
tu madre qué? No te entiendo bien, deja de llorar.
–Quiere
que regrese a mi país.
–Oh
vaya… cálmate, pasaré por tu casa y vamos a algún lado.
–De
acuerdo. Te espero.
–Ya
no llores y ponte linda.
______ secó sus lágrimas, respiró profundo para calmarse, se
cambió de ropa y haciendo caso la sugerencia de su amiga se maquilló y planchó
su cabello.
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