Jugando un
poco.
SamD observó
los labios de _____ y con su pulgar le acarició delicadamente la comisura
causando que ella entreabriera ligeramente su boca a la espera de un beso, pero
él se apartó de ella con la misma cautela con la que se había acercado.
–¿Esperabas
algo? –cuestionó él con mirada coqueta y voz ronquecina.
Ella negó con
su cabeza intentando contener su sonrisa, efectivamente ella anhelaba probar
esos carnosos labios, pero él parecía querer jugar con ella entonces _____
consideró fingir poco interés.
–¿Yo no te
gusto? –cuestionó él con seriedad al ver el poco interés reflejado en el rostro
de ella.
–¿Porque lo
preguntas?
–Porque no te
intimido ni un poco –su expresión de decepción fue evidente.
Él se puso de
pie y sacó el teléfono de su bolsillo en un intento de evitar la situación
incómoda, pero ella se acercó a él poniendo su mano sobre la pantalla del
teléfono para apartarlo reclamando atención.
–Me gustas –musitó
tímidamente y se disponía a apartarse, pero él la sujetó por la muñeca.
–¿Y si te
gusto porque no te pongo ni un poco nerviosa?
–Oppa –lo
miró fijamente–. No me gusta que jueguen conmigo.
Él estaba
demasiado acostumbrado a aquellas chicas que se derretían cuando él hacia uno
de sus actos de galán conquistador.
–No estoy
jugando contigo –ladeó su rostro mirándola con dulzura.
–¿No?
–Por supuesto
que no.
_____ no
contuvo su sonrisa esta vez, dio un paso adelante pegándose al cuerpo de SamD,
se elevó sobre las puntas de sus pies para depositar un breve y fugaz beso en
aquellos carnosos labios, al instante se separó y huyó hacia el cuarto de baño.
–Debo haber
enloquecido –musitó al cerrar la puerta con el seguro.
Sonriente
caminó hacia el lavabo para mojar sus mejillas que parecían dos tomates
colorados y tras soltar un suspiro que ahogó en la toalla con la que secó su
rostro salió del baño.
Él la
esperaba fuera del baño y en cuanto ella salió la atrapó en un abrazo por la
cintura con una mano mientras que la otra levantó el mentón de _____ para poder
besarla. Aun siendo tomada por sorpresa no se resistió y correspondió el dulce
beso cerrando sus ojos mientras se abrazaba a él pegándose por completo a su
cuerpo. Aquel beso había sido demasiado anhelado por parte de los dos,
finalmente sus labios se encontraban y parecían no querer despegarse, pero el
timbre de la habitación los interrumpió.
–Que
inoportunos –murmuró él frunciendo el ceño.
–Debe ser el
servicio a la habitación que pediste –musitó ella separándose lentamente de él.
–Oh, cierto
–sonrió él y dejó un besito fugaz en los labios de _____ antes de ir hacia la
puerta.
–Gracias
–SamD cerró la puerta tras recibir el carrito que dirigió hacia la cama.
–¿Qué
pediste? –cuestionó _____ curiosa.
–Pedí dos
desayunos completos –levantó la tapa de uno de los platos mostrando la comida.
–¡Se ve
delicioso, muero de hambre!
–Disfrútalo
preciosa –sonrió él.
–Gracias
–ella no esperó y dio el primer bocado.
Cuando ambos
habían terminado de comer, _____ recibió una llamada de su amiga Alice, quien
le avisó que el autobús que había sido contratado por AOMG para regresar a Seúl
salía en media hora, al escuchar eso _____ y SamD tomaron de inmediato sus
cosas y salieron camino al autobús, ahí se encontraba Jay en uno de los primeros
asientos con su gorra cubriendole la cara, parecía estar dormido, un par de
asientos detrás estaba Loco junto a Gray también dormidos y los demás
conversaban y bebían cerveza en las últimas filas del autobús.
–¿Amiga estas
bien? Pensé que te habías perdido –Exclamó Alice desde su asiento.
–Por supuesto
que estoy bien –respondió _____ sonriente.
–Ven,
siéntate con nosotros –pidió uno de los bailarines llamándola con la mano.
_____ se sumó
al cuerpo de bailarines en una divertida platica mientras que SamD sin decir
una palabra se sentó en los primeros asientos, se puso sus lentes de sol y cerró
los ojos.
Después de un
par de horas la mayoría se quedó dormido y tras 5 horas de viaje llegaron a
Seúl.
Jay lucía tan
fresco, como si el día anterior no hubiera bebido hasta caerse, Loco y Gray de
igual forma. Todos regresaron a su trabajo como si nada ya que estaban
acostumbrados a este tipo de viajes conciertos y fiestas.
---
Los días
posteriores SamD estuvo ocupado con trabajo de modo que no pudo ver a _____
pero intercambiaron mensajes de texto.
Su relación aún
no estaba definida a pesar de haberse besado, pero SamD no le había preguntado
a _____ si quería salir con él y ella tampoco mencionaba el tema.
Pasaron unas
semanas y todos continuaron su vida normal hasta que llegó el día en que se cumplía
el mes de alquiler, a pesar de que ella le había prometido a Dong Yul regresar
a la casa de los abuelos ya que él se quedaría solo, debido a lo que estaba
sucediendo con SamD y conociendo los sentimientos de Dong Yul, ella decidió
pagar por el mes siguiente, pensando que sería mejor continuar viviendo sola y
no molestar más a Dong Yul.
---
Un día al
regresar por la noche después de su largo día de práctica y trabajo, _____ llegó
a su habitación, dejó su mochila a un lado y con las pocas fuerzas que le
quedaban sacó las mantas sobre las que dormía y se recostó, estaba a punto de
cerrar los ojos cuando su teléfono móvil sonó.
–¿Pequeña que
haces? –cuestionó SamD por mensaje de texto.
–Hola oppa
–respondió ella al instante–, acabo de llegar a mi casa ¿Y tú?
–También
acabo de llegar, hoy ha sido un día muy duro y me siento un poco triste o
preocupado, es algo que no sé cómo describir.
–¿Pasó algo
malo oppa?
–No, creo que
es solo el estrés del trabajo, tengo sueño, pero no puedo dormir.
–¿Continuas
con tu insomnio?
–Un poco,
creo que beberé unas cervezas y me iré a dormir.
–Creo que ya
no deberías beber tanto…
–Solo son
unas cuantas cervezas –él envió una foto de una lata de cerveza junto a su
rostro en una expresión adorable.
–¿Estás solo?
–Como siempre
–adjuntó emojis de caritas tristes.
–Oppa,
intenta dormir sin beber ♥
–Ok pequeña, Descansa.
SamD a menudo tenía
problemas para dormir, así que bebía cerveza hasta quedarse dormido; en su
refrigerador había más latas de cerveza que agua o comida.
Después de los
mensajes de texto _____ se levantó, sacó su pijama, desabrochó el botón de su
short para cambiarse, pero de repente se detuvo, volvió a abrochar el botón, se
puso los zapatos y tomó su mochila, metió el teléfono y salió de la habitación,
bajó las gradas y caminó por el oscuro callejón que daba a una calle principal,
tomó un taxi y 20 minutos después bajó en una calle que estaba a dos cuadras de
la casa de SamD.
El clima empezaba a
cambiar de verano a otoño, corrían suaves ventiscas y _____ vestía tan solo un
short y un blusón grande de tela muy delgada. Tiritando un poco, aferró sus
manos a los tirantes de la mochila acelerando su paso hasta llegar a la casa de
SamD y tocó el timbre del gran portón de entrada.
El auto de SamD estaba
estacionado en el patio, pero nadie respondía, ella volvió a tocar el timbre
sin obtener respuesta alguna. Ella entristeció, tocó el timbre una última vez
sin esperanza alguna y se giró dispuesta a irse, entonces una voz ronca resonó a
través del intercomunicador.
–¿Quién es?
Ella se alegró de escuchar
la voz de SamD y se giró hacia la cámara saludando felizmente con su gran
sonrisa dando unos pequeños brinquitos y tiritando un poco por el frío.
SamD, al ver por la
pequeña pantalla que _____ estaba en su puerta inmediatamente presionó el botón
que abría la puerta eléctrica.
Ella entró, se aseguró
de cerrar bien la puerta tras ella y caminó por el pequeño patio de entrada
mientras SamD salía por la puerta de su casa y algo asombrado se dirigió hacia ella,
los dos se encontraron en medio del patio.
–Hola oppa –sonriente se acercó
para darle un beso.
–¿Qué haces aquí? –cuestionó
notablemente sorprendido y evadió el beso.
–¿No te agrada que haya
venido? –cuestionó
temblorosa y algo decepcionada.
–Si... si… ¿estás
temblando?
–Parece que el verano
está terminando –respondió ella sonriendo torpemente.
Sin decir una palabra
SamD la tomó por la muñeca y la llevó dentro de la casa, le quitó la mochila y
zapatos para luego dirigirla hacia el sofá haciéndola sentar. En la mesa se
veían algunas latas de cerveza vacías, otras que aún no habían sido abiertas y el
enorme televisor estaba encendido.
–¿Porque andas por la
calle hasta tan tarde? –cuestionó él con molestia–, ya casi es media noche.
–No pasa nada oppa,
aquí no es peligroso como lo es en mi país.
–¿Estás loca? –continuaba
molesto–. Aquí también es peligroso que una niña bonita ande sola a estas horas y
además con esa ropa tan ligera ¿Acaso no sabes que la estación ya está
cambiando?
–¿Niña bonita? ¿Yo? –sonrió ladeando su rostro como un adorable cachorrito.
–¡No estoy bromeando! –gritó él.
–Está bien –ella
borró su sonrisa de inmediato–. Discúlpame, tal vez fue mala idea venir –ella se levantó hizo una
pequeña reverencia sintiéndose avergonzada y se giró para irse.
–Siéntate –él la tomó
por la mano jalando para hacerla sentar de nuevo–. Ya estás aquí, la
próxima vez deberías avisar primero y…
–Yo pensé que –tragó saliva
intentando disipar el nudo en su garganta–… no importa. Me iré. Discúlpame por la molestia –intentó levantarse,
pero él la detuvo.
–Dije que te sientes ya
es muy tarde para andar por ahí.
–Pensé que estarías
feliz de verme después de tanto tiempo, pero creo que solo era mi tonto
pensamiento –bajó su mirada avergonzada y triste.
Él suspiró mientras la
miraba fijamente por un par de segundos y extendió sus brazos hacia ella
abrazándola y finalmente moderó el enfado de su voz.
–Claro que me alegra
verte, pero no me gustan este tipo de sorpresas, mi casa está…
–No imaginé que te molestaría
–su
voz se quebró–. No lo volveré a hacer.
–Fui grosero –le levantó
el mentón con una mano y con la otra acarició su cabeza–. Lo lamento pequeña, lo
lamento.
–No importa –ella se hizo
hacia atrás y apartó la mano que le acariciaba la cabeza–. Suéltame.
Ella estaba tan avergonzada
por haberse creído alguien especial que sólo quería salir corriendo de ahí,
pero él no la dejó ir y la abrazó fuertemente.
–Lamento mucho haber
reaccionado de esa forma –la soltó y miró a los ojos para explicar–. Me sorprendió que
vinieras a estas horas, este sitio es un desastre, además, me avergüenza que me
veas en este estado.
–Tal vez si fue
imprudente de mi parte venir tan tarde, pero me quede preocupara por ti y veo
que ya has bebido un poco.
–Gracias por
preocuparte por mi –dijo él con ojos adormilados–. Eres tan dulce, tan… tan preciosa –la miró sonriente–. ¿Me disculpas?
–De acuerdo,
pero –ella sonrió–… ¿Estás ebrio?
–¿Yo? –carcajeo–. No, solo tengo algo de
sueño.
–Entonces deberías ir a
tu habitación.
–Muchas veces amanezco
aquí, este sofá es muy cómodo –palmeó el sofá.
–Te harás daño la
espalda –ella
se puso de pie y estiró su mano–. Ven.
_____ tomó de la mano
a SamD y lo jaló haciendo que se levantara para llevarlo a su habitación, ella
rápidamente levantó la sedosa sabana y palmeo la cama haciéndole seña a SamD
para que se acostara. Él la miraba con una sonrisa de ternura, aquella mujer
que lucía tan adulta por fuera y llevaba una niña dentro también podía ser como
una madre.
SamD obedientemente se
metió en la cama, ella lo cubrió con la sabana y quiso irse, pero él la detuvo
tomándola por la muñeca.
–No te vayas –pidió él.
–Dormiré en el sof…
Él no le permitió
terminar de hablar ya que con un rápido movimiento la llevó sobre él y la atrapó
por la cintura con sus fuertes brazos.
–¿Q…qué haces? –cuestionó
sorprendida.
–Nada. No haré nada, que
tu no quieras –sonrió.
–Yo…
La cercanía de sus
rostros la puso nerviosa ya que SamD había bebido un poco y se comportaba un
tanto extraño.
Él levantó su cabeza
hacia ella dándole un pequeño besito en los labios y volvió a recostarse en la
almohada, liberó la cintura de _____ y se llevó las manos bajo la cabeza para darse
soporte mientras la miraba fijamente.
–¿Te gusta? –cuestionó él
con un hilo de voz seductor.
–¿Qu…que me gus… ta? –tartamudeó
ella.
–¿Por qué no te bajas?
¿o acaso te gusta estar sobre mí? –sonrió ladino.
Ella sonrió
un tanto avergonzada ya que no había notado que él ya no la sujetaba, puso sus
manos lado a lado de él para retirarse, pero una vez más el detuvo sus
intenciones.
–Ven, quédate aquí
conmigo –la
abrazó girándose para acomodarla junto a él y hábilmente la cubrió con la
sabana acurrucándola en un abrazo.
–Oppa no…
–Shh… ¿Porque estás tan
rígida, pequeña? –cuestionó susurrante.
–No… no me digas
pequeña…
Pidió ella con voz
titubeante mientras su corazón latía aceleradamente y como no estarlo si se
encontraba en la cama de aquel hombre, entre sus brazos, cerca de sus labios y
sus ojos que la miraban con tanta calidez que sentía derretirse.
Ella lo miró fijamente
y deslizó su mano acariciándole el pecho hasta llegar al cuello mientras
acercaba sus labios a los de él, cuando hicieron contactó resultó en un suave y
delicado beso que poco a poco fue profundizándose así como las caricias mutuas.
Él adentró una de sus manos bajo el blusón de ella y recorrió con
delicadeza la cadera dirigiéndose a la espalda hasta llegar al bra donde soltó
los broches y gimió al recibir una mordida en su labio inferior, entonces afirmó
su agarre trayéndola más cerca de su cuerpo, bajó su mano y hábilmente le desabrochó
el botón del short, metió su mano por detrás acariciando el glúteo de _____ mientras bajaba el short…
Comentarios
Publicar un comentario