El inicio de nuestra relación.
–Oppa ven al agua conmigo –ella estiró
su mano al llegar con SamD.
–El agua está fría –explicó SamD
tomando la mano.
–Hyuk oppa dijo lo mismo y míralo ahora –sonrió.
–Creo que los dejaré para que se diviertan –quiso soltar
la mano de su novia, pero ella lo sujetó.
–No oppa, ven –caminó a
paso lento hacia atrás adentrándose en el agua sin dejar de mirarlo–. Solo sígueme.
SamD sonriente la siguió sin poner
resistencia hasta donde el agua le llegaba a ______ a la altura del pecho, él
se acercó abrazándola por la cintura y ella se abrazó a su cuello poniendo tan
cerca sus rostros uno del otro.
–Yo –Loco aclaró su garganta–. Iré por cerveza –y salió del agua.
–Solo hasta aquí –pidió ella
deteniendo su paso–. Si no el agua me cubrirá por completo.
–Entonces ven aquí –la levantó
fácilmente y ella se acopló a él con sus piernas.
–¿Qué haces? –cuestionó ella sonriente.
–Nada –él sonrió y ladeó su cabeza para besarla.
Ella correspondió el beso que se teñía a cada segundo con más
deseo gracias a la motivación de las caricias que propinaban las traviesas
manos de SamD.
–¿Quién te dio permiso de tocar ahí? –cuestionó
ella susurrante al separarse de los labios de su novio.
–Esto es mío, me pertenece –él afirmó su
agarre en los glúteos de su novia.
–Amor –ella gimió.
–¿Qué?
–Yo –intentó hablar en medio del beso–. Creo que… estoy sintiendo algo… endurecerse –sonrió y lo soltó separándose de
él.
–¿Y como lo evito si me besas de esa forma? –la volvió a
tomar por la cintura.
–Hay gente mirando –dijo ella entre risitas.
–Tú tienes la culpa por dejarme así en la
mañana –la
volvió a acercar.
–Me hiciste lo mismo la primera vez –le posó sus
manos en las mejillas atrayéndolo a su estatura.
–Creo que tendremos que resolver esta
situación ¿no te parece? –le susurró muy cerca de los labios.
–Si… deberíamos –se mordió
el labio ligeramente y sonrió.
–Hagámoslo.
–¿Aquí? –ella abrió sus ojos enormes por
la sorpresa.
–¿Porque no? No hay gente cerca…
–No. Si hay gente, podrían vernos desde
lejos –ella
reía.
–Nadie está viéndonos –reía también.
–No es buena idea –ella se
apartó para salpicarle un poco de agua juguetonamente y empezó caminar de
regreso a la orilla.
–Pero lo has considerado por un segundo –carcajeó él mientras la
seguía.
–Claro que no –aceleró su paso sonrojándose.
–Yo se que si –él no dejaba de reír.
–Claro que no.
SamD aceleró su paso atrapándola por detrás y la levantó en
brazos.
–Debería botarte al agua por dejarme así –se volvió a
adentrar en el mar con ella en brazos.
–¡No! Se arruinará mi maquillaje –se aferró al
cuello de su novio.
–Ese será tu castigo.
–Bájame –pidió entre risitas y pataleo.
–Te tengo en mi poder –rio
fingidamente como un villano.
–¡No!
Ignorando por completo las suplicas de su
novia, él la lanzó al agua. Ella emergió de inmediato acomodando su cabello y
corrió hacia él quien intentaba huir, luchó por hacerlo caer en el agua pero
sus esfuerzos eran en vano ya que él es demasiado grande y fuerte para ella.
–¡Oppa eres tan malo! –exclamó
ella.
–Lo siento –el reía.
–¡Ahora debo verme como un panda! –exclamó
limpiando su cara con sus manos–. ¿Mi maquillaje se corrió?
–No –negó entre risas mientras le acomodaba el cabello con ternura–. Estás bien.
–¡Y por qué te ríes!
–Solo un poco –la tomó por
las mejillas y limpió bajo el rabillo del ojo–. Listo.
–Eres malvado –hizo un mohín.
–Lo lamento mi princesa –esta vez su disculpa era sincera–. Solo
estaba jugando. Puedes botarme ahora, no pondré resistencia.
–Así no es gracioso –ella mantuvo su mohín–. Quiero algo de beber.
–Lo que quieras, te lo conseguiré.
Ella finalmente sonrió y empezó a caminar, al llegar a la orilla
extendió su mano hacia atrás llamando a su novio quien se mantenía pasos
detrás, parecía algo arrepentido, él tomó la mano tímidamente hasta que ella le
sonrió dejándole saber que lo había disculpado por su infantil broma así que
finalmente respiró aliviado y la abrazó por detrás caminando unos cuantos pasos
por la arena de esa forma, pero se separaron al llegar con sus amigos.
–Vaya, ya salieron los tortolitos –comentó Jay
ofreciendo una cerveza a SamD.
–Deberían entrar al agua –SamD aceptó la cerveza–, está deliciosa.
–No gracias –negó Jay haciendo una mueca.
–¿Qué tal si jugamos vóley o futbol? –propuso Loco.
–¡Si! –exclamó ella emocionada–. Me vestiré –se dirigió a la tienda de
campaña.
–Deberíamos conseguir compañía femenina –gruñó Jay–.
Estoy harto de ver a este par dispararse corazones.
–¿Quién dispara corazones? –cuestionó
______ saliendo de la tienda vistiendo su short.
–¿Quién crees? –cuestionó Jay aún gruñón.
–La próxima vez invitaré a una amiga –ella miró a
Jay–. ¿Te parece bien?
–Si, eso estaría bien –Jay sonrió.
–Que sean dos por favor –pidió Loco.
–Que sean tres –agregó Gray
llegando.
–¡Hyung! –exclamó Loco–, si viniste.
–Hola –ella agitó su mano sonriente.
–Llegas en el momento perfecto –SamD se acercó a su amigo recién
llegado y le ofreció una cerveza.
La tarde transcurrió entre risas, juegos,
platicas y tras comer algo que pidieron les llevaran a la playa, cada quien se
propuso descansar disfrutando de la brisa que les brindaba el atardecer.
______ se puso un pequeño top sobre su
bikini y caminó hacia la orilla, SamD la siguió admirando lo hermosa que la
hacia lucir el viento que ondeba su largo cabello, se sentía como en un video
que corría a cámara lenta con una hermosa protagonista.
–¿Por qué me miras de esa forma? –cuestionó ella avergonzada al
notar que el la miraba.
–Eres preciosa –confesó.
Ella sonrió y estiró su mano pidiendo la de él.
–Sentémonos aquí para ver la puesta de sol. Amo las puestas de sol –se sentó–. Quisiera que esto durara más tiempo –suspiró
encantada con la vista.
–¿La puesta de sol?
–No. Tu y yo así, juntos.
–Preciosa –la rodeó con su brazo–. Tu y yo duraremos mucho más.
–¿Lo crees? –ella apoyó su cabeza en él.
–Estoy seguro –depositó un besito en su cabeza.
Una vez que se ocultó por completo el sol, la parejita regresó con
los demás quienes habían encendido una fogata. Loco se había quedado dormido y
ya que estaba algo ebrio.
–¿Ya ah caído? –cuestionó SamD mirando a Loco.
–Creo que bebió suficiente por hoy, menos mal no se ha puesto tan
loco –rio Jay.
–De ahí viene su nombre –rio Gray también notablemente ebrio–. Lo
llevaré dentro de la tienda para que duerma bien.
–Yo te ayudo –se ofreció SamD.
Los dos mayores ayudaron a
su amigo a reponerse y lo llevaron hacia la tienda de campaña.
–Entonces –Jay aclaró su garganta al mirar a ______–. ¿Vas en
serio con KiSeok?
–Yo –ella se sentó en una de las sillas frente a Jay un poco
dudosa ya que él parecía algo ebrio–. Lo quiero mucho.
–Eso es bueno –Jay sonrió–. KiSeok merece ser feliz. Hazlo feliz
¿De acuerdo? –sonrió y le dio otro sorbo a su cerveza.
–Lo haré –ella sonrió.
SamD salió de la tienda solo, había dejado a sus dos amigos
acostados para que descansaran.
–Bien –Jay intentó levantarse–. Creo que también iré a dormir.
–Te ayudo –ofreció Jay.
–No no –Jay se negó caminando con dificultad–. Estoy perfectamente
bien.
SamD tomó el brazo de su amigo y lo ayudó a llegar a la tienda de
campaña, mientras tanto, ______ tomó una bolsa plástica para empezar a recoger
todas las botellas y latas de cerveza que se habían bebido.
Al salir, SamD ayudó a su novia recogiendo todo y después entraron
también a la tienda de campaña ya que esta era lo suficientemente grande como
para alojarlos a todos. Él se acostó junto al ultimo de sus amigos y ofreció su
brazo para ______ aislándola de los demás.
La noche transcurrió y con la tenue luz del amanecer, ______ se
levantó para susurrarle a su novio que despertara. Ambos salieron de la tienda
y aunque el sol aun no aparecía por completo, la playa ya se iluminaba.
–Esta es la primera vez que no me duermo en la playa de embriaguez
–mencionó SamD riendo.
–Me sorprende que puedan beber tanto licor –ella también sonrió y
lo tomó de la mano.
–Me eh embriagado de otra cosa en esta ocasión.
–¿Qué?
–De amor –él la besó.
–Eres tan dulce, amor.
–No lo soy.
–Si lo eres –lo abrazó–. Vamos a comprar algo para desayunar ¿Te
parece bien?
–Pensé que me sacabas de la tienda al amanecer para otra cosa –sonrió
y la tomó por las caderas pegándola a él.
–Pues pensaste mal –ella rio–. Seguro despiertan hambrientos.
–Es cierto. Pero que novia tan considerada tengo –la levantó y dio
un giro.
–Bájame –pidió ella entre risitas.
Él la bajó con cuidado y le dio un beso
antes de tomarla de la mano para caminar hasta una tienda de conveniencia donde
compraron algo de comer y beber para todos. Regresaron a la playa y ninguno de
los tres ebrios despertaba aun así que dejaron la bolsa con las cosas a la
vista para que comieran en cuanto despertasen mientras que la parejita comió
junto a la tienda apreciando la brisa de la mañana.
–¿Quieres más? –ofreció SamD su pastelillo.
–Intentas engordarme ¿cierto?
–Solo te doy lo que te gusta –él sonrió.
–Gracias –abrió su boca esperando que el le diera de comer.
–Aww es una bebita –canturreó él dándole en la boca el ultimo
pedacito de pastelillo.
Ella negó con la cabeza ya que tenía la boca llena y se puso de
pie para luego beber su refresco.
–No soy una bebita –dijo finalmente y botó la lata en la bolsa de
la basura.
–Eres mi bebita –aclaró él tomándola por la muñeca para atraerla a
sentarse sobre él.
–No lo soy –insistió ella sonriendo mientras se sentaba sin
protestar y le dio un besito corto–. ¿Vamos a caminar?
–De acuerdo –él accedió.
La parejita caminó por la orilla
platicando y jugueteando como unos adolescentes enamorados, al regresar, sus
amigos ya habían despertado y comido, en ese momento recogían todo para
guardarlo en el auto y regresar a Seúl.
Gray llevó a Jay en su auto y Loco a SamD
con ______.
–¿______ te dejo a ti primero? –cuestionó Loco mirando por el
retrovisor al detenerse ante la luz roja de un semáforo.
–Si, por favor –respondió ella.
–No –contradijo SamD mirándola.
–¿Sí o no? –repitió Loco ya que debía decidir
la dirección a tomar.
–Ven a mi casa –pidió SamD.
–No oppa, mañana tengo clase y debo
madrugar.
–Yo te llevo a la academia por la mañana.
–Me gustaría, pero debo ducharme y cambiarme –hizo un mohín–.
HyukWoo oppa, ve a mi casa por favor.
–De acuerdo –Loco giró a su derecha para tomar la ruta indicada.
SamD no pudo disimular su tristeza y al
llegar al edificio bajó para acompañar a su novia hasta la puerta.
–Te veo mañana –se despidió
ella buscando un beso.
–Apenas son las 5 de la tarde, quédate
conmigo y yo te vengo a dejar en la noche ¿Si?
–Oppa –ella rodeo sus ojos.
–Entonces yo me quedaré aquí contigo.
–Pero la habitación es pequeña y…
–Está decidido –dio media vuelta y corrió hacia el auto de Loco–.
Amigo gracias, pero aquí me quedo.
–De acuerdo –asintió Loco sonriendo y arrancó el auto.
SamD y _____ subieron las gradas hasta el
sexto piso, al llegar a la habitación ella abrió la puerta y entraron, SamD
casi sin aliento se recostó en el suelo.
–¿Y porque no funciona el ascensor? –cuestionó
él.
–No lo sé, la dueña del edificio me dijo
que lo arreglaría, pero aún no lo ha hecho.
–Hace calor aquí, enciende el ventilador,
nena.
–Lo lamento oppa, pero el ventilador no
funciona.
–¿Enserio?
–Ya se lo dije al señor del mantenimiento,
pero dijo que el verano ya casi terminaba así que… Bueno, de todos modos
siempre llego en la noche y ya no hace tanto calor…
–¿Qué huele….? –se cubrió la nariz.
–Ah… es que suele salir un olor ocasional de las tuberías, dicen
que es solo por el verano.
–¿Y tu soportas todas estas incomodidades?
–No es nada –ella sonrió apenada.
–¡Es que esto no puede ser! Iré a reclamar ahora mismo –se puso de
pie.
–¡No! –ella lo detuvo–. No es necesario.
–Es que no pueden tratar a la gente de esta forma. ¿Acaso creen
que por ser joven y estar sola pueden ignorar tus necesidades? Estás pagando un
alquiler, esto no es aceptable.
–Ya lo solucionarán. Tranquilízate.
–Hermosa –la tomó de la mano–. Ven a vivir contigo.
–¡¿Con… contigo?!
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