Creado: 15 de junio
2017
Editado: 2 de enero
2019
_____ Es una chica promedio que hace algunos años conoció la
cultura coreana o más bien; los dramas, música kpop, khiphop. Dentro de 5 meses
cumpliría 19 años y se sentía deprimida ya que había terminado el instituto y
ahora debe ingresar a la universidad, dado que es una muchacha con una gran
inteligencia y capacidad de aprendizaje podría escoger la carrera que se le
viniera en gana, pero a pesar de los consejos que recibió acerca de cada
carrera, ninguna la motiva o emociona.
Los maestros y compañeros de su instituto la adoraban, estaba
rodeada de muchas personas, pero se sentía sola de alguna forma ya que entre
sus amistades no había nadie que gustara del k-hiphop, kpop, a pesar de ser sus
amigos cuando ella empezaba a hablar de los dramas o de alguna canción de
“chinos” inmediatamente la ignoraban y la hacían sentirse una “friki”.
_____ Tenía un gran sueño: ir a Corea y conocer a su artista
favorito; Jay Park. Dedicaba horas de su tiempo a imaginarse estando frente a él,
ensayó el discurso de declaración de amor eterno que le diría al tenerlo frente
a frente, pero como todos los sueños acaban, al despertar se encontraba con la aburrida
y corriente realidad. “A quien engaño… pierdo mi tiempo imaginando, eso jamás va
suceder, nunca en la vida… nunca” Eso pensaba.
Un día _____ salió a dar un paseo por el centro comercial, mientras
caminaba con sus audífonos escuchando en alto volumen la música que tanto le
fascinaba se encontró con un estudiante de su instituto; ¡Un coreano! Durante
todo el año _____ intentó acercarse a él, pero siempre estaba con el grupo de “asiáticos”,
este grupo jamás socializaban con nadie que no fuera como ellos así que al
verlo se emocionó, pero recordó ser ignorada varias veces por aquel mismo
muchacho así que borró la gran sonrisa que había dibujado en su rostro.
–¡Cálmate! Ya estas sonriendo como loca de nuevo –murmuró para sí misma sin mover demasiado sus labios y desviando la mirada–, ¿no te cansas de ser ignorada por él? ¡Ten dignidad! –continuó acelerando su paso, pero un “hola” muy tímido y titubeante la detuvo en seco. Abrió sus ojos exageradamente debido a la impresión y giró enseguida hacia el lugar de donde provenía el saludo y quitó un audífono de su oído suponiendo tal vez solo había sido su imaginación.
Al girar vio a aquel estudiante al que había saludado miles de veces,
pero jamás recibió respuesta.
¡Que
debería hacer! ¿Me está hablando a mí? –Se limitó a pensar ella. Aun incrédula se quedó mirándolo
mientras se apuntaba a si misma con el dedo índice y hacia un gesto de
interrogación en su expresión como diciendo “¿Me hablas a mí?”.
Aquel muchacho tímido y sonrojado asintió con la cabeza y un
sonido débil salía de su boca, cosa que obligó a _____ a quitar ambos audífonos
para poder escucharlo mejor.
–Ho…hola c…como estas… -pronunció él.
–Yo… bi… bien… creo –respondió ella sorprendida y sin ningún
pensamiento coherente en su cabeza.
–Mi nom… nombre es Cha Dong Yul me
agrada en contra… encontrarte –Dijo él
obligándose a completar una frase. Sus mejillas rosáceas resaltaban demasiado
en su piel tan blanca como la leche.
–Ah… si, es un gusto verte –respondió una vez más, dudosa y
frunciendo un poco el ceño ya que no entendía lo que estaba pasando.
–¿Puedo saber tu nombre? –Dijo él sonando más relajado.
–Cla… claro yo me llamo… me llamo... –Su mente se quedó en blanco porque era tan sorprendente que
aquel chico coreano al que había perseguido durante todo el año ahora le estaba
hablando.
–¿Te llamas…? –insistió él mirándola
fijamente con sus rasgados ojos.
–¿Cómo
me llamo? ¿Esto es real? ¿Por qué me mira tan fijamente? –Pensaba mientras subía lentamente su mano derecha a su
cuello presionando levemente el musculo esplenio mientras ladeaba levemente su
cabeza como suelen hacer los cachorros, mordió levemente su labio inferior con
una expresión de confusión en su rostro, era un tic nervioso que la atacaba cuando
se enfrentaba a una situación que no comprendía.
–Disculpa yo no quería incomodarte solo
pensé en saludarte –Dijo él mientras agachando
la mirada se arrepintió de haber saludado y dio un paso atrás.
–¡No! -grito ella mientras Cha Dong Yul se giraba
para irse–. No es que me incomode, es solo que
me sorprende porque yo te salude muchas veces en el instituto, pero tú no
regresaste a ver ni una sola vez.
–Si… –titubeó él haciendo
una pequeña reverencia disculpándose–. Lo que pasa es que soy algo tímido.
–Empezaba a pensar que los coreanos no
socializan con extranjeros porque solo hablas con los que son… -ella bajo un
poco el tono de su voz denotando decepción–
como tú en el instituto.
–No es así. De hecho, los otros chicos coreanos
son muy sociables con los chicos y chicas de sus clases, pero a mí me cuesta un
poco porque soy tímido.
–Ah, entiendo. Pero bueno ha sido un
gusto hablarte –ella finalmente logró sonreír
y respondió–. Mi nombre es _____. Es un gusto –Estira su mano ofreciendo un saludo.
–Es un gusto –repite él
correspondiendo el apretón de manos tímidamente.
–¿Como
un chico tan alto y fuerte por fuera puede ser tan débil al dar un apretón de
manos? –se cuestiona ella mientras
dibuja una sonrisa amable–. Ok Hablemos de vez en
cuando. –suelta la mano para girarse y da un paso dispuesta a alejarse.
–Espera. ¿Cuándo podríamos volver a hablar
si el instituto ha terminado?
–Es cierto, se me olvido que ya terminó –ella
se detiene y gira.
Una sonrisa sincera se dibujó en la boca de Dong Yul,
sus ojos rasgados casi desaparecían quedando en dos líneas asemejándose a un
dibujo animado. –Eres divertida, ¿Quieres un helado?
–Un… un helado –no lo pensó ni
dos segundos para responder–, Por supuesto.
Aquel chico coreano al que _____ había intentado
acercarse durante todo el año finalmente estaba hablando con ella y no lo podía
creer. Él era muy guapo, alto y su voz tan grave y masculina. ¡Era perfecto! El
hombre con el que había soñado desde que empezó a ver dramas, él no tenía un
parecido a algún artista de los que le gustaban a _____ pero el solo hecho de
ser coreano era suficiente. Solo pensaba en cómo pedirle que le hablara en
coreano, pero acababan de conocerse así que decidió ser un poco cautelosa.
Caminaron por el centro comercial dirigiéndose al lugar de los
helados, Cha Dong Yul presionó el botón del elevador para subir a la segunda
planta donde se encontraba el patio de comidas del centro comercial.
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