–Hey
G.Soul –saluda enérgico el alto y
musculoso hombre en la entrada del club.
–Heey,
que hay de nuevo –responde G.Soul estrechando la mano en un saludo y choque de
puños, se acerca al hombre y susurra–.
¿Hay algo bueno por ver? –se
aleja.
–Creo
no, esta noche serás tú y la barra del bar.
–Qué
mala suerte –sonríe–, bien, entonces iré dentro. Muero de sed –dibuja una media
sonrisa en la comisura de sus labios.
–Diviértete
–abre la puerta dejándolo entrar.
–Oye
amigo, ¿porque lo dejas pasar? –reclama un joven que esta formado en la fila
para entrar al club–. Todos estamos esperando para que nos dejes pasar, también
pagamos entrada. No es justo.
–Primero.
No soy tu amigo –responde el musculoso–, segundo. Cierra la boca y tercero… –lo
mira amenazante–. Cierra-La-Puta-Boca. ¿Entendido?
–¡Me
largo de aquí! Tampoco es que sea el mejor club o el único –toma la mano de la
chica a su lado–. Vámonos.
–Oppa
–ella se suelta de la mano de su acompañante–, este es el mejor club. Esperare
lo que tenga que esperar para entrar –se quita la chaqueta que llevaba sobre
sus hombros y la devuelve a su pareja–. Vete tu si quieres.
El
musculoso dibuja su sonrisa de victoria al ver la pelea de la parejita, no se
había fijado en aquella chica debido a la gran chaqueta que la cubría, resulto
ser una exquisita y curvilínea mujer con un minivestido rojo pasión, capaz de
encender cada pensamiento inadecuado en la mente de un hombre.
El
joven muy molesto con su novia se va dejándola sola en la fila, la mujer se
siente algo avergonzada ante la mirada acusadora de las demás mujeres
presentes, es víctima de cada susurro y critica a sus espaldas.
–Señorita.
La del vestido rojo –el musculoso la llama.
–¿Yo?
–ella se sorprende.
–Sí
tú, acércate.
–Ah…
si… –ella camina hacia el musculoso–.
¿Por qué me ha llamado?
–Pasa
–él abre la puerta.
–¿De
verdad?
–¿No
quieres entrar? –él empieza a cerrar la
puerta lentamente.
–Si
si, si quiero.
–Ve
a la barra –le extiende una tarjeta–, bebe un coctel, la casa invita.
–Oh,
¡Gracias! –ella toma la tarjeta y entra.
–Diviértete
–el musculoso sonríe misterioso y cierra la puerta.
---
–No
puedo resolverlo… –G.Soul habla con su
copa de licor.
–¿Qué
es lo que no puedes resolver amigo? –pregunta
el bar-man llenando la copa de nuevo.
G.Soul
suspira profundo. –Tengo varios pensamientos, amigo –bebe.
–Oh…
–El bar-man sonríe mirando a lo lejos–. Creo que esos pensamientos
desaparecerán en breve.
La
chica de vestido rojo se ha acercado a la barra y sonriente extiende la tarjeta
que le dio el guardia musculoso, el barman toma la tarjeta amable y empieza a
preparar un coctel agregándole una medida extra de licor.
G.Soul
mira de soslayo la presencia femenina junto a él, como es su costumbre recorre
con su mirada desde los zapatos de tacón, pasa por las torneadas piernas,
muslos… glúteos, caderas, cintura… continua subiendo lentamente para
encontrarse con la tela roja que recubre unos redondos, no muy grandes, tampoco
pequeños…
–¡Disculpa! –enfadada ella reclama–. ¿Estas mirando descaradamente mis pechos?
–¿Eh…? –él levanta su mirada. La atractiva chica lo
mira con su ceño fruncido– Si no te
gustan las miradas sobre ti no deberías provocar con ese escote –sonríe
ligeramente y regresa la mirada hacia su copa.
–Los
caballeros al menos disimulan un poco –menciona ella más calmada, recibe su
copa.
–Si
ser caballero es ser hipócrita no me interesa ser uno –responde sin mirarla y
bebe otro sorbo.
La
chica lo mira y sonríe ligeramente tratando de disimular su contento. –¿Vienes solo o esperas a alguien?
–Podría
haber estado esperándote a ti –la mira.
–¿Ah,
sí?
–¿Qué
hay de ti, vienes sola o esperas a alguien?
–Tengo
a alguien, pero de alguna forma quedé sola y creo que ya había alguien más
esperándome.
–Umh…
–él sonríe ligeramente y levanta su copa–, una chica que responde a mi audacia de
igual forma –bebe de la copa y la mira–. Me agradan las chicas así ¿Cómo te llamas?
–Solo
estaba jugando un poco, en realidad no deseo hablar con extraños. No te
molestes en preguntar mi nombre, solo bebe de tu copa –ella también bebe.
–Me
llamo G.Soul.
–No
pregunte -bebe otro sorbo.
–Me
gusta decirle a la gente como me llamo.
–Aunque
de seguro ese no es el nombre que te dio tu madre –finalmente ella sonríe.
–No.
No lo es, pero a mí me gusta ¿No vas a
decirme tu nombre?
–Escucha
–lo mira fijamente–. Tengo novio así que desiste y solo bebe de tu copa.
–Bien,
una chica con novio. Pero no dije que quisiera algo, solo quiero platicar. ¿No
te parece deprimente beber sola?
–Sí,
un poco deprimente… –suspira.
–Entonces…
tu novio… ¿Te has enfadado con él?
–Algo
así… –su copa ya está vacía–. ¿Puede llenar mi copa? –le pide al bar-man
–Ya
veo… –él levanta su copa y bebe todo
rápidamente.
–Vaya,
estas sediento –ella sonríe.
–Quiero
ahogar pensamientos inútiles.
–¿Problemas
amorosos?
Él
sonríe. –Algo parecido. Las mujeres son
complicadas.
–Es
tan solo que los hombres no nos comprenden.
Rápidamente
una conversación surge entre los dos, una copa tras otra y palabras más
sueltas, con bromas y sonrisas coquetas por ambas partes, las horas pasan.
–Eres
tan divertido –ella ríe.
–No
lo soy, creo que el licor ya te ha hecho efecto.
–Sí,
creo que es eso –ríe–. bueno. Será mejor que me vaya –baja del taburete y se
tambalea un poco.
–Hey
cuidado –la atrapa por la cintura.
Ella
sonríe y se aparta de él. –Estoy bien.
La
música electrónica ha cesado y un ritmo más lento llama a las parejas a la
pista de baile.
–Me
encanta esta canción –dice él sonriente. La mira– ¿Bailamos?
–No.
Será mejor que me vaya.
–Vamos,
solo será una pieza. Solo quiero bailar contigo chica, nada más.
–¿Para
qué bailar? Solo bebe otra copa –sonríe
–Ya
no quiero beber. Creo que ya estoy algo mareado, bailemos.
–A
mi novio podría no gustarle que baile con otro chico.
–Pero
tu novio no está aquí.
–No…
no está…
–Vamos,
solo quiero bailar -extiende su mano.
Ella
duda pero toma la mano de G.Soul y camina hasta la pista cerca de las demás parejas
que bailan acarameladas, él lleva las manos de ella a su cuello y ella
naturalmente entrelaza los dedos detrás de la nuca de él.
La
música es lenta y las luces son escasas, las manos de G.Soul se posan en la cintura de ella y se van
deslizando lentamente hasta llegar a sus caderas.
–¿Qué
haces? –ella habla lo suficientemente
alto para ser escuchada con el ruido de la música.
–Solo
un poco más cerca… –él la atrae a su cuerpo.
–Espera…
–ella retira sus manos del masculino cuello y las pone en el pecho para
apartarlo–. Será mejor que me vaya, es tarde y estoy algo… mareada.
–Shh…
bailemos un poco. Después te llevare a tu casa –no la suelta.
–¿Qué?
No… eso no le gustara a mi novio –ella no hace nada por apartarlo.
–Ni
siquiera estoy diciendo que tengamos algo. Sólo quiero divertirte y después
llevarte a casa nena.
–¿Cómo
me dijiste? –ella sonríe.
–Perdón,
creo que… Estoy un poco borracho. Tengo malos hábitos –sonríe.
–¿Malos
hábitos como seducir chicas con novios?
–Tengo
mala suerte. Sólo encuentro chicas con novios –ladea un poco su cabeza.
–Eso
es desafortunado de verdad, eres… –él se
acerca más y ella se pone un poco nerviosa–, un chico muy divertido. Cualquier
chica sería muy feliz contigo.
–¿Lo
crees?
–Si,
en realidad mi novio… es un poco… no lo
sé no está tan atento a mí en estos días, es molesto.
–Oh
sí que lo es –se acerca y le susurra al oído–. Si yo fuera tu novio no te
dejaría sola.
–Lo
sé, debería ser así, pero… él… a veces no lo comprendo.
–Shh…
–susurra en su oído–. En este momento puedes olvidarte de él y dejarte llevar
por la música y por mí.
–No.
Espera, esto está mal, yo no debería… –cierra
sus ojos dejando que su cuerpo sea llevado al ritmo lento de la música por él.
Abre los ojos abruptamente–. No, esto está mal –lo aparta un poco con sus manos.
–¿Qué
es lo que está mal?, solo estamos bailando.
–Bebí
demasiado pero aún estoy consciente –lo aparta por completo- yo no debería
estar bailando con otro hombre que no sea mi novio.
Ella
camina hacia la barra dejando a G.Soul en la pista entre las parejas que
bailan, toma su bolso de la barra del bar y se dispone a irse pero él la toma
del brazo.
–No
dejaré a una dama sola. Te llevare a tu casa.
–No
no no –ella se suelta y camina.
–¿Pero
por qué se siente tan bien cuando me dicen que no? –sonríe hablando consigo mismo y la sigue.
Ella
camina hacia la puerta y sale pero fuera hace frio y ella no lleva un abrigo,
G.Soul no ha tardado mucho en alcanzarla, la mira algo desorientada y temblorosa,
se acerca a ella, se quita su chaqueta y la pone sobre los hombros de ella.
–Lamento
si me comporte inadecuadamente. Es solo que estoy un poco ebrio, pero soy un
caballero. Te llevaré a tu casa como lo prometí, mi auto esta por allá.
–Si
estas ebrio no podrás conducir.
–Ya
he llamado a un conductor –él sonríe y le ofrece su brazo.
–Bueno…
–toma el brazo y camina con él–. Mi casa está un poco lejos de aquí.
–Mejor
aún, nos da más tiempo para platicar.
Ella
sonríe. –Tu no aceptas un NO por respuesta
¿verdad?
–Es
algo que me encanta –él sonríe–, son mis malos hábitos.
El
conductor llega rápidamente, G.Soul le entrega las llaves del auto y sube junto
a ella en el asiento trasero, ella da su dirección y el conductor arranca el
auto, durante el camino continúan platicando, él es realmente encantador, tanto
que ella ha olvidado momentáneamente a su novio.
Llegan
a un edificio de apartamentos y G.Soul baja para abrir la puerta del lado de
ella caballerosamente y la acompaña hasta la puerta del edificio.
–Gracias
por traerme.
–No
es nada. Ha sido un gusto conocerte, aunque no me hayas dicho tu nombre.
Él
se acerca lentamente ladeando su cabeza, ella no se mueve a la espera del rose
de labios con su corazón latiendo aceleradamente, él sonríe al notarla nerviosa
y la toma por la cintura para acercarla a su cuerpo, ella levanta ligeramente
su mentón y sus labios finalmente se juntan, el beso se vuelve apasionado, ella
está completamente entregada en el beso, pero él se separa dejándola anhelante.
–Entra,
hace frio –él musita sonriente.
–¿Quieres
entrar y… tomar… algo? –ofrece ella.
–¿Vives
sola? –el finge poco interés.
–Si
–En
ese caso… –él se acerca y habla muy cerca de los labios de ella–. No debería
dejar a una chica sola por la noche en estos tiempos tan peligrosos. Sería muy
poco caballeroso ¿verdad?
–Por
supuesto –ella sonríe y ligeramente se muerde el labio inferior.
–Espera
un poco, solo le diré al conductor que estacione el auto.
–Date
prisa.
El
corre hacia el auto y le pide al conductor que se estacione bien, paga por el
servicio y recibe sus llaves, corre hacia la puerta del edificio donde ella lo
espera, ella lo toma de la mano y entran juntos al edificio.
FIN~
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